Dos consorcios han concurrido finalmente en la lucha por la construcción y operación del metro de Bogotá. Se trata, por un lado, de la alianza formada por las firmas de Carlos Slim FCC Concesiones de Infraestructura, Carso Infraestructura y Construcción y Promotora de Desarrollo de América Latina; y por otro, la integrada por China Harbour Engineering Company Limited y Xi’An Metro Company Limited. Por tanto, la disputa por un contrato valorado en 11 billones de pesos colombianos (casi 3,400 millones de euros) se dirimirá entre empresas de España y México y de China.
A la puja final habían llegado cinco licitadores, pero en el último momento decidieron retirarse y no presentar su oferta ante las dudas respecto a la rentabilidad del proyecto. Así, han dado un paso atrás Sacyr, que había unido fuerzas a través de Sacyr Concesiones Colombia con el fabricante vasco CAF, la coreana Hyundai Engineering & Construction y STOA S. A. R.; Acciona, que había hecho lo propio on las italianas Impregilo y Ansaldo, para la construcción, e Hitachi Rail Italy, como fabricante del material rodante; y el consorcio de la mexicana ICA y su filial Conoisa, Power China, la alemana Siemens y la holandesa Strukton. Antes de todos ellos, OHLtambién había decidido salir del proceso de licitación.
“Tenemos dos propuestas de dos grupos formidables para construir el Metro de Bogotá. El 21 de octubre se sabrá quién es el ganador. Se firmará el contrato en las dos semanas siguientes. En abril del año próximo comienza su construcción y a operar en el año 2025”, ha asegurado el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa.
Oportunidad para FCC
La primera línea del metro de Bogotá tendrá una longitud de 23.96 kilómetros. El contrato contempla la construcción y la explotación durante 20 años. Para FCC, el contrato supondría uno de sus mayores proyectos en el mundo e implicaría una de las primeras adjudicaciones en el ámbito concesional con las empresas del multimillonario Carlos Slim.