Son varias las acciones que han dejado en evidencia que en el afán de la alcaldesa Claudia López por sacar un POT a las carreras, incumpla otra de sus promesas de campaña, la participación masiva de los ciudadanos en el Plan. Y quedó más que evidenciado en el espectáculo que resultó ser el trámite reciente del proyecto ante el CTPD.
Este gobierno que se jacta de ser participativo e incluyente, pero para el Consejo Territorial fue todo lo contrario. En el informe que presentaron se cuestionaba seriamente el proceso que se venía dando con las comunidades, pues ya se tenían quejas de que se sentían poco representadas y consultadas por la visión de ciudad para los próximos años.
Ejemplo de ello, es el de los residentes de Barrios Unidos, que en las diversas mesas de participación promovidas por la secretaría de Planeación, mostraron inconformismo generalizado por la norma urbana planteada para su localidad, entre otras cosas porque derogaron el proyecto Alameda Entreparques que generaba la inclusión de los residentes, suelo que evitaba que se continuará expulsando bogotanos a la sabana y se renovaba un sector con una visión de ciudad amplia.
Hoy, se plantean una serie de actuaciones estratégicas que en la actualidad generan principalmente ruido pues no están reglamentadas y básicamente sería entregarle un cheque en blanco a Planeación para que se reglamenten, si es que sucede, y no como las ya existentes operaciones estratégicas que con una vigencia de más de 15 años solo se reglamentó una (Operación Aeropuerto, aunque no cuenta con una normativa detallada) y resultaron ser un fracaso para la ciudad.
Continuando con Barrios Unidos y el conflicto que tienen con el tratamiento de renovación urbana que se considera inviable de parte de aquellos actores que deben tomar en conjunto con el Distrito las decisiones para materializar este tipo de proyectos (ciudadanía, constructores por citar algunos). Otros tratamientos como el de consolidación, en donde la Administración insiste en mantener unas condiciones normativas de hace más de 60 años, aún cuando la ciudadanía clama que se modifiquen acorde a las dinámicas territoriales, habilitando más suelo para vivienda.
Preocupan seriamente las declaraciones de la alcaldesa, donde se mostró reacia a escuchar las preocupaciones del CTPD y de la ciudadanía. Es momento de que su gobierno se tome el tiempo para fomentar una mayor participación con y la visión de ciudad que tienen las comunidades, cosa que, aunque se vendieron como el cambio y el gobierno más participativo, hasta la fecha no lo ha sido.
Por eso, aunque se diga equivocadamente que este POT ha sido el más participativo a diferencia de los anteriores, el sentir ciudadano, las continuas contradicciones con los actores afectados con el proyecto, el sin sabor que dejó la alcaldesa con sus declaraciones ante el CTPD y la metodología usada, deja en evidencia que era muy fácil cuestionar la versión de POT 2019 con ligerezas y mentiras, pero la responsabilidad de construir una visión de ciudad incluyente y participativa está lejos de ser una realidad en este gobierno cuidador.
Lucía Bastidas Ubaté
Concejal de Bogotá