La Alianza Verde trajo que muchos progresistas enfilaran sus ideas políticas para buscar un escaño en la Cámara de Representantes. Ómar Rodríguez, reconocido petrista, quiere llegar al Congreso para aportar a la construcción de un país diferente a partir de educación, movilidad, salud y el fortalecimiento de las actividades agroindustriales sin intermediarios.
Rodríguez ha estado ligado durante muchos años al sector del transporte, específicamente liderando empresas de carga y pasajeros, además de asesorar al Instituto Nacional de Vías -Invías-. Su trabajo también estuvo relacionado con el Instituto Colombiano de Bienestar familiar, en donde se desempeñó como asistente administrativo y financiero; así como auditor y revisor fiscal de la Superintendencia de Sociedades.
En el desarrollo de sus actividades como empresario privado, empezó a encontrarse, según el candidato, con la necesidad de trabajar en un ámbito más social. La mejor plataforma para plasmar esa necesidad la encontró en la posibilidad de llegar a la Cámara, con tres pilares que plantea defender en caso de ser elegido: salud, educación y transporte digno.
Para el problema de la Salud, el candidato de la Alianza Verde asegura que hay que hacer un revolcón total a un derecho que se convirtió en una mercancía: “Tenemos que darle prioridad a los seres humanos y administrar los recursos con probidad y eficiencia. La salud no debe ser catalogada como una mercancía”.
Además, recalca el negativo papel de los intermediarios en este servicio público: “Los intermediarios se quedan con el dinero destinado a la prestación de servicios, ocasionando atención a destiempo y en muchos casos dejando al beneficiario sin el servicio”.
Asimismo está convencido de que la educación es el verdadero paso firme para un progreso verdadero, de la mano de profesores capacitados: “Los problemas radican en la privatización de la educación pública: mala calidad y bajos salarios a los docentes. La transformación de la educación es una herramienta del progreso social, que dignifique la profesión del docente y la convierta en instrumento de cambio”.
En el tema del transporte, Ómar Rodríguez es un convencido que “los intereses personales, la privatización del servicio público, el alto costo del mismo, la contaminación la guerra del centavo” permite que las empresas privadas se enriquezcan usando las vías que no les pertenecen. Estas circunstancias producen para el candidato la desaparición del erario y que “el pueblo siga trabajando para pagar impuestos, sin recibir retribución en cuanto al mejoramiento de su estilo de vida”.
En su recorrido por Bogotá reconoce que los graves problemas de la ciudad hay que llevarlos al Congreso, para que las soluciones se den desde el constituyente primario. Y recuerda que “sin justicia social, no lograremos la paz que anhelamos los colombianos”.