Delitos a la carta: Evasión, fraude y trampa

La Dirección Nacional de Impuestos y Aduanas Nacionales, DIAN, dijo que caerá todo el peso de la ley sobre los propietarios de restaurantes y otros establecimientos comerciales en Medellín y Bucaramanga que usaron software para evadir IVA y renta.

El director de la DIAN, Juan Ricardo Ortega explicó en Confidencial Colombia que los negocios investigados estaban desapareciendo ingresos por medio del fraude lo cual se constituye en un hecho penal de extrema gravedad.

Según el funcionario, al final del día, los restaurantes rehacían la facturación borrando ingresos, desapareciendo hasta el 50 por ciento de las ventas totales. “Eso inmediatamente hacía que los ivas pagados por esa parte, también se desaparecieran”.

Aclaró que si bien los problemas fueron detectados en Bucaramanga y Medellín, se tiene la sospecha que esta práctica se venga realizando en otras ciudades. Indicó que este lunes el país quedará enterado de establecimientos y sitios en donde la evasión se hacía en detrimento del fisco.

Los seguimientos, aclaró, se vienen haciendo desde hace más de un año y dijo que las personas aprendieron a usar los software y los hechos salieron a flote desde la primera auditoría. “Aquí hay fraude en contabilidad, fraude en contabilidad y hechos totalmente de corte penal”.

Ortega comentó que los negocios y personas naturales involucradas serán denunciados ante la Fiscalía para que respondan por el fraude.

Medicamentos en el paraíso, pero fiscal

El director de la DIAN, Juan Ricardo Ortega dijo que en Colombia se venden los medicamentos con un precio cinco veces superior a los del resto del mundo lo cual hace increíble que en el país se sigan dando esas distorsiones tanto tributarias como en precio.

“Por eso es importante la labor del ministro de salud, Alejandro Gaviria, que finalmente y después de muchos años está regulando esos precios que son injustos y dramáticamente abusivos”, declaró el señor Ortega.

Agregó que hay medicamentos como los del corazón que en Colombia se venden a 200.000 pesos en promedio, mientras que en Francia ese mismo medicamento vale 40.000 pesos. Se trata, para el ejemplo, de una la caja de veinte comprimidos.

“Si usted mira la importación de medicinas, las venden unas distribuidoras de un paraíso fiscal que las adquieren a muy bajo costo para ponerlas en el mercado nacional a precios multiplicados por cinco, muy lejos del valor real”, concluyó.

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