Bolivia con una renta per cápita de poco más de 3.200 dólares es el país más pobre de toda Sudamérica. Aunque, en muchos aspectos financieros supera a día de hoy a Venezuela.
Bolivia con una renta per cápita de poco más de 3.200 dólares es el país más pobre de toda Sudamérica. Aunque, en muchos aspectos financieros supera a día de hoy a Venezuela, la que siempre se ha pensado que es la eterna promesa de las economías de latinoamericana, que incluso llegó a ser destino de los emigrantes españoles.
Según publicación de Bloomberg, Bolivia supera en este momento a Venezuela en un importante número de áreas. Caracas vive una difícil situación, con una divisa que se disminuye en el mercado y con una inflación más alta de todo el mundo, el país que un día dio consejos a Bolivia, Hugo Chávez fue el mentor de Evo Morales, se ve hoy superado por en un amplio de indicadores.
El Gobierno de Venezuela, aunque ha mantenido las directrices de Chavez, nunca adoptó políticas tan extremadas. Bloomberg recuerda el día en el que Chávez fue caminando por Caracas mientras iba señalando edificios y empresas de formas aleatoria a las que había que nacionalizar.
Sin embargo, Evo Morales y su ministro de Finanzas, Luis Arce, entendieron la importancia de mantener la confianza sobre su economía y lo que significa la disciplina fiscal, explica Ben Ramsey, economista jefe y director de estrategia en la región andina para JP Morgan. Bolivia ha sabido gestionar sus reservas de divisas.
Venezuela es el país con mayores reservas de petróleo de todo el mundo. Con la exportación del oro negro, el país alcanzó en 2008 los 40.000 millones de dólares en reservas de divisas. A día de hoy esta cantidad ha caído a 15.000 millones y la tendencia sigue siendo a la baja. Por el contrario, una economía mucho más pequeña y menos necesitada de reservas como Bolivia, ha pasado de 5.000 millones de dólares estadounidenses en 2006 a 15.000 millones de dólares estadounidenses en el 2015.
El Gobierno de Venezuela logró un fuerte aumento de sus reservas y un elevado crecimiento económico por la exportación de materias primas como el gas natural. Bolivia ha aprovechado mejor que Venezuela los años en los que las materias primas han marcado precios históricos. Como establece Deutsche Bank en su último informe sobre la situación del país, “el Gobierno ha estado intentando diversificar la economías y las industrias del país“, para no depender de una sola materia prima, como es el caso de Venezuela con el petróleo.
“Bolivia ha estado incrementando los esfuerzos para atraer inversiones privadas al país, unas mejoras que se están materializando poco a poco“, comenta el documento de Deutsche Bank. En contra, el Gobierno de Maduro y sus mensajes suelen ser poco atractivos para que los capitales decidan instalarse en el país. Mientras que Bolivia mantiene un Impuesto de Sociedades del 25 por ciento, en Venezuela este es del 34 por ciento, lo que puede suponer un obstáculo para que las empresas decidan instalarse en Venezuela.
La confianza de los inversores en Bolivia es mucho mayor a la de Venezuela. Mientras que los bonos soberanos emitidos por Bolivia durante el año 2013 y con vencimiento durante el año 2023 tienen cotizan a una rentabilidad del 5,06 por ciento, el mismo bono del país venezolano paga más de un 31 por ciento. Son muchos los analistas que han pronosticado un ‘default’ venezolano durante el año 2016, la escasez de reservas y los vencimientos que encara el país el próximo año hacen que el futuro a corto plazo del país no será demasiado bueno. Venezuela tiene que hacer frente a miles de millones de deuda denominada en dólares estadounidenses emitida por la estatal Petróleos de Venezuela.
Aunque la situación de Bolivia es mejor que la de Venezuela, el país gobernado por Evo Morales también se enfrenta a un descenso del precio de las materias primas, por un lado, y a la fuerte recesión a la que se enfrenta el país carioca, con una mayor relación comercial del país. Además, el país tendrá un déficit por cuenta corriente durante el año 2015 debido al impacto de la caída de las materias primas y un tipo de cambio fijo.