Dormir bien para vivir mejor

Dormir bien es sinónimo de salud, sin embargo, no muchos lo logran hacer de manera adecuada. Los trastornos del sueño afectan a dos de cada diez personas. Conozca algunas terapias para mejorar los hábitos al dormir.

La comunidad médica alrededor del mundo se ha encargado de producir medicamentos y tratamientos farmacológicos para combatir el insomnio, pero en la mayoría de casos ésta no es la mejor solución. Los medicamentos para conciliar el sueño pueden generar dependencia y efectos alternos.

Por otro lado, existe una tendencia a utilizar tratamientos psicológicos que ayudan al paciente a conocer cuál es la raíz de su problema y a tratarlo de una forma menos invasiva que con los medicamentos. El fin de estos tratamientos es modificar los hábitos del sueño para obtener una mejor calidad de vida.

Según un estudio realizado en Estados Unidos, 2 de cada 10 personas sufren de trastornos del sueño. El estudio plantea que en la mayoría de los casos, el insomnio y otros trastornos del sueño se relacionan a factores emocionales, ansiedad y estrés.

Pero hay otras razones para no dormir bien, por ejemplo la menopausia. En esta etapa, cerca del 22% de las mujeres padece de insomnio. Al parecer, el cerebro modifica las hormonas sexuales y las convierte en psicoactivas haciendo que las horas de sueño sean menores y las activas aumenten.

Las pantallas luminosas y los ruidos externos también son factores negativos, los ronquidos de la pareja, dormir con el televisión encendido y volumen alto, impiden descansar de manera adecuada.

El envejecimiento también es causante de insomnio y al parecer, es inherente a esta etapa de la vida, por ejemplo, una persona de 70 años duerme cinco o seis horas pero se adormila a media mañana y después de comer.

Para dormir mejor


  • Ir a la cama solo cuando se sienta sueño
  • Levantarse de la cama si no se ha dormido después de 20 minutos e intentarlo más tarde.
  • Despertarse cada mañana a la misma hora.
  • Evitar dormir siestas.
  • No consumir sustancias estimulantes como café, alcohol y tabaco, antes de dormir.
  • Cenar algo suave, como pasta, verduras y lácteos, evitando las proteínas porque cuesta más digerirlas.
  • Dormir en un ambiente adecuado: oscuro, fresco y sin ruido (preferiblemente con el televisor apagado).
  • Utilizar ropa ligera para dormir, sobre todo durante la menopausia.
  • Evitar pensamientos negativos y preocupaciones antes de dormir.
  • Reservar las últimas horas de la tarde para actividades relajantes

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