Nada bueno puede resultar para Bogotá si los dos líderes de los gobiernos nacional y distrital no se ponen de acuerdo, no importa el tema de preocupación del momento.
Hemos visto a la alcaldesa Claudia López y al presidente de la república en polémicas constantes, no sé si es porque no hay comunicación directa entre ambos mandatarios o porque algunos de los miembros de cada uno de sus equipos se han dedicado a sembrar intriga, pero lo cierto es que en cada confrontación verbal, la única que pierde es la capital del país.
En estos momentos se requiere del diálogo y el acuerdo entre la Alcaldía de Bogotá y la Presidencia de la República para que la capital del país supere los problemas de inseguridad que se han incrementado porque el crimen organizado que opera en la ciudad, encontró en el microtráfico a la gallina de los huevos de oro y dispersó sus redes de distribución, al punto en que este se encuentra en todas las localidades y me atrevería a decir, que ha penetrado a todos los barrios.
Es cierto que en los últimos años, personas de procedencia venezolana han ingresado a estas redes, como consecuencia de la vulnerabilidad social en la que se encuentran y que los ha obligado a pasar días enteros sin comer, situación que aprovecha el crimen organizado para seducirlos. Esta realidad no se puede negar, ni se puede disfrazar y es por esto que se requiere de la acción conjunta entre el Distrito y la Nación, porque solo así se puede trabajar para acabar con la delincuencia que ha crecido a pasos agigantados durante las tres últimas administraciones en Bogotá.
La inseguridad en la primera ciudad del país se desbordó durante la alcaldía de Gustavo Petro y desafortunadamente en la de Enrique Peñalosa con la intervención del Bronx, solo se logró que el fenómeno se dispersara en toda la ciudad. Como era de esperarse, el problema creció tanto que Claudia López por más que tenga la mejor voluntad y cuente con una gran capacidad para trabajar en esta materia, no va a conseguir mayor cosa si el Gobierno Nacional no la acompaña.
Por el bien de la ciudad, es necesario que se abandonen los caprichos, los egos y los odios personales y se piense en los bogotanos, porque son ellos quienes deben enfrentar la inseguridad todos los días de su vida y rogarle a Dios para que cuide de sus vidas y les permita regresar a sus casas , sanos y salvos.
Hasta hace unos años, el temor de los bogotanos al salir de sus hogares, era que no los robaran, hoy día el miedo es porque no se los mate, porque es cierto que cuando un venezolano interviene en un atraco, este se da de manera más violenta, porque su modo de ser es muy diferente al del colombiano, y no se trata de xenofobia, sino de reconocer que hay un problema en la ciudad que se debe abordar para que más adelante no tengamos que enfrentar mayores tragedias.
Es en serio señores gobernantes, por favor dialoguen y llegue a un acuerdo por el bien de Bogotá.