La Carrera Séptima en Bogotá se convirtió en el escenario por excelencia de demostración que el caos, las aglomeraciones y la falta de autoridad reinan en Bogotá, aún con pandemia de Covid19.
Caminar por esta vía entre las calles 11 y 24 se ha convertido en una verdadera hazaña. Es un problema que se dejó crecer, que no controló la alcaldía de Samuel Moreno y que las administraciones de Gustavo Petro y Enrique Peñalosa dejaron creer, y que por supuesto, se le salió de las manos a la alcaldesa Claudia López.
No es extraño entonces que el Covid 19 se salga de control una vez más con esta falta de autoridad, en donde vendedores de ropa, de zapatos, de elementos de cocina y juguetes, todos estos de segunda mano, se ubican en los andenes y sobre la vía, obstaculizando el paso de la gente. También se observan cuenteros, bailarines y cantantes que buscan sus quince minutos de fama junto a estatuas humanas y venta de perros caliente, chorizos, arepas y cuanta comida rápida se encuentra en el mercado.
En pocas palabras, la Carrera Séptima de Bogotá entre calles 11 y 24, que se supone está pensada para el disfrute ciudadano, hoy es un verdadero desorden por cuenta del rebusque popular y la falta autoridad del Distrito, que se supone es quien debería poner control para que no se formen aglomeraciones.
Si hechos como estos ocurren en cercanías a la Alcaldía de Bogotá, Ministerio del Interior, Presidencia de la República, Policía de Bogotá, etc., ya se puede imaginar lo que ocurre en las localidades de la capital, especialmente donde escasamente se ve una moto con dos agentes de la policía patrullar de vez en cuando.
Por supuesto también es un lugar donde los dueños de lo ajeno aprovechan el tumulto para robar billeteras y celulares. También para que los comerciantes de pequeñas dosis de drogas ilegales se camuflen entre venta y venta para hacer negocio envenenando a los ciudadanos.
Es cierto que la situación que vive el mundo entero obliga a muchas personas al rebusque para llevarles la alimentación a sus hijos, pero esta no puede ser la excusa perfecta para que la administración distrital se haga la de la vista gorda y no le ponga orden a este sector de la ciudad.
Claro que se puede permitirle a los vendedores informales que ofrezcan sus productos, pero en orden evitando ese caos que se ve de domingo a domingo en un sector que es emblemático en el centro de la ciudad.
El problema ya existía cuando Claudia López llegó a la administración de Bogotá, pero que pena alcaldesa, es a usted a quien le corresponde solucionarlo, así es que demuestre que la batuta está en sus manos.