En Colombia le han llamado matoneo, una palabra violenta para describir el acoso y el abuso al que más del 32% de la población estudiantil se ha visto sometida. También conocemos el acoso escolar como bullying, un término que se empezó a usar a raíz de las investigaciones del psicólogo sueco-noruego Dan Olweus, quien en los años 70′ inició la investigación acerca de cómo funcionaba la agresión entre pares dentro de entornos escolares. Es preciso acotar dos elementos relevantes a la comprensión del concepto de acoso escolar:
- No toda agresión es acoso escolar o bullying;
- No toda crisis emocional es producto de un acoso escolar o bullying, muchas veces son conflictos de difícil manejo.
El origen etimológico de la palabra bullying fue explicado por Olweus con las raíces:
- “Bull, que significa toro en Español. Haría referencia a las características más violentas de este animal”
- “Bully, que significa intimidar. Por lo que en gerundio sería bullying; es decir, intimidando”
¿Qué es acoso escolar o bullying?
Es una conducta intencional, sistemática en la que hay un desequilibrio de poder. Puede ser una persona o un grupo el que “agrede, intimida, humilla, ridiculiza, difama, coacciona, genera aislamiento deliberado, amenaza o incita a la violencia”, generando maltrato social, psicológico, verbal, físico y emocional. Las personas o grupos de personas utilizan su entorno, los medios tecnológicos y la comunidad a la que pertenecen para ejercer presión, amedrentamiento, intimidación y sufrimiento sobre su víctima.
Algunas cifras de Colombia:
– 32% de los estudiantes en Colombia reportó en la prueba PISA haber sufrido cualquier tipo de bullying en su colegio.
– 12.2% de estudiantes indicó que otros/as estudiantes le robaron o destruyeron cosas que le pertenecían.
– 11.2% indicó que fue golpeado o empujado por otros estudiantes.
– 15.9% indicó que otros estudiantes lo dejaron afuera de cosas a propósito.
– 18.1% indicó que recibieron burlas de parte de otros estudiantes.
– 10.6% indicó que fue amenazado por otros estudiantes.
¿Qué NO es acoso escolar o bullying?
¡Ahora todo es bullying! Una frase común que han usado los y las detractores/as de la disciplina con sentido, de rotular a la generación de cristal y de la no eliminación del castigo físico.
Es cierto que muchas conductas pueden ser etiquetadas como acoso escolar o bullying, no obstante, otras son parte del aprendizaje social, veamos:
Crisis emocionales por inmadurez
Los niños, niñas y adolescentes (NNA) están aprendiendo a gestionar sus emociones, esto es como aprender matemáticas, no se logra en un solo año y con un solo método.
- Las crisis emocionales en niños, niñas y adolescentes. Cambios de alta intensidad que son producto de situaciones no esperadas. Por ejemplo: Un llamado de atención de un profesor, que un compañero de clase no compartiera sus onces. La respuesta de los niños/as puede ser con cambios físicos como inapetencia (no querer comer), golpear las cosas, contestar mal o estar en negación.
- Pensamiento en crisis. Los niños, niñas y adolescentes ven pocas alternativas a la situación que están viviendo. Por ejemplo: Perder una materia, que una amiga les diga que “ya no quiere ser más su amiga”, no ser invitado a una fiesta. La respuesta de los niños/as puede ser con cambios emocionales como llanto, tristeza, soledad, apartarse del grupo, disminución de su autoestima.
- Comportamientos desbordados. Ante los cambios hay una sobre reacción que muchas veces, los padres y madres suelen llamarlos “drama”, la verdad, es que no tienen suficientes herramientas para saber qué hacer con ese agobio. Por ejemplo: Recibir un no por parte de mamá o papá, obtener una calificación baja cuando se esforzaron, no ser tenido/a en cuenta por sus amigos/as, no ser incluido/a en el grupo de redes sociales. La respuesta de los niños/as puede ser gritar de forma continua, llorar con gritos, azotar las puertas, arrojar los objetos, tirarse al piso, autolesionarse, una pataleta.
La problemática de normalizar que todo es acoso escolar o bullying es que las situaciones que SÍ son acoso son desestimadas o no se les da la importancia que deberían tener. No es moda, ni un virus de agresividad escolar, tampoco son cosas de niños. La violencia escolar si ocurre y debe ser detectada a tiempo.
Alexandra Parra
Pedagoga y neuropsicóloga