Bogotá vs Vancouver

Amanda Pitre Hayes, Directora de Sostenibilidad de Vancouver; Invitada especial a la Semana de la Administración organizada en la Universidad Central, habló sobre los retos a los que se enfrenta la capital colombiana en términos de desarrollo y sostenibilidad.

CMV: En una ciudad como Bogotá, ha resultado difícil implementar iniciativas que desincentiven el uso del transporte particular, en gran medida a causa de las deficiencias del sistema de transporte público. Desde su experiencia ¿Cuál es la manera más acertada de lograr que los ciudadanos migren del uso de vehículos particulares al transporte público?

AP: Hemos aprendido que es importante ofrecer muchas alternativas. La puesta en marcha de una infraestructura que contemple zonas peatonales, vías para transitar en bicicleta, uso compartido de vehículos particulares y transporte público es la prioridad en la ciudad de Vancouver.

También es importante hacer frente a las barreras —reales o percibidas— que desestimulan el uso de medios alternativos de transporte, tales como seguridad, grado de dificultad en su utilización, divulgación de las rutas de transporte alternativas, etc.

El sobrecupo en el transporte público es un problema en Vancouver; aunque estamos trabajando para solucionarlo, hemos reconocido que, mientras tanto, surge una oportunidad para apoyar la adopción de otros medios alternativos.

CMV: Una de las problemáticas sociales y ambientales que afronta Bogotá está derivada del exagerado crecimiento demográfico en la periferia, en zonas cercanas a ríos y humedales, y en los cerros. ¿Cuál piensa usted que podría ser el modelo de urbanismo más sostenible para una ciudad con cifras tan aceleradas de crecimiento?

AP: En Vancouver enfrentamos la misma situación, toda vez que buena parte de los pocos terrenos baldíos que quedan en la ciudad se encuentran en nuestra llanura aluvial. Debido a que Vancouver es una ciudad costera, hace poco aumentamos en un metro el nivel en el que se permite construir a los urbanizadores, con el fin de garantizar la seguridad de las áreas residenciales de la ciudad conforme el nivel del mar aumente.

En aras de satisfacer la creciente demanda de vivienda, nuestro objetivo es aumentar la densidad cuando sea posible, por medio de diversas estrategias: torres de condominios en lugares adecuados, tales como el centro de la ciudad, y proyectos de construcción en lotes baldíos, como casas en los solares [laneway houses] en barrios residenciales. Llevada a cabo adecuadamente, la densificación urbana contribuye a aumentar la oferta de vivienda, a la vez que es compatible con infraestructura “verde”, dentro de la cual pueden contarse los servicios de transporte rápido y las Neighborhood Energy Utilities [empresas que aprovechan la energía térmica de aguas residuales y negras para proveer calefacción y agua caliente a los vecindarios].

CMV: ¿En qué consisten los denominados “empleos verdes” y cómo se integra la empresa privada en dicha iniciativa?

AP: Utilizamos en este sentido la definición de empleos verdes aportada por la Organización de Naciones Unidas e integramos a la misma el sector de la agricultura urbana de nuestra ciudad, por cuanto constituye una nueva área de crecimiento en Vancouver —situación que, además, es frecuente en otras ciudades fuera de Norteamérica—. La Vancouver Economic Commission (Comisión Económica de Vancouver), la cual es un organismo independiente de la ciudad, se compromete con empresas privadas (tanto con aquellas que comienzan actividades en Vancouver, como con las que operan en otros lugares y desean trasladarse a la ciudad) en la tarea de brindarles apoyo para que se establezcan allí. Además, buscamos crear un entorno propicio para lo anterior en tanto hacemos cambios de política para apoyar el Greenest City Action Plan.

