Vargas Llosa fiel a los toros

El Nobel de literatura Mario Vargas Llosa ha definido a su amigo torero Enrique Ponce como “la hechura y el dechado de la torería y la felicidad”, en la presentación en Madrid del libro biográfico del torero valenciano, escrito por Andrés Amorós, y del que se ha encargado de prologar.

“Enrique Ponce, un torero para la historia” es la obra por antonomasia sobre la vida y obra taurina del maestro de Chiva, “un hombre elegido por los dioses y la buena fortuna, ganador de todos los áureos de su profesión, y ejemplo de vocación, talento y humanidad dentro y fuera del ruedo”, manifestó Vargas Llosa.

“Enrique Ponce es una persona genial y deslumbrante, al mismo tiempo que sencilla y generosa, sin las pequeñeces que a veces acompaña al genio, y que ha sabido hacer culto a una amistad sincera y carente de envidias”, reconoció el Nobel peruano.

Vargas Llosa ha señalado también que el libro, que ha leído “con mucho gusto y placer”, muestra la formación de Ponce como torero “compendiando talento natural, esfuerzo, disciplina y auto exigencia desde que era un niño, hasta acabar dominando ese arte difícil, esa destreza llena de misterio, como es la Tauromaquia”.

“La vida de Ponce ha estado entregada en su plenitud al toro bravo, un animal al que ama y respeta de una forma desmedida para lograr ese vínculo de entrañable complicidad y hasta fraternidad, para alcanzar momentos mágicos e imborrables en una plaza poniendo su vida al servicio del espectáculo”, apostilló.

Esta biografía comienza narrando las peripecias de un niño, que con tan sólo cinco años ya jugaba al toro con una servilleta a modo de muleta, y que con diez ya había toreado su primer becerro, con su abuelo como el gran inculcador de una afición que le ha llevado a convertirse en uno de los grandes referentes de la historia del toreo actual.

“Quién se iba a imaginar que aquel niño iba a ser quien es actualmente: un maestro del toreo que lleva a sus espaldas una carrera de gloria y triunfos como ninguna. Enhorabuena Enrique, tienes mi respeto y mi admiración para toda la vida”, finalizó Vargas Llosa.

El gran protagonista de esta obra, Enrique Ponce, agradeció las numerosas muestras de cariño y de admiración mostradas por “uno de los genios de nuestro tiempo”, y dedicó primeramente el libro a las cuatro mujeres “más importantes” de su vida: su madre, su mujer Paloma de las Cuevas, y sus hijas Paloma y Bianca.

“No es fácil condensar una vida y una trayectoria tan extensa y, gracias a Dios, tan exitosa. A lo largo de este trabajo tan duro y tan especial he revivido momentos que ya ni me acordaba, y he descubierto datos que me han dejado pasmado, sobre todo los estadísticos, pues soy una persona a la que nunca le han importado los logros ni los números”, confesó Ponce.

“Siempre he sido un fiel amante de mi profesión. Cada tarde la afronto como si fuese la última, con una entrega total, soñando siempre esa faena perfecta al toro perfecto para disfrutar y hacer disfrutar. Ese es el guión de mi vida taurina”, añadió.

El autor de la obra, el escritor Andrés Amorós, quien aseguró que este libro ha tardado dos años en ver la luz y que no ha sido “nada improvisado para buscar el éxito fácil”, desglosó una gran cantidad de números que hacen de Enrique Ponce, “un torero para la historia”.

“Más de dos mil corridas, con más de cuatro mil toros lidiados, y cuarenta indultados, en incontables tardes gloriosas en prácticamente todas las plazas del mundo, avalan la carrera de un torero poseedor de una cabeza privilegiada, una estética y elegancia natural, un fondo de valor sereno, nada populachero, y una dimensión humana sin igual”, aseguró Amorós.