La estrategia revelada por el Secretario de Seguridad, cuando habla del incremento de cerca de dos mil policías para la ciudad al término de 2021, resulta importante que estos uniformados puedan hacer presencia efectiva en los barrios, con las comunidades, pues en diferentes zonas afectadas por el vandalismo, los delitos han crecido así como el número de denuncias frente a la ausencia de los policías de cuadrante o de los CAI, que son delegados para mantener el orden público en medio de las protestas de los últimos meses y por ello, también se hace crucial que la Alcaldía le ponga fin y sanción real a la protesta violenta.
Y es que las capturas por actos vandálicos no son suficientes y no se equiparan a la cantidad de hechos que ocurren a diario y que ha dejado tan afectadas a las localidades, su infraestructura y sus comunidades; por eso el anuncio de la implementación de la inteligencia, el mejoramiento de equipamiento, y la analítica de datos que permitan a la vez el mejoramiento del C4, cobra mayor importancia justo ahora cuando se suma a la situación de inseguridad, la infiltración de guerrillas urbanas y otros grupos delincuenciales organizados en las protestas.
Una situación que se ha constatado esta semana con las declaraciones recientes de miembros de la autodenominada Primera Línea detenidos por disturbios en Suba y Engativá, que aseguraron que esas bandas les pagan por atacar la infraestructura, el comercio y Transmilenio; son situaciones que deben investigarse de fondo para llegar a identificar responsabilidades y lograr el desmantelamiento de esas estructuras criminales que tienen como objetivo en común las localidades de Kennedy, Usme y Suba, situación que de primera mano ha podido conocer la Secretaría de Seguridad en los recorridos que ha realizado la Comisión contra el Vandalismo del Concejo de Bogotá.
Recordemos que los daños en la ciudad resultado del vandalismo en las protestas que iniciaron el 28 de abril pasado, ya le cuestas a los bogotanos más de 25 mil millones de pesos, por afectaciones a Transmilenio, a bienes públicos de la ciudad, sin contar los que se han causado al comercio formal, privados y a los ciudadanos en sus viviendas, su movilidad y su empleo, por los bloqueos y la violencia de las manifestaciones.
Sigue preocupando la reducción mínima en delitos
Aunque en algunos delitos se evidencia una reducción, la cifra no es significativa frente a la ola de inseguridad que azota a la ciudad y a las modalidades de delincuencia que cada vez son más violentas. Así lo demuestran las cifras reveladas en las últimas horas por la Secretaría de Seguridad que indican que
Frente al homicidio, el mes de julio se presentaron 102 homicidios frente a 118 del mes de junio y 117 del mes de mayo, no es una disminución sustancial del delito y resulta preocupante que los hechos se cometen con cada vez más sevicia y son más públicos, incluso teniendo como escenario la vía pública a plena luz del día. Las localidades que concentran el 64% del homicidio son: Rafael Uribe Uribe, Mártires, Kennedy, Bosa, Ciudad Bolívar y algunas zonas de Usaquén, sin embargo, la mirada no se debe enfocar solo a esas localidades sino prevenir lo que ya comienza a generalizarse en otras como Engativá, Suba y Usme, que aunque no sean en gran número, requieren de urgente atención pues demuestran una modalidad específica de hurto y homicidio a taxistas y por retaliaciones o ajustes de cuentas en los últimos meses.
En otros delitos como el hurto de bicicletas, para el cual hay una reducción del 6% entre enero y julio, respecto a 2020, lo cual no demuestra una estrategia efectiva que proteja a los ciudadanos que en su mayoría migraron a este medio de transporte por la pandemia y por la sostenibilidad ambiental de la ciudad, o, porque simplemente es el único medio al que pueden acceder, y en las calles han visto a las bandas organizarse con nuevas modalidades como: atraco en pasos debajo de los puentes peatonales o vehiculares, por grupos de ladrones de más de 4 personas que van armados, que se decidan también al hurto de bicicletas de alta gama o que lo hacen también aprovechando la vulnerabilidad de los parqueaderos, que no responden por este tipo de robos.
Celebro que se mantenga la reducción en los delitos que afectan a las mujeres como los delitos sexuales y la violencia intrafamiliar, sin embargo resultan pobres las disminución siendo de 4% para el primero y 13% para el segundo, lo que indica que se deben articular y fortalecer las acciones en aras de fortalecer la seguridad de mujeres y niños principalmente en Bogotá.
Sigue siendo erróneo que se comparen las reducciones en materia de seguridad con el año 2019 cuando la dinámica era la de una ciudad abierta, en una dinámica normal en las calles, mientras que para 2020 hubo total aislamiento y cierre comercio, y en 2021 hasta ahora se están dando las reaperturas, por ende, las cifras de disminución de estos delitos deberían ser muy superiores a las presentadas, por ejemplo en lo que tiene que ver en hurto a residencias que es del 5% y del 34% en hurto a comercio.
Es momento de revisar, evaluar y fortalecer de la mano con las comunidades y el sector privado, las estrategias que redunden en el bienestar general de las comunidades en un mejor balance de la seguridad que época de reactivación tanto se necesita, y en la percepción de seguridad de los ciudadanos que necesitan sentirse acompañados y respaldados por la Administración Distrital y la Policía.
Lucía Bastidas Ubaté
Concejal de Bogotá