El Proyecto de Ley Reglamentaria que discute el Congreso de la República para fijar las reglas con las que funcionaría el área metropolitana entre Bogotá y Cundinamarca, que incluye 21 municipios del departamento ha generado polémica por algunos puntos, que para algunos concejales de Bogotá y analistas en temas urbanos no son claros.
En dialogo con Confidencial Colombia el director de la Fundación Futuros Urbanos Omar Oróstegui y el concejal Diego Cancino, manifestaron su preocupación, en primer lugar por el papel que jugaría la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca y Bogotá – CAR.
Para el analista y director de Futuros Urbanos, dejar por fuera a la CAR genera un riesgo enorme para el tema medio ambiental en el área, según él, porque al tratarse de un ente autónomo e independiente, trabajaría por sus propios intereses y no en conjunto, y va más allá calificándoles como entidades que no han cumplido un papel relevante a pesar de que manejan presupuestos de más de un billón de pesos al año. El concejal Cancino estima que la CAR no ha cumplido con su objetivo de cuidar de la vida ambiental de la región.
El segundo aspecto que preocupa a Cancino y Oróstegui tiene que ver con la creación de un Plan Director con el que operaría el área metropolitana y que limitaría la autonomía de los concejos municipales y de ciudad. El director de Futuros Urbanos considera que exigir una armonización de los planes de desarrollo de los municipios y de Bogotá, lo mismo que Cundinamarca con los planes de ordenamiento territorial, y que este plan rector, que sería de carácter regional, “es irrespetar la autonomía y la independencia de cada ente que se asocie”. El cabildante distrital estima que desde arriba es muy difícil construir consensos y que por tanto no está bien que un órgano rector le indique a cada municipio lo que debe hacer.
Tanto Cancino como Oróstegui consideran que hizo falta preguntarle a la ciudadanía en los municipios si deseaban integrarse con Bogotá.
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