¿Hasta cuándo la obstinación del Distrito con la Calle 13?

Esa es la pregunta que han hecho por meses los vecinos de la zona, la misma inquietud que pen repetidas ocasiones y desde el Concejo de Bogotá ha realizado la concejal Lucía Bastidas y que ahora hacen también los organismos de control, sobre las obras y modificaciones arbitrarias que emprenden la Alcaldía, la Secretaría de Movilidad y el IDU sobre uno delos más importantes corredores viales, que mueve aproximadamente el 25% del tráfico de la ciudad.

Para la concejal Bastidas, los hallazgos que propician la investigación de la Contraloría Distrital en las últimas horas, revelan lo que ya era un pedido a gritos de los habitantes de los barrios que se han visto directamente afectados por los persistentes problemas de movilidad, incrementados por la falta de atención del gobierno distrital a lo que han manifestado que requieren en materia de movilidad. “Tras varias visitas técnicas a la Calle 13, la Contraloría de Bogotá identificó afectaciones económicas, ambientales, urbanísticas, de espacio público y seguridad que requieren, con urgencia, una intervención urbana integral”, dice el informe con el fin de evitar el colapso de esta importante artería vial.

La Concejal Lucia Bastidas, quien además es la coordinadora de la Comisión Accidental sobre Nuevas Troncales de TransMilenio, en el Cabildo Distrital, recordó que esta desde dicha comisión se ha llamado a la Administración sobre la importancia de desarrollar un proyecto definitivo e integral de movilidad para esta vía, que piense en el beneficio de los habitantes de Fontibón y Puente Aranda y no solo se efectúen soluciones transitorias como las adelantadas por la presente administración, que como lo evidencia las razones esgrimidas por la Contraloría ya causan además un impacto fiscal.

“Estas medidas transitorias, han sido improvisadas e impuestas a la brava, como bien diría la Alcaldesa Claudia López cuando se refería al proyecto de la Troncal de la Carrera 7ª (pero esa es otra historia), pero lo más preocupante es que están costándole recursos a los bogotanos. Recursos que podrían aunarse a los ya determinados para proyectos que se habían defino para una solución mediante estudios y un análisis basado en las necesidades del sector”, señalo la cabildante del Partido Alianza Verde.

El polémico bicicarril que la comunidad no quería

Además recordó que por la emergencia sanitaria del Covid-19, a pesar de que el medio de transporte que incrementó su demanda fue la bicicleta, no se podían tomar decisiones intempestivas sin consultar con los residentes o los transeúntes como los directos afectados.

“Así ocurrió con el bicicarril de la Calle 13, que se construyó en sentido oriente-occidente que se reforzó con barreras tipo new jerseys de concreto, a través del IDU en un proceso por $1.261 millones de pesos con los que se contrató bajo la modalidad de Contratación Directa por Urgencia Manifiesta, los suministros de las barreras de seguridad tipo new jersey. Ahora bien, las vidas que se han salvado de ciclistas que transitan por esta vía, que pasó de 1.580 en marzo de 2020 a 6.520 en noviembre del mismo año, no está en discusión, todas las vidas cuentan y se requieren acciones para protegerlas. El problema surgió porque el espacio que se utilizó de la calzada generó una reducción de un carril entero y disminución de la velocidad en 57%, de acuerdo con el informe de ProBogotar”. Insistió Bastidas.

Y agregó: “Los vecinos del sector y ciudadanos de municipios como como Funza, Madrid, Mosquera, Bojacá y Facatativá que son cerca de 500.000 personas, han señalado que este bicicarril ha generado un altísimo embotellamiento para los vehículos particulares y de carga, lo que se traduce en trancones de hasta 3 horas para salir de Bogotá hacia municipios vecinos, en un recorrido que debería tardar un máximo de 45 minutos. Una réplica a la que se hizo caso omiso y tiempo después por las protestas de los residentes, el Distrito tuvo que anunciar un nuevo cambio y fue el de “mover” el bicicarril a un costado de la vía, sobre el andén, según lo dijo la propia alcaldesa Claudia López, en parte de la reserva vial de la Calle 13”.

Lo cierto, según dijo la concejal, es que de acuerdo a lo dicho por la Unidad de Mantenimiento de Malla Vial, tendría un costo de $4.500 millones, pero en total se habrían invertido cerca de $5.000 millones en soluciones transitorias únicamente para una mínima parte de los actores viales. “Cabe preguntar ¿No era mejor implementar todo un proyecto para esta vía que sea una solución para todos los actores viales, ciclistas, peatones, conductores de vehículos particulares y de carga?, seguramente nos hubiéramos ahorrado, tiempo, discusiones, debates y dinero de los bogotanos. Imponer no es la solución”.

La propuesta

De otra parte Lucía Bastidas recalcó que desde la administración del exalcalde Enrique Peñalosa se propuso desarrollar el proyecto de la Troncal de TransMilenio por esta vía, se contrataron los estudios y diseños que ya fueron entregados a la Administración Distrital, en un proyecto que contempla una autopista urbana con dos calzadas, en las cuales estarán: dos carriles para sistema BRT de Transmilenio y cuatro carriles de tráfico mixto, con espacio público de 11 metros, zonas verdes y 60,2 km de ciclorrutas, que permiten que esta vía se convierta en “la joya de la corona” como lo ha reconocido el secretario Nicolás Estupiñán, Secretario de Movilidad, con más de 1.112.860 m2 de espacio público.

Un recorrido de 11,4 kilómetros que inicia desde el borde de la ciudad y llega hasta la carrera 50 para integrarse operacionalmente con la troncal ya existente de las Américas y beneficia a más de 1 millón de habitantes del occidente de la ciudad, tendrá 13 estaciones con 114 buses biarticulados última tecnología, 1 estación de cabecera, 1 patio taller, 5 intersecciones a desnivel y 2 pasos a nivel para complementar el Regiotram de Occidente como lo señaló en su momento el Gobernador de Cundinamarca Nicolás García.

@luciabastidasu – Concejal de Bogotá