Durante las últimas semanas se han conocido varias quejas sobre la falta de seguridad en el norte de Bogotá que está siendo azotado por bandas delincuenciales que parecen operar ahora bajo la modalidad de hurto de bicicletas en parqueaderos.
Uno de los casos que más me llama la atención, es el registrado en el parqueadero ubicado en la Calle 125 con Carrera 20, que está bajo la administración del Terminal de Transportes de Bogotá, en donde una camioneta que permanecía estacionada allí, con dos bicicletas en su interior fue objeto del quiebre de uno de los vidrios y le fueron robados varios elementos que tenía en su interior, entre los que se encontraban dos bicicletas de alta gama, y dejó como resultado un hurto avaluado en $80 millones.
Ante la denuncia instaurada por el afectado, la respuesta tímida del Terminal fue justificar que al ingresar cualquier objeto de valor en un vehículo, éste debe ser declarado ante la administración del parqueadero para dejarlo en custodia, y que como no ocurrió así, solamente responderían por la reposición del vidrio roto del vehículo.
No es posible que los parqueaderos evadan su responsabilidad con la seguridad de los ciudadanos bajo una norma expuesta en un letrero, cuando cobran por un servicio de seguridad, que incluye: personal para el cuidado, cámaras de vigilancia y grabación y verificación a la entrada y salida de cada persona y carro. Entonces, ¿Cómo es posible que un hurto de esta magnitud pase por alto? ¿Qué pasará entonces con los casos en los que se roban un radio o un computador o documentos del interior del vehículo si tienen un monto menor? ¿Cómo puede suceder que ingresen delincuentes a abrir vehículos o romper vidrios sin que el personal lo note, y peor todavía, que salgan con estos elementos hurtados como Pedro por su casa?
Ya es hora de que este tipo de establecimientos comiencen a responder por el servicio que deben prestar efectivamente y no solo se limiten a lucrarse por una labor que no ejecutan bien; más aún, cuando están, como en este caso, bajo la administración de una entidad como el Terminal de Transportes.
De parte de la Secretaría de Seguridad los ciudadanos también exigen una respuesta sobre estas bandas delincuenciales que ahora no solo operan en el espacio público, donde tampoco se ha visto reducción en las cifras de hurtos, sino que ahora han volcado sus esfuerzos a la delincuencia al interior de los parqueaderos, se necesita establecer responsabilidades, identificar y desmantelar a los responsables; y a la Superintendencia de Industria y Comercio la invitamos a poner los ojos sobre estas denuncias que comienzan a ser más frecuentes en diferentes zonas de la ciudad.
Lucia Bastidas – Concejal de Bogotá