"Con vida se los llevaron, con vida los queremos"

En el marco de la “Semana Internacional del Detenido Desaparecido” que se conmemora del 26 al 30 de mayo, el fotógrafo argentino, Gustavo Germano, presentó su exposición “Ausencias” dedicada a todos los desaparecidos que hubo durante la dictadura en Argentina en el Centro Cultural Gabriel García Márquez.

Gustavo Germano dialogó con Confidencial Colombia sobre su experiencia como víctima cuando a su hermano Eduardo Germano fue desaparecido y acusado de terrorista por pertenecer a una organización de izquierda. A partir de este episodio, a sus 22 años hizo un periplo desde Argentina hasta Centro América y se dio cuenta que podía utilizar la fotografía para representar no sólo lo que veía, sino lo que había y estaba viviendo como víctima de la desaparición forzada.

Por muchos años se dedicó al periodismo gráfico, sin dejar el proyecto que había emprendido entorno a la a la visualización de las víctimas de desaparición y memoria histórica a través de la fotografía. Finamente, diez años más tarde cuando salió de su país a Europa y creó una distancia no solo en millas, sino en tiempo, logró concretar “Ausencias” una de sus exposiciones más reconocidos a nivel Latinoamérica.

Germano, agrega que si bien es cierto que la fotografía ayuda a visibilizar a las víctimas y hacer un trabajo de memoria histórica, hay organizaciones de derechos humanos, centro de estudios legales y sociales que han ayudado y mantenido el tema de desaparición forzada para que haya justicia. La fotografía tan solo es una herramienta.

¿Cómo no revictimizar a la victima a través de cualquier trabajo artístico, social o estatal que se esté haciendo sobre el tema?

Creo que la mejor manera de no hacerlo es poder construir una respuesta de parte del Estado a estas situaciones que se derivan de la desaparición forzada, porque esto implica muchas cosas: el secuestro, la tortura, el asesinato y el ocultamiento de los cuerpos. Es decir, el concepto de la desaparición forzada incluye varios procesos muy perversos.

Luego viene la actitud de las víctimas en la búsqueda de la justicia, la verdad, y la construcción de la memoria. La única manera de no revictimizar a la víctimas es el camino hacia la justicia.

Además, hay que tener en cuenta muchas cosas. Muchas veces estos temas se ven como hechos alejados de las personas que no lo vivieron directamente, pero una sociedad que permite la impunidad no se puede consolidar y no tienen una base solida, porque si las personas que han cometido estos hechos como el ocultamiento de los restos y el Estado toma la actitud de inoperante ¿Qué puede pedir el gobierno a los ciudadanos frente a otras faltas menores?


Desde el trabajo de la fotografía y las instituciones que han creado en Argentina ¿ha surtido efecto para mitigar la corrupción y la impunidad?

Hay muchos organismos de derechos humanos que han utilizado las representaciones artísticas, pero se dan por casualidad y no porque se haya planeado hacer memoria y denunciar a través del arte. Por ejemplo, en Argentina está el famoso “Siluetazo” que se hizo en 1983 durante la dictadura. Este proyecto consistió en poner siluetas en las paredes de la ciudad de los desaparecidos. Fue un hecho masivo por que en principio el evento lo empezó tres artistas, pero luego se unieron miles y miles de personas.

De alguna manera con estas manifestaciones se trabaja en la visibilización de las víctimas, pero para que no haya corrupción ni impunidad se necesita verdad y justicia. En Argentina usábamos consignas como: “Con vida se los llevaron con vida los queremos”.


¿Qué le falta a Colombia en el tema de posconflicto?

Los conflictos no salen de la nada, eso hace parte de la estructura económica y la distribución de las riquezas que genera un país. Lo que creo que le hace falta al Estado es que asuma su responsabilidad por acción o por omisión sobre los que ha sucedido en los últimos 50 años con respecto a las víctimas.

Aquí no solo es un problema de combate en el campo con la guerrilla. Por ejemplo, aquí hay tres candidatos presidentes asesinados con los cuales no se ha hecho justicia. Entonces, ¿qué podemos esperar de las personas que están en un pueblo y el Estado no tiene presencia, ni garantiza las funciones de una sociedad democrática?

¿Cree que el arte es una forma de reconciliación, una manera de ayudar a las víctimas en su duelo?

Sí, pero no solo el arte es la única manera de hacerlo. Por ejemplo, el trabajo que yo hago es un trabajo complementario, lo que intento es emocionar para que la gente comprenda qué es la desaparición forzada de personas.

En el caso de Argentina en el 2003, la derogación de la leyes de vida y Punto Final dieron la posibilidad de establecer los juicios y buscar la verdad. El trabajo que hacen los investigadores, el equipo de antropología forense en la búsqueda de los restos, la justicia, los querellantes, los abogados defensores, también hacen esa labor de reconciliación y en la ayuda de su duelo. El arte más allá de la cuestión de sanación personal, es un elemento complementario del proceso.


¿Qué busca con la exposición “Ausencias”?

Lo que intento con “Ausencias” es que ayude un poco en todo este proceso de memoria histórica y visibilización de las víctimas. Ha sido muy gratificante estas complicidades y sumatorias de esfuerzos a través de la embajada de Argentina y del Centro Nacional de Memoria Histórica para llevar a cabo una exposición, que la intención que tiene es generar emociones y provocar una empatía, que comprenda qué es la desaparición forzada y no solo una explicación técnica del proceso.

Creo que Colombia está en una necesidad de una memoria urgente. Hay que comprometerse y buscar la solución de esto que no tiene otro camino que la memoria la verdad y la justicia.

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