¿Coletazos en La Habana por Gustavo Petro?

La destitución emitida por el procurador Alejandro Ordoñez, dejó en el aire la posibilidad de un nuevo resquebrajamiento en el proceso de paz que se desarrolla en La Habana. Aunque Petro nunca ha sido afín a las Farc, representa a uno de los hijos del exitoso proceso de paz con el M-19, meta a la que se pretende llegar en este nuevo intento de darle fin al conflicto armado en Colombia.

Las Farc, que en el pasado tuvieron como objetivo militar a Gustavo Petro, esta vez salieron en su defensa recordando que siempre han esgrimiendo la falta de garantías para el “ejercicio de la oposición política y la violencia recurrente del Estado”. Su respaldo al alcalde de Bogotá sirvió para que nuevamente la propuesta de una Asamblea Constituyente salga a flote.

Para el senador Roy Barreras este acontecimiento que estremeció la política nacional “no tiene nada que ver con la destitución administrativa de un alcalde que atropelló la ley”. Para uno de los miembros de la comisión de paz del Senado, la inhabilidad dictada en contra de Petro “no tiene nada que ver con la vieja petición de las Farc de una constituyente”.

Asimismo, Barreras está seguro que las Farc no van a “poner en riesgo el proceso de paz por cuenta de los errores administrativos de un alcalde” y mucho menos alguien que “no milita con el grupo guerrillero ni con las organizaciones políticas afines”.

A su vez, aseveró que las declaraciones de alcalde “no va a tener el efecto ‘cataclísmico’ que vocifera”, pero dejó claro que el fallo fue igual de exagerado y “el nivel de inhabilidad resultó bastante elevado”.

Para el parlamentario los diálogos de paz, van a seguir el buen curso que hasta el momento vienen teniendo. Con los problemas lógicos de un proceso que intenta acabar con un conflicto que lleva más de 50 años, circundado por problemas sociales que, según Barreras, el actual gobierno está corrigiendo para un postconflicto responsable.

De la misma manera, Armando Benedetti señaló que lo que ocurre con Gustavo Petro no va afectar en nada los diálogos de La Habana: “no creo que la decisión dañe algo del proceso de paz”. Y dejó claro que todo el mundo de la política se ha referido a este suceso, “ellos –las Farc- también tenían que hacerlo”.

Aunque fue enfático en afirmar que “esta suspensión va implicar una canalización de todos los inconformes de este país”, dejó entrever que la “la verdadera influencia” se va a producir en las elecciones que se avecinan en el 2014 puesto que “con estos acontecimientos, han revivido a una izquierda que estaba muerta”.

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