El gusto por las danzas despertó en Francisco un sentimiento de solidaridad por la gente que necesita de una mano que no solo les ayude en los momentos difíciles, sino que además les brinde esperanza de vida.
Pacho como le llaman sus amigos más cercanos, es oriundo de Facatativa – Cundinamarca, en donde acompañaba a su padre Álvaro Castañeda a las marchas y reuniones que organizaba en el sindicato de obras públicas del departamento, quien además fue concejal del municipio por un movimiento de izquierda (MOIR) en los tiempos en que este servicio no era remunerado.
Al morir su progenitor, su madre Ana Álcira asume la responsabilidad de Pacho y sus tres hermanos y más adelante es elegida como concejal del municipio. Esto forma un criterio para la vida de Francisco, quien comienza a observar las necesidades de las personas con una alta sensibilidad, pero no considera sano iniciar un trabajo político en el mismo lugar donde sus padres se dieron a conocer.
Es entonces cuando viaja a Bogotá en 1994 e inicia sus estudios de Derecho, actividad que alternaba dictando clases de danzas en un jardín infantil, aprovechando sus conocimientos en este tema. Más adelante presta sus servicios en la Biblioteca de Colsubsidio, labor que terminó gustándole, en donde descubrió que estas son escenarios de construcción de sociedad.
Un año después es trasladado a la Biblioteca de Roma y a través del programa Biblioteca sobre ruedas conoció el barrio Patio Bonito, sector bastante deprimido en la localidad de Kennedy que llamó su atención.
Gracias a esta labor en la biblioteca conoce mucha gente del sector y de la localidad en general, quienes le piden en el año 2002, presente su nombre como candidato a la Junta Administradora Local de Kennedy.
Se considera una persona tranquila, lo que le ayuda a sobrellevar el fuerte ritmo de trabajo que le imprime a su actividad política. Ha tenido que resistir a las amenazas que llegaron contra su vida en 2015, sin embargo, a pesar de lo difícil que fue, no le hizo desistir de sus propósitos de trabajar por un sector vulnerable en Kennedy.
Si no hubiese dedicado su vida a la política, estaría bailando en algún escenario artístico a nivel profesional. Para Francisco la danza folclórica muestra la situación rural de Colombia, por eso le apasiona y le gusta.
Fue gracias a su habilidad para las danzas folclóricas que pudo terminar su último año escolar, sin pagar pensión, porque el rector, quien era el director del grupo de baile del colegio, no le cobraba la matrícula con tal de que participara de esta actividad.