Mejorar los índices de seguridad ciudadana en Bogotá se ha convertido en un gran desafío para las últimas administraciones, incluyendo la saliente (Enrique Peñalosa), a quien se le reconocen sus esfuerzos, pero hay que decir que se esperaban mejores resultados en esta materia, no solamente en lo que tiene que ver con reducción en los índices de homicidios, logro que indudablemente se dio, sino además en el hurto a personas y tráfico de drogas ilícitas en pequeñas cantidades, delitos que aún persisten.
Según las cifras del observatorio delictivo de la Policía Nacional, en Bogotá se redujeron los homicidios, pero el número de hurtos a personas sigue elevado, a pesar de la reducción en el último año.
En lo que tiene que ver con hurto a personas, el robo a celulares es el factor que más ha disparado estos índices, en donde no siempre se realiza la denuncia en policía o fiscalía, sino que la víctima se limita a reportar el hecho a la empresa que presta el servicio. Durante el primer semestre de 2019 se reportaron 29.401 denuncias de hurto a celular, según cifras de la Secretaría de la Seguridad, que señalan que comparado con el mismo periodo se reportaron 2.584 celulares menos robados.
Detrás de este delito en Bogotá se encuentra actores dedicados el crimen organizado que se aprovechan de los tumultos en el transporte público y del descuido de las personas en calles o avenidas, para hurtarles sus teléfonos móviles, que de inmediato son vendidos en el mercado negro en la ciudad a un precio menor. En ocasiones el robo de celulares en la capital ha traído consigo el asesinato de los dueños del aparato móvil.
Esto ha generado una especie de pánico colectivo en el ciudadano en la capital del país, que al salir de su casa no piensa en que lo pueden matar, sino en que le van a robar su teléfono móvil, bien sea al transitar en la calle o al interior de un bus de transporte público. Este delito también está relacionado con el consumo de drogas ilícitas, lo que en ocasiones impulsa al actor a hurtar elementos, en este caso celulares, con el fin de venderlos y así comprar este tipo de sustancias, que en la ciudad se venden en el mercado ilegal en grandes cantidades de dosis mínima.
El alcalde saliente Enrique Peñalosa en diferentes ocasiones insistió en que se requiere de leyes que les den cárcel a las capturas por el delito de hurto a personas, especialmente cuando son reincidentes. Según él, “pese a la gran cantidad de capturas en flagrancia que realizan las autoridades, gran parte de los delincuentes quedan en libertad a las pocas horas”.
El gran reto de la nueva alcaldesa de Bogotá es tratar de unir a fiscalía, policía, lo mismo que a toda la cadena económica que conforman la venta de celulares, para luchar contra este delito en la ciudad.
Microtráfico, móvil de muchos delitos en Bogotá
Aunque la Alcaldía Mayor ha hecho todo el esfuerzo posible para acabar con este flagelo atacando el consumo en los parques de los diferentes barrios de la ciudad y llevando programas de prevención, hasta que la justicia no capture y juzgue a las cabezas de estos grupos a nivel nacional, su lucha en esta materia no tendrá mayor efecto, al ser un producto que aunque se vende en la capital del país, no se fabrica en ella. Esta ingresa a Bogotá por la Autopista Sur, por donde llega marihuana y bazuco, del sur y del sur occidente del país. La otra entrada es la vía Bogotá – Villavicencio, por donde llega de los departamentos del Meta y el Guaviare.
Las localidades más afectadas por el microtráfico según el Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas (Cesed) de la Universidad de los Andes, son Ciudad Bolívar, San Cristóbal, Rafael Uribe, Kennedy, suba, Engativa y Santa Fe.
Es importante que la nueva administración incluya los temas de seguridad en el trabajo que se va a realizar en los planes de ciudad región y le dé mayor énfasis en el momento en que sea aprobado el proyecto de ley que crea el Área Metropolitana para Bogotá, para que este trabajo conjunto con las entidades del orden local cercanas a la capital, permita luchar contra el transporte de las drogas ilícitas hacia el centro del país, dando captura a quienes integran esta organización delictiva, en donde sin duda alguna, se encuentran los actores del conflicto.
Reducción de homicidios el gran acierto de Peñalosa en Bogotá:
En lo que respecta a los homicidios, es indudable la reducción de este delito en Bogotá durante la segunda administración de Enrique Peñalosa, quien dándose a esta tarea realizó una inversión de un total de 94 mil millones de pesos en la renovación del parque automotor de la Policía, con los cuales se mejoró las labores de vigilancia en las localidades.
De este trabajo hizo parte también la intervención del Estado en el sector del Bronx en la capital de la república, sector que se había convertido en el centro de asesinatos, desapariciones, torturas, venta de drogas ilícitas, prostitución infantil, venta ilegal de armas y objetos robados y tráfico de licor adulterado.
La reducción en las cifras de este delito fue posible también por la implementación de programas enfocados a la atención de jóvenes en situación de vulnerabilidad por parte de IDIPRON, la construcción de canchas sintéticas y la disminución en la deserción escolar, que según el secretario de Seguridad del Distrito Iván Casas, “contribuyeron a disminuir el homicidio de jóvenes”.
La más reciente encuesta del Programa Bogotá Como Vamos reveló que el 27% de los ciudadanos en la capital de la república se sienten seguros y que el 37%, se sienten inseguros. La percepción de inseguridad a pesar de que se mantiene por encima de quienes aseguran lo contrario, disminuyó con respecto al año 2018, cuando el 57% se mostró pesimista y el 15% se mostró optimista. La tarea de la próxima administración es lograr acabar no solo con el homicidio, sino además con el hurto a personas, factor que hace ver a la capital del país como un lugar inseguro.