El paro agrario es uno de los “enfrentamientos” políticos y económicos que ha marcado al país en los últimos meses. Han pasado 40 días, llenos de discusiones, encuentros y mesas de negociaciones, con el fin de una mejora en la situación económica del sector del agro. Este jueves el campesinado dijo “no más”. El gremio agropecuario decidió terminar con lo mucho o lo poco, que habían construido hasta ahora con el Gobierno.
El representante de los campesinos de Boyacá, César Pachón, aseguró que hasta al momento los compromisos adquiridos por el Gobierno durante los enfrentamientos y bloqueos que se presentaron por todo el país no han sido cumplidos.
Es claro que la disputa entre el Estado y el campesinado no se detendrá hasta que las dos partes encuentren un punto de equilibrio. Por más de un mes, se han pasado la bola: por un lado el Gobierno afirma que ha cumplido hasta al momento con todo lo pactado, mientras que los campesinos aseguran todo lo contrario.
El juego de palabras no dio más y los labriegos se retiraron de mesa de diálogo. Según el dirigente de Dignidad Papera, hasta ahora no se ha visto ningún resultado y simplemente se han dado una serie de reuniones que finalmente no arrojaron ninguna solución.
Uno de los pasos que se tenían previstos para la mejora del agro, era la compra de la papa que se suponía iniciaba esta semana, promesa que hasta al momento no fue cumplida por el ministro del Interior, Aurelio Iragorri y desencadenó el corto circuito entre las partes.
A la especifica falta de compromiso, Pachón afirmó que es un engaño a los campesinos, hacer promesas que no serán cumplidas. Asimismo, solicitó la presencia del presidente Juan Manuel Santos para que esté al tanto del proceso y se consolide rápidamente la problemática agraria.
De igual manera, Héctor Centeno, vocero de los campesinos, afirmó que el decreto 2210 de 2013 para las salvaguardia de diferentes productos agrícolas, único pacto que se firmó, es una burla para los colombianos ya que amplían los cupos de importación y abre la ventana para la importación de otros productos de países que no están dentro de la Comunidad Andina de Naciones o en Mercosur.
“Son aspectos que son realizados a la carrera, sin analizar la realidad de la gente y sin consultar con los agricultores. Como este decreto, que ha sido lo único estable, está lleno de errores”.
Centeno sostuvo que los delgados que dirigían este proceso de negociación, estuvieron presentes en todas las reuniones a diferencia de los representantes del Gobierno, que según el vocero, faltaron a algunos de los encuentros.
Por su parte el ministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde, afirmó que el Gobierno ha hecho todo lo posible para que el “ofrecimiento adicional” del ministro del Interior con las salvaguardias, se pueda cumplir.
“Nosotros hicimos lo que legalmente se puede hacer, que fue bajar los aranceles. Pero igualmente hay otras medidas de tipo logístico que se deben implementar que solo corresponde al desarrollo del negocio” dijo.