Con la moción de observación a la gerente de la Terminal de Transportes de Bogotá, Ana María Zambrano, queda en evidencia que la discusión dista mucho de ser un debate por la implementación del parqueo en vía, sino en defensa de los recursos de la ciudad.
He defendido el proyecto porque es una fuente de financiación que plantea un sistema de estacionamiento en vía como una oportunidad para mejorar el caos de invasión y apropiación del espacio público, que permitirá el mejoramiento en la implementación del Sistema Integrado de Transporte Público – SITP, además y porque existen cuatro aspectos relevantes en los que contribuye el desarrollo y puesta en marcha de este proyecto:
- Mejora la organización de la ciudad: que está invadida de vehículos mal parqueados en los andenes, quitando espacio a los peatones; dando paso a que personas inescrupulosas monopolicen el espacio para parqueaderos ilegales sin ninguna retribución a la ciudad.
- Impacto ambiental: Conductores en busca de espacio gratuito o con menor costo genera mayor tráfico en las vías y aumenta las emisiones de gases contaminantes. Permitir el estacionamiento en vía podría reducir ese tiempo que gastan los conductores en busca del espacio gratuito o a menor costo, además de disminuir las emisiones contaminantes.
- Fuente de financiación: para la Administración Distrital, pues los recursos que genere esta actividad permitirán tener una nueva fuente de ingresos que contribuirá al mantenimiento y mejora del SITP.
- Desincentiva el uso de vehículos privados: porque las políticas de estacionamiento pueden ser una poderosa herramienta para incentivar a la población a tomar transporte público o a usar la bicicleta. Así mismo, su ubicación podrá incrementar el flujo de personas a zonas de comercio y de turismo.
Sin embargo, para lograr todo esto, es necesario que la gestión sea responsable con los recursos de los bogotanos, que no se preste para que haya dudas sobre la implementación del parqueo en vía. Y es que con pruebas se demostró que el proceso desde sus inicios ha tenido diversos inconvenientes, el más reciente, el que tiene que ver con los sobrecostos en la adquisición de los cepos para los carros y las motos.
En diferentes oportunidades señalé que el proyecto debía salir adelante y era un deber de esta administración llevarlo a cabo con sensatez y transparencia. Sin embargo, los sobrecostos de alrededor del 900%, asumido por la Terminal de Transportes con recursos públicos, es el énfasis del debate, que se adelanta porque no hemos tenido respuesta de la gerente de la entidad y porque siguen siendo injustificados. Los recursos públicos son sagrados y permitir sobrecostos en un proceso en el que ocho minutos antes de cerrar se postuló un solo proponente con precios exorbitantes, y se le adjudica, no suena bien, no se ve bien ni huele bien.
Aunque la moción fue negada, el mensaje debe ser contundente a las entidades y alcaldías locales que hacen fiestas con la contratación, es un llamado de atención del Concejo de Bogotá a la Administración y a los órganos de control, porque si se reconoce el problema, se mejora, sino, casos como estos de dudas sobre la contratación continuarán.