Natalia, una futbolista que quiere ser concejal de Bogotá

Natalia Moreno Salamanca soñaba con ser futbolista, esa fue su primera lucha política, porque con ella había varias mujeres de su edad que tenían el mismo gusto deportivo.

Para esos tiempos, pensar que una mujer quería ser futbolista profesional era algo difícil de concebir, por los prejuicios de la sociedad de aquella época. Sin embargo, ante la dificultad para encontrar una liga femenina decide integrar equipos con hombres. No fue fácil, pero lo logró. Primero ingreso a Millonarios con los niños del equipo masculino y más adelante con Nueva Vida, donde estaba Orianica Velásquez, actual jugadora de la Selección Colombia y del Independiente Medellín, permaneciendo allí hasta que cumplió la mayoría edad.

Al llegar a los 18 años se da cuenta de que la dificultad para ingresar a un torneo profesional era enorme, que si seguía no sería bien remunerada. Toma entonces la decisión de estudiar Economía en la Universidad Nacional, alternando la actividad académica con el futbol en el equipo universitario.

El no ser futbolista profesional le generó su primera frustración, porque siente que esta posibilidad le fue negada, no por ser mal deportista, sino por el hecho de ser mujer, lo que termina por motivarle a estudiar su maestría en Estudios de Género y entiende entonces, por qué hay espacios vetados para el sexo femenino.

Toma la decisión de participar en política y poner su granito de arena para que se superen los sesgos en el deporte y en todo lo que impide un mayor reconocimiento del papel de la mujer en la sociedad.

Natalia siente que en la política hay vetos para el sexo femenino al igual que un día los hubo en el futbol. Lamenta que, de 45 curules en el Concejo de Bogotá, solo 9 sean ocupadas por mujeres. Espera que en esta ocasión lleguen más colegas suyas al cabildo distrital.

Esta nueva lucha la da al interior del Polo Democrático en donde cuenta con el respaldo de personas que desde hace mucho le han acompañado. Su gran apoyo está en su madre (Amparo Salamanca), quien desde muy pequeña le ha dado su comprensión en todas sus luchas. No tiene hermanos, su padre murió cuando tenía 5 años. Siente un gran amor por las mascotas. La mayor parte de su infancia la vivió en el barrio Jota Vargas en Bogotá.

En el colegio todos las reconocían como “la futbolista”, lo mismo que en su cuadra. Al llegar de estudiar, antes de hacer los trabajos, salía a jugar con los niños del vecindario, hasta el momento en que su madre llegaba de trabajar.

Le gusta mucho disfrutar de la compañía de su perro, con quien sale a pasear en la ciclovia. Se considera una persona bastante sociable y hace todo lo posible para que lo absorbente de la política no la aparte de todos sus conocidos.

Mientras cursaba el segundo semestre de Economía en la Universidad Nacional fue invitada por una compañera a una asamblea estudiantil para discutir la posibilidad de redactar una propuesta alternativa de reforma al Estatuto de Estudiantes. Lo anterior, porque se tramitaba desde las directivas, un documento que consideraban “lesivo para ellos”.

Comprendió que, para generar un cambio en la sociedad, era necesario hacer parte de ese cambio. Participa entonces en las elecciones del Consejo de Bienestar Universitario, también como representante de la Facultad de Ciencias Económicas y más adelante del Consejo Académico de la Universidad. En medio de las jornadas de participación, conoce militantes del Polo Democrático Alternativo quienes le invitan a las actividades del partido.

Su dedicación y entrega por los temas en los que participa, la llevaron a trabajar en la Unidad de Trabajo Legislativo del senador Jorge Robledo, a quien admira por la labor que ha realizado en el Congreso de la República. Apoyó también la campaña del concejal Manuel Sarmiento.

Integra la lista de candidatos al Concejo de Bogotá por el Polo Democrático Alternativo, en donde espera continuar con su lucha para que a las mujeres se les dé un mayor reconocimiento y su labor sea más valorada.