El gurú de la innovación en el mundo y catedrático de Harvard, Clayton Christensen aseguró que todas las olas de innovación y tecnología que apuntan a la prosperidad vienen de Asia y aseguró que después de China, Vietnam se perfila como el nuevo jugador en el mercado de bienes modernos y de alta demanda.
Según el experto podrían venir buenas noticias en evolución tecnológica para América Latina y prueba de ello es lo que pasa con México y Brasil que son grandes canalizadores de bienes desarrollados en oriente.
Al atender a Confidencial Colombia, el señor Christensen aseguró que es una realidad muy grande que China y Vietnam así como otros países del sudeste asiático estén remplazando a los grandes desarrolladores de innovación como lo fueron Estados Unidos y otras naciones de Europa. A propósito de Europa, el experto manifestó que las condiciones están dadas para que la Eurozona desaparezca.
Destacó todo lo que logra India, país que tildó de ganador, y precisó que China tiene factores que juegan en su competitividad y es que tiene una población cerrada, pero en donde su mano de obra empezó a encarecerse. Dijo que en China la población no está creciendo, evaporando con ello a los pobres. Contrario a China, aseveró, en India la población aumenta y los inteligentes son demasiado inteligentes con la particularidad que en la población de abajo es donde ocurren los cambios y el crecimiento.
“China no mantiene completo el circulo de población y entonces les pasará lo mismo que a Japón en donde no se mantuvo la línea y habrá un principio y un final, pese a los inmensos recursos chinos, habrá consecuencias porque a futuro el capital no va a importar y muestra de ello es que en el mundo desarrollado hay muchísimos recursos”, notó.
Cito el caso de Abu Dabi en donde hay no menos de un trillón de dólares americanos en sus fondos fiscales y no tienen nada que hacer con esa plata, entonces ese costo es de cero porque no es un capital productivo ni destinado a la investigación. Precisó que lo determinante es tener un retorno en educación antes que en capital porque las falencias educativas son muy grandes.
Para el maestro Christensen quien participó en el Foro de Competitividad de las Américas, el tema de competitividad y la innovación es como un rompecabezas porque las economías alrededor del mundo han sido exitosas y han tenido una disruptiva con Estados Unidos porque entraron al mercado con productos simples que la mayoría de las personas podían comprar.
No sobra aclarar que las tecnologías disruptivas son aquellas que conducen a la desaparición de bienes o servicios de característica sostenible. Estas ofertas usualmente se hacen para los denominados nuevos mercados como es el caso de la GPS. El término disruptivo apunta a tecnologías progresivas que inicialmente estaban dirigidas a los consumidores de menor ingreso.
El experto anotó que como eran productos simples de fácil acceso, llegaron a la población americana con bajo costo. Así las cosas en la década de los 50 desde Japón Honda, Toyota, Sony, Cannon y otras marcas entraron hasta lo más bajo del mercado e hicieron las cosas simples y la gente alrededor del mundo demandó los productos hechos al amparo de esas marcas.
“Después la economía de Japón dejó de hacer este tipo de innovación disruptiva, empezando una nueva era basada en la eficiencia, pero su economía murió y fue entonces cuando Corea, Taiwán y Singapur entraron nuevamente a la capa baja del mercado volviendo con las tecnologías baratas, abriéndole paso a la China”, declaró.
Una forma de ayudar a los países pequeños o sin poder económico es precisamente desarrollando tecnologías de fácil acceso que ingresen a esas naciones como una herramienta básica para el desarrollo, permitiendo la fabricación de mejores productos para muchos más clientes, dejando una ganancia de doble vía, es decir para quien vende la tecnología y para su cliente que será más eficiente.
En los países pobres la innovación urge de microcrédito
Christensen aseguró que indiscutiblemente la innovación es la base del desarrollo y el progreso, pero reconoció que para que esta sea viable en los países en vía de desarrollo o con altos niveles de pobreza, es indispensable acudir a un sistema financiero flexible con los microcréditos pues estos deben llegar a todos los empresarios.
El gurú reconoció que América Latina tiene grandes problemas de pobreza y educación por lo que anotó que por ello es perentorio “enseñar, enseñar y enseñar”. Para Christensen siempre hay una oportunidad en donde no hay mercado y por ello las grandes corporaciones deben crear productos mejores para ampliar las oportunidades y mejorar las ganancias.
Paradójicamente señaló que los bajos niveles de educación son una oportunidad para enseñarles a las personas generando utilidad y permitiendo entregar herramientas para que esos mercados incipientes o atarsados puedan crecer.
Indicó que la educación para el progreso no solo pasa por el ir a la universidad que suele ser dispendiosa sino que hay otros mecanismos como ir a las casas a educar o enseñar a los seres humanos sobre nuevas tecnologías y métodos de trabajo.
Independiente de todo lo que se haga en materia de adquisición de tecnología, dijo, los gobiernos de América Latina y todos los gobiernos del mundo deben propender por incentivar la producción y el crecimiento económico desgravando toda importación de maquinaria y bienes de capital en general. Menores impuestos significan menores costos para los empresarios y mayores márgenes de crecimiento.
Los TLC
Frente al tratado de libre comercio, el experto consideró que Estados Unidos necesita importar innovaciones sustentables, pero llevando a América Latina innovación disruptiva y aseguró que en los últimos 30 años la parte más baja del mercado en la región no ha tenido la atención requerida. “Con el TLC hay que buscar una ecuación balanceada para mejorar la vida de las personas en las próximas generaciones”.
Indicó que los productos de bajo costo están llegando al sistema de salud en donde las personas tengan mayor acceso a la atención médica y de diagnóstico. Anteriormente, afirmó, las visitas al médico estaban diseñadas para las personas con mayores ingresos, pero la nueva tecnología ha bajado costos, llevando más atención a la capa baja de la sociedad.
“Ahora en Estados Unidos los ultrasonidos cuestan 200 mil dólares y para ello hay que tener mucho dinero, la tecnología está allí para que se pueda hacer disponible por 3 mil dólares y con ello un médico diagnostica mejor y sin altos costos. Así hay muchas oportunidades en la población de Estados Unidos y de América Latina”, conceptuó.
Eurozona tendría los días contados
En criterio de Clayton Christensen, en Europa pasó en economía lo mismo que en los procesos físicos cuando una pieza no encaja en otra y produce efectos adversos.
En esa región del mundo, comentó, aplicará lo que se conoce como ley de conservación modular haciendo que lo de Europa no importe tanto. En ese orden de ideas se trabajará sobre un modelo simple sobre la base que cada nación europea es interdependiente y en donde cada país puede mejorar por si solo.
Las complicaciones, explica, vinieron cuando todos esos problemas fueron estandarizados al Euro y fue donde aparecieron los líos de Grecia, Francia y otras latitudes europeas. La solución de uno en su concepto no puede solución de otro.
“En algún momento el Euro se tiene que ir y entrará la ley de conservación modular, todo parece indicar que Europa no se acuerda de la física”, concluyó.