Cristian Zapata fue el salvador en el empate que el Milan logró frente a su eterno rival, el Inter. El conocido como derbi della Madoninna se convirtió ayer en el primer enfrentamiento entre ambos de la nueva era del fútbol. Con los dueños chinos sentados en el palco y con una repetición de ojo del halcón para definir el último tanto. Un aviso de lo que el futuro no está muy lejano.
Quizá en pocos años el poder de la economía china se haya comido todo el fútbol del Viejo Continente. De la misma forma en la que la tecnología dominara cualquier decisión polémica de un encuentro. Ese escenario se pudo divisar en el duelo entre los dos equipos de Milán que acabó con empate a 2 goles, gracias al tanto de Zapata en el minuto 97 del descuento.
El árbitro rápidamente señaló el punto central indicando que la pelota había traspasado la línea gracias al ordenador que le avisa con una señal al reloj. Los jugadores del Inter protestaron, pero la tecnología es fulminante en estos casos.
En el encuentro también participaron Carlos Bacca, que tuvo un buen papel con el Milan. Y Jeison Murillo, quien entró a falta de diez minutos para el final con el Inter.