Uribe el Gran Colombiano: ¡Pa que chupen!

Quiero hacer un detallado análisis histórico y político y para confirmar por qué su sagrada eminencia pre histórica Álvaro Uribe Vélez si se merece el titulo del Gran Colombiano de todos los tiempos, que le construyera el honorabilísimo History Channel, que en lugar de llamar a votaciones (todas son inconvenientes salvo las de 2002 y 2006) ha debido cambiar un articulito y elegir al Elegido, sin pendejadas democráticas.

Voy a demeritar uno a uno pero no a todos los demás candidatos, en su mayoría delincuentes de diversas bandolas, que ni siquiera debieron estar en la lista que comento en orden descendente de votos.

Jaime Garzón. No le da ni a la canilla. ¿Cuándo tomó tinto en un caballo? Ese no era más que un guerrillero disfrazado de payaso. Y lo digo yo que sufrí mucho cuando me plagió en Quac con la complicidad del anarquista del Antonio Morales Riveira.

¿Cómo va a competir con el dueño de la verdad el actor principal de la farsa? El muisca desechable ese, enemigo consustancial de la gente-gente. Siquiera la corte tuvo la sensatez de sacar de circulación del bufón, en un hecho cimero de nuestra historia. Compararlo con Uribe es como equiparar a un mosco con la leche misma.

Manuel Elkin Patarroyo. Uno de los pocos competidores de talla. El autor material de la vacuna contra la malaria, tan eficaz que no ha sido necesario probarla. Un científico que ha dedicado su vida al conveniente roce social y a la admiración por la milicia. Si no estuviera el autor de mi ideología, hubiera votado por el galeno empresario, por el financista del delirio científico.

Gabriel García Márquez. ¡Comunista y peor que eso, costeño! Con sus cuentos y novelas nos embaucó y atentó contra las sagradas estructuras de nuestra moral y nuestra fe. Un pagano escandaloso que elevó al nivel de íconos nacionales a todo tipo de putas, Maritornes, afeminados y drogadictos. Un dipsómano promiscuo, que trató de hacer literatura con sus confesados pecados. Aun es tiempo que lo encauce el procurador 007 o por lo menos que ordene llevar a la hoguera sus peligrosos manuales subversivos.

Antonio Nariño. El comandante de frente que originó todos nuestros males. El complotado y ateo bicho que al traducir y publicar los Derechos del Hombre y del Ciudadano, envenenó a este pueblo de por si apestado, con ideas foráneas, sediciosas y perfumadas de la Francia de entonces. Siquiera ganó Uribe, su antítesis en todas las materias. Un gañán que nos arrebató a la casta España y nos metió en el camino de esta república lisonjera y cachiporra.

Policarpa Salavarrieta. Otra guerrillera casquivana, moza impura, amancebada con el Alejo Zabaraín. Estafeta y jefe de finanzas de varios de los frentes de entonces, la guadueña hizo de su vida una continua amenaza para las instituciones. Por ello fue juzgada y ajusticiada debidamente. ¿Cómo pudieron poner a esta harapienta al lado de Uribe? Que la quiten de la memoria, que fundan la estatua que la impostora tiene ahí en la calle 17.

Simón Bolívar. Lo debieron poner ahí justamente por grancolombiano que no por colombiano. El enano zambo veneco y chavista, fue el ideólogo de los alzamientos en armas, el comandante del M-19. Que dizque era conservador. ¡Falacia máxima!

Era ni más ni menos que el jefe de la banda terrorista que asoló todo el continente, el comandante de la esmirriada pobrecía, el proto fundador del socialismo, plaga bíblica de América. Qué tal comparar la talla de un caudillo en estado de opinión como Uribe, con un ser lascivo, sin estatura intelectual, sin carisma. Ni todos los libros y proclamas que escribió el criminal, se pueden comparar con un solo consejo comunitario de nuestro padre paisa.

Rodolfo Llinás. Que científico, que genetista, que intelectual. ¡Qué va! Un científico pero de la maldad que ha aprovechado su condición de globo inflado para mostrar por los laditos sus ideas nocivas de igualdad y equidad. Un tipo –que como casi todos los científicos- niega las leyes de Dios en aras de las “leyes” objetivas de la ciencia. Mejor dicho, un ateo, un masón, un charlatán. Que no se meta con el cerebro humano, porque en esa materia lo único cierto es la inteligencia superior.