CMV: En el caso específico de Bogotá, los intereses políticos han interferido con el desarrollo de la ciudad, pues ha faltado continuidad en los proyectos de transporte, urbanismo, infraestructura, sostenibilidad, etc. Y se han presentado discusiones entre corrientes políticas que no han permitido concertar planes para la ciudad. ¿Cómo blindar de los intereses y dinámicas políticas, las estrategias de desarrollo sostenible a largo plazo?

AP: Esa es una excelente pregunta. Lamentablemente, no puedo responderla.


CMV: ¿Qué papel jugaron las Universidades en la creación de la estrategia Greenest City 2020 Action Plan?

AP: Personas de la comunidad académica formaron parte tanto del Greenest City Action Team (líderes de opinión que desarrollaron los objetivos y metas del plan) como de los comités asesores externos que desarrollaron la estrategia.

Ahora bien, la comunidad académica no solo está vinculada con los comités; existen también dos programas innovadores que la ciudad desarrolló en conjunto con esta:

City Studio es una iniciativa de colaboración con seis instituciones de educación superior locales. Los estudiantes pueden pasar un semestre en el City Studio para completar créditos académicos, mientras trabajan en equipo en proyectos relacionados con la estrategia Greenest City Action Plan.

Greenest City Scholars, iniciativa dirigida a estudiantes de posgrado, es un programa de estudios de verano en el cual los estudiantes reciben asesoría de personas adscritas a la administración de la ciudad mientras adelantan proyectos relacionados con la estrategia.

Estos programas han demostrado ser una magnífica fuente de nuevas ideas, así como de futuros empleados de la ciudad. Esta ha sido una colaboración fructífera.



CMV: Vancouver tiene como política de transporte, dar prioridad al peatón y al ciclista; Bogotá, por su parte, desarrolla actualmente proyectos de préstamo de bicicletas y peatonalización en zonas comerciales y turísticas de la ciudad, sin tanto éxito, debido a las quejas del sector comercial, que argumenta un crecimiento de la informalidad y la inseguridad. ¿Cómo aprovechar de manera eficiente estos espacios públicos e integrarlos con sectores comerciales rentables?

AP: En Vancouver encontramos una preocupación similar al construir un carril para bicicletas en una calle comercial. La ciudad llevó a cabo un estudio sobre los volúmenes de tráfico antes y después de la construcción de un carril provisional de este tipo, y fue posible evidenciar que la puesta en funcionamiento de dicho espacio derivó en un aumento del tráfico (autos, peatones y bicicletas) para los negocios aledaños. Desde luego, el estudio se adelantó en un lugar específico, por lo que sería necesario aplicarlo [en el contexto bogotano].


CMV: El acelerado crecimiento demográfico de Bogotá pone en riesgo la disponibilidad y distribución de los servicios públicos, principalmente del agua. El modelo usado en Vancouver ha sido exitoso en términos de abastecimiento, calidad y planeación a futuro. ¿Cuáles fueron sus principios rectores y qué claves nos puede dar para lograrlo?

AP: Lo siento, pero no conozco la metodología empleada en detalle. Si lo desea, podemos ponerlo en contacto con nuestro Departamento de Agua [Water Department] para brindarle más información.

CMV: Greenest City 2020 Action Plan es un proyecto que contó con la participación activa de la comunidad de Vancouver. ¿Qué estrategia de comunicación se usó para incentivar y recibir las propuestas ciudadanas de forma tan exitosa?

AP: Utilizamos diversas estrategias de participación pública, con las cuales se logró que 35.000 personas se involucraran en el desarrollo del proyecto. Empleamos métodos habituales, como jornadas de puertas abiertas; y otros menos tradicionales, tales como un Ideas Slam, evento en el que los ciudadanos podían exponer ideas para ecologizar la ciudad ante jurados expertos. Nuestro método más popular consistió en una herramienta virtual, mediante la que los habitantes podían escribir sus ideas para ecologizar la ciudad y votar por las propuestas de otras personas. Aquellas ideas que recibieron la mayor cantidad de votos se desarrollaron y se incluyeron en el proyecto.


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