La Fundación holandesa Bernard van Leer, creadora de la tendencia Urban95 que promueve espacios públicos sanos, seguros y amigables, ha venido apoyando la implementación de esta iniciativa en más de 15 ciudades en el mundo como estrategia para que los niños y sus cuidadores vuelvan a jugar en las calles y sean los padres y la comunidad quienes generen entornos protectores en los barrios.
Esta iniciativa está pensada desde la mirada de los niños de 3 años basada en la altura de 95cms, estatura promedio de esta edad según la Organización Mundial de la Salud, permitiendo observar la ciudad desde su visión, para que de esta forma sea incorporada en la planeación del espacio público y diseño urbano, mejorando los espacios comunes que invitan a experimentar la ciudad de otra manera.
“Urban95, es una iniciativa de bajo costo y alto impacto. Los niños y sus cuidadores, con pequeñas experiencias e intervenciones en el espacio público, se divierten y juegan; es decir, la calle se convierte en un entorno amigable protegiendo a los niños que en ocasiones enfrentan el maltrato al interior de sus hogares”, así lo manifiesta Leonardo Yánez, Asesor Senior de la Fundación Bernard van Leer.
En el caso de la capital, el proyecto se ha convertido en una de las Buenas Prácticas del Distrito; es conocido como Urban95 Bogotá, Crezco con mi barrio y liderado por la Administración Distrital, con el apoyo técnico de Bloomberg Associates y la Fundación Casa de la Infancia. La implementación del piloto se realizó en el barrio La Acacia de la localidad de Ciudad Bolívar e incluyó la creación de estancias de juego, rutas y cruces seguros para los niños, sus cuidadores y comunidad. Próximamente se implementará en las localidades de San Cristóbal y Usaquén.
El desarrollo de Urban95 Bogotá, Crezco con mi barrio ha permitido que los ciudadanos, principalmente los niños, se apropien más de la ciudad evidenciándose la transformación del espacio público y el cambio comportamental de los cuidadores y la comunidad.
Este ejemplo de la capital, abre la oportunidad de escalar el modelo a otras ciudades del país para trabajar con arquitectos, ingenieros y tomadores de decisiones en la incorporación de un enfoque de primera infancia en la planeación y gestión pública de las ciudades.