El boom de las autodefensas de México

Los enfrentamientos entre las autodefensas y el Ejército por el cartel de Los Caballeros Templarios, mantienen al estado mexicano contra las cuerdas. La tensión es tal, que ahonda aún más la posibilidad de que en México se de un conflicto de una envergadura similar al que posee Colombia con las Farc y el Eln.

México afronta una difícil situación de seguridad y orden público luego de que la crisis del narcotráfico disparada por los carteles de la droga, desatara enormes niveles de inseguridad. En Contexto, entre el 2012 y 2013, germinaron varias autodefensas a lo largo del territorio, especialmente en los estados de Guerrero y Michoacán, movimientos concebidos para hacerle frente al imperio de los carteles.

Cuando estalló el boom de las autodefensas, fueron tres los grupos insurgentes principales que nacieron en el estado de Guerrero: Unión de Pueblos, Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) y la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC). Luego, en las últimas semanas, la triada anunció que solidificaría en un solo movimiento. “Una sola voz, una sola fuerza, una sola agenda integral, dijo Félix Ramírez, uno de los representantes regionales a la prensa local.

Paralelamente, en el estado de Michoacán, decenas de miembros armados de las autodefensas tomaron el control de la ciudad de Paracuaro a comienzos del año. Este movimiento posee la particularidad de que su líder, Jose Manuel Mireles, quien resultó herido de gravedad a inicios del año luego de accidentarse en un avión, anunció que “nada ni nadie” sería capaz de detener el avance de los grupos, en su travesía por librar al pueblo del cartel narcotraficante de Los Caballeros Templarios.

EL auge de estas autodefensas y la tendencia de que la población civil mute hasta el punto de convertirse en grupo paramilitar o una guerrilla, ha provocado la intervención inmediata de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por la muerte de civiles y las Fuerzas Militares.

Por ejemplo, la Comisión adelanta una investigación por la violación de los derechos humanos de cuatro civiles, que presuntamente fallecieron en la comunidad de Antúnez, en el municipio de Parácuaro, Michoacán, en un enfrentamiento entre civiles armados y el Ejército Nacional, informó Milenio. Asimismo, Helicópteros de la Policía Federal y de la fuerza aérea mexicana sobrevuelan a la ciudad de Apatzingán y Nueva Italia, luego de que hace cuatro días un comando incendiara las oficinas municipales de Apatzingán. La custodia de la región también se organizó como mecanismo de prevención a una posible incursión de las autodefensas a la ciudad, considerada ficha clave del cartel de Los Caballeros Templarios.

Así las cosas, el conflicto lo batallan las autodefensas, los carteles y el Ejército. Todos en constante enfrentamiento por todos los frentes. La situación mantiene en alerta máxima al país, ya que esta refleja el inicio de una guerra similar a la del gobierno de Colombia con el Eln y las Farc.

El panorama que devela dicha comparación es de tal magnitud, que según enuncian las autodefensas mexicanas, los ciudadanos no tienen más remedio que tomar las armas ellos mismos ante la total incapacidad del Estado para garantizar la seguridad de la población.

Las dos caras de Mireles


Si bien la lucha entre autodefensas y el cartel ahonda una crisis humanitaria, económica, social y política en el país, la posición del grupo armado entorno a los acontecimientos recientes ha sido ambigua y confusa. El líder del los alzados en armas, José Manuel Mireles, anunció este martes que regresarían a sus respectivas comunidades para entablar diálogos con el gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo.

Mireles, afirmó que para recuperarse del accidente que sufrió cuando la avioneta en la que viajaba el 4 de enero se estrelló y para proteger su vida de las constantes amenazas del cartel, volvía a su región de origen

Sin embargo, un comunicado publicado por Concejo de Autodefensas Unidas de Michoacán desmintió el anuncio de Mireles, argumentando: “no vamos a dejar las armas, estamos en pie de guerra”. Luego, el propio Mireles publico otro video en el que se rectificó por lo dicho y remontó que no se detendrá la ofensiva militar civil, “hasta que las siete cabezas de los Caballeros Templarios fueran arrestadas y las extorsiones, las ejecuciones, los secuestros y las violaciones fueran eliminados en un 100 por ciento”.

La prensa local informa que no tardará mucho el cartel en responder con violencia desmesurada a los ataques de las autodefensas y que el Estado terminará entre un fuego cruzado del cual solo se podrá salir por medio de reformas que ajusten de manera drástica al narcotráfico. Por el momento, el gobierno mantiene a varios puntos del país militarizados, y a su vez, adelanta sobre la mesa de trabajo las posibles salidas del conflicto.

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