El debate adelantado en el Concejo de Bogotá sobre el plan de “Rescate Social” propone redirigir $1,15 billones de pesos para el Fondo de Estabilización Tarifaria (FET) de TransMilenio con el fin de cubrir el déficit del sistema debido a la baja ocupación y la reducción de la demanda. Además, son recursos prioritarios para garantizar el transporte público de los ciudadanos más vulnerables, garantizar un servicio esencial, que sin duda resultó afectado por la pandemia y por el vandalismo.
Sin embargo, estos recursos no son suficientes. TransMilenio ya tenía un déficit de 2 billones de pesos al cierre de 2020 y el 2021 no fue mejor, se le sumaron más de $22.300 millones en daños por el vandalismo de las protestas, en su infraestructura, equipos técnicos, seguridad y buses, bajo la mirada de la Administración, que se tardó en controlar y restringir a los vándalos que por más de dos meses hicieron y deshicieron causando mayores pérdidas que todos nosotros debemos pagar.
El peor escenario que puede tener, es no contar con transporte público y afectar más a los ciudadanos sin el servicio, impidiendo también la reactivación económica de la ciudad y de paso menoscabando la calidad del aire que se logró recuperar con la renovación del Sistema.
Desde el Concejo de Bogotá, los cabildantes que hacemos parte de la Comisión de Hacienda hemos reiterado el compromiso que tenemos para que Transmilenio pueda continuar. Ahora, es deber de la Administración, por un lado, asegurar la protección del sistema en general, especialmente del vandalismo. Es una gran responsabilidad que no los hemos visto asumir y que ahora tienen en sus manos e insistimos que deben pasar del discurso a la práctica”.
La estructuración, gestión y puesta en marcha de nuevas fuentes de financiación para el Sistema que pueden ser tributarios como cobros por parqueo en vía, por congestión y/o por contaminación, multas por vandalismo, cobros de plusvalía en predios cercanos a corredores viales de troncal, entre otros, son una alternativa viable en este momento crucial.
Son medidas poco populares, que no dan publicidad, pero finalmente son medidas urgentes y necesarias porque nada es gratis, todo tiene un precio y lo que por irresponsabilidad y populismo la Administración se ha dejado avanzar hasta este punto y que con su tolerancia al vandalismo ha recrudecido, deberá suplirlo de otro modo ¿o acaso pensará dejar la ciudad sin transporte en los próximos días y culpar al Concejo que ha dado garantías y un debate con responsabilidad? Nadie se pregunta por los costos de inversión y operación hasta que no les toca el bolsillo.
Lucia Bastidas Ubaté
Concejal de Bogotá