Esguerra, una decisión anunciada

Hace tres semanas, el 22 de Junio, el Presidente Juan Manuel Santos soltó, como un delicado detalle de coquetería, un listado de cinco nombres de reconocidos juristas dentro de los cuales anunció estaría el nuevo Ministro de Justicia. Pero para entonces, ya Juan Carlos Esguerra era el elegido. 2011-07-12 El proceso de su elección comenzó un par de semanas atrás, cuando Santos y su Ministro del Interior y de Justicia, Germán Vargas Lleras habían descartado algunos nombres que sonaban en los corrillos.

Vargas entonces contactó a las bancadas de los partidos de la Unidad Nacional para decirles que Esguerra sería el ministro y que desde ya, antes de su designación oficial, les pedