Es cierto que todos merecemos una segunda oportunidad y es lógico que Daneidy Barrera (Epa Colombia), la pida y haya personas que estén dispuestas a otorgársela, el problema es que cuando no se es consciente del papel que se juega en la sociedad y se comete un error, bien sea porque parece gracioso o como herramienta para ganar seguidores en la red, se debe asumir las consecuencias de este, por duras que sean.
En el momento en que se toma la decisión de convertirse en influenciador (a), se debe tener claro que al grabar un video realizando determinada actividad, muchos ciudadanos pueden seguir el ejemplo y es por esto que lo lógico es que todo acto que quede registrado en redes sociales, se haga en modo positivo y no al contrario.
No entiendo las razones que pudo tener Daneidy para grabar un video vandalizando una estación de TransMilenio, que como se sabe, es un bien de uso público y que gran parte de sus recursos se pagan con plata de los impuestos de los bogotanos. Puede que a ella el sistema no le guste y está en todo su derecho de no usarlo si no le parece, el problema es que miles de ciudadanos si le necesitan para trasladarse de un lugar otro y no se debe afectar con una acción vandálica como la que cometió, entre otras, porque se puede estar influenciando a una gran masa a seguir el mismo ejemplo.
Eso que algunos ven como simple e insignificante, en el fondo no lo es tanto, porque se trata de un bien público de la ciudad que es pagado con recursos del Distrito que salen de los impuestos de los bogotanos, algo que es sagrado.
Es esta la razón por la que no se vio para nada gracioso ver a la influenciadora en este tipo de acción, porque es un acto negativo para una sociedad que debe aprender a cuidar de lo público como es el caso de TransMilenio que ha tenido que aguantar la guerra sucia que le ha hecho la izquierda en Bogotá, quien primero lo abandonó a su suerte para luego echarle la culpa de todos los males que habían en la ciudad.
En lo que si estoy de acuerdo es que la sentencia fue exagerada y que no había razón para mandarla tras las rejas, al fin de cuentas, Daneidy no representa ningún peligro para la sociedad, como si sucede con más de un político a quien si le han dado casa por cárcel y en algunos casos hasta finca.
En este caso era necesario enviar un mensaje a la ciudadanía, quien primero debe entender que un influenciador(a), debe actuar en sus redes en modo positivo y no al contrario, porque puede estar induciendo a una gran masa a hacer lo mismo y ahí está lo delicado del asunto, porque si esto sucede, no queda otra más que aplicar la ley, y dice el refrán: dura es la ley pero hay que cumplirla.