El encanto de Lila

En un libro en el que se mezclan las realidades del uno y las fantasías del otro, Lila Azam Zanganeh se convierte en la traductora enamorada de uno de sus escritores fetiche, Vladimir Nabokov. Sobre su libro, “El Encantador. Nabokov y la felicidad” hablará la autora iraní en el marco del Hay Festival. Confidencial Colombia la entrevistó.

Lila Azam Zanganeh es una lectora poco común. Además de sumergirse en las letras de los libros, -aun cuando en ellos las páginas estén llenas de lenguajes extraños-, propone que el reto aterrador de la lectura, se haga a través de la creatividad. Así lo plantea ella y así lo refleja en su libro y dejando escapar varias pistas de las historias que la rodean.

De padres y cuna iraníes, de exilio contundente a Europa y de residencia en New York, esta escritora se adentra en el mundo del autor de Lolita, y desmitifica un poco su imagen perversa para mostrarlo como un ser que adoraba la simplicidad y los detalles y allí encontraba felicidad.

Confidencial Colombia: ¿Por qué tomar a Nabokov como un referente de felicidad cuando se le relaciona con otros temas?
Lila Azam Zanganeh: Estoy en desacuerdo, pensaría que en muchas maneras, Nabokov es el gran escritor de la felicidad y eso está presente en cada página que él escribe. Tiene una cierta manera de ver los detalles del mundo, una cierta manera de ver las partículas de luz reflejadas en todas partes.

CC: Es irónico iniciar un libro escribiendo “Siempre me ha horrorizado la lectura y los libros” para una persona que es avezada lectora y además escritora. ¿Qué significa eso? ¿Qué referente hay?
LAZ: Leer despacio y concentrado puede ser muy doloroso. Me encanta re-leer cada frase muchas veces, hasta que me involucro con el lenguaje. El acceso a una cierta forma de paraíso poético se convierte muy espinoso cuando le pones tanto fervor!

CC: ¿De qué manera su origen iraní (y vivir fuera de su país) influye en su estilo o en su proceso creativo? Parece compartir esta condición con Nabokov.
LAZ: Si, aunque Nabokov y yo somos “exiliados” en formas muy diferentes, la nostalgia de una patria pérdida, o una patria imaginaria, es un poderoso elixir para la escritura. Uno desea capturar esa textura misma de las palabras, en los giros de una frase, cada parte de algo fuerte y sensual que siempre se te escapa, porque quizás se pierden, como se ha perdido tu patria.

CC: ¿Qué es la felicidad?
LAZ: Una forma de observar el mundo y de maravillarse en los detalles. Es una capacidad de siempre asombrarse y maravillarse, incluso de las pequeñas cosas.

CC: A través del libro hay una semejanza con “Alicia en el país de la maravillas” en el sentido en el que algunas veces no se sabe qué es real y qué es ficción en la lectura de su libro. ¿Es realmente importante esa diferenciación?
LAZ: No lo creo. Al igual que Nabokov, creo fuertemente que la ficción es verdad en la n-esima medida, la quintaesencia de la verdad si se quiere.

CC: Usted dijo que “leemos para renovar el encanto del mundo” ¿Cómo es eso?
LAZ: Leemos, creo, porque la literatura nos ofrece un espejo “verde brillante” del mundo, y este espejo nos recuerda que la poesía y la belleza están en todas partes para ser encontradas. Se trata realmente de elegir el ángulo.

CC: La lectura del libro está diseñada para que el lector tenga una participación y una idea sobre dicha lectura, algo que usted describe como un lector creativo, ¿Cómo es eso?
LAZ: Como lectores, somos jugadores creativos, porque estamos llamados a re-imaginar el micro-universo que se nos ofrece. En este acto de re-imaginar, nosotros mismos nos convertimos en soñadores y creadores.

CC: ¿Existe algún otro autor sobre la que sienta una fascinación parecida a Nabokov?
LAZ: Si, por supuesto, unos cuantos. Me encanta la poesía de Pushkin, Auden y Paz. Me encanta Homero y Ovidio, también! Y por supuesto, Shakespeare. Cada uno con un firmamento propio.

CC: ¿Es aterradora la escritura de un libro?
LAZ: Siempre. Ceo que si no hay miedo, se va por el camino equivocado. Asumir riegos es una parte integral del proceso creativo.

CC: ¿Qué sabe de Colombia, de Cartagena y de los otros invitados al Festival con los que compartirá charlas?
LAZ: No conozco Colombia todavía, pero estoy muy emocionada de asistir, ya que – en pocas palabras – una de las cosas que me hacen más feliz en la vida real es descubrir lugares y gente que todavía no conozco. Nada, o muy poco, late con emoción. Aunque conozco a algunos de los invitados, por supuesto, como el maravilloso escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez, con quien estaré dando un discurso, junto con Valerie Miles, el 26 de Enero.

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