Jorge Eliécer Gaitán. El prototipo del miembro del Secretariado. Un pre-Far, un instigador del odio y de la lucha de clases que se mandó a matar para desatar la violencia y la asonada de los liberales y los comunistas contra nuestra apacible vida pastoril en la cual, hasta entonces, la indiada no chistaba. Negro lo llamaban, como negro fue su legado de sedición. Que Dios lo tenga sujeto en el infierno junto con Marulanda, Uribe Uribe y Cano.

Luis Carlos Galán. Uno que hubiera podido ser de los nuestros, pero que se dejó llevar por ideas comuneras . Nació bien y se torció. Gran exponente del uni partidismo, del conservatismo llerista, erró el camino y se introdujo por los oscuros senderos del reformismo. Se opuso al empresariado moderno y emergente que sería luego el brillante futuro de nuestra economía, y ¡tome! Se le salió el José Antonio al Galán.

Radamel Falcao García. Perdonarán ustedes, pero no estoy al tanto de quién es ese tipo. Suena como a un detestable cantante de salsa o a un bolerista mariguanero. ¿O es un teatrero comunista de La Candelaria?

Juanes. Otro que hubiera podido estar a la altura, pero seducido por el traidor del Santos se cambió de equipo y hizo apostasía de la fe uribista. Pendejo, si lo íbamos a nombrar embajador. Vainas de la maracachafa…

Shakira. Lo único que me gusta de ella es que “ublime” se parece a “Ubérrimo” y a Uribe. Demasiado empelota para mi gusto. Y esa vaina de ella de “los pies descalzos” se me asemeja demasiado a los ñeros. No le da ni a las tetas a una buena muchacha como María del Pilar Hurtado. Además, árabe y carnavalera. ¡Fuchi!

Mariana Pajón. A mi todo lo que tiene que ver con la masturbación por lo general me encanta. Y además es mariana, como Fernando Londoño. Pero no la acepto porque si bien su lado pajón es seductor, hace parte del santismo malo, el de JM.

Carlos Alberto Valderrama. Símbolo repugnante de todo lo que detesto. Crespo, samario, bacán, zurdo de ideas, y además, con sus calcetines al tobillo, es de la dudosita “clase media baja”. Mal ejemplo con su patanería. Además, a mi el toque-toque siempre me pareció de un reprobable erotismo. ¡Pecador!

Francisco de Paula Santander. Era el otro. Nunca fue liberal. Fue legalista y en consecuencia un aliado de la norma, que es lo que nos permite continuar en el poder. Casi voto por él, pero nuestro sueño refundador es más grande que nada.

Rafael Núñez. Gran hombre. ¡Inmarcesible! El en si mismo, un himno inmortal. ¡Viva la Constitución de 1886! ¡Abajo el manifiesto comunista del 91! Hice doble voto por él, pero me pilló Petro.

Fernando Botero. Hubiera preferido a su hijo, Fernando Botero Zea, el “gran muchacho” por antonomasia. No entiendo como no está en la guardia pretoriana de nuestro Supremo. El pintor, demasiado moderno para mi gusto.

Gustavo Rojas Pinilla. Un aventajado precursor de tantas de nuestras glorias y digno abuelo de seres inmolados por el marxismo, como sus nietos Samuel e Iván. Tan solo por dictador hubiera votado por él. ¡Pero sin duda, hemos tenido mejores y más discretos!

Lucho Herrera. ¿Un jardinero de tierra caliente, un mensajero en Monareta a la par de nuestro adalid? ¡No jodamos! Si ese se ganó la vuelta a España, Uribe le ha dado 435 veces la vuelta a Colombia y en todas ha ganado.

Juan Gossaín. ¿Querían que votáramos por un miembro de la Organización para la Liberación de Palestina? ¡Bellacos! Ese turco siempre estuvo infiltrado en nuestros medios, medrando a la sombra y metiéndonos goles informativos. Siquiera está allá en Cartagena dedicado al sueño.

María Isabel Urrutia. Pesos los que levantó el gran alterofilista Uribe para la Seguridad Democrática. Lo de ella es una bicoca al lado de lo de Uribe. Y además con demasiada melanina. No exageremos en esa vaina de la igualdad de las minorías…

Alejandro Obregón. Otro borrachín de la cuerda de Bateman y demás costeños nocivos. ¿Cómo ponen a un pintor de manchas al lado de un hombre sin manchas?

Yamid Amat. Lo admiro por su reverencial periodismo y su capacidad digamos… de manejo. Pero es medio-orientado.

César Gaviria. Ciertamente…jijijijiji….

¿Algún otro para darle en la cara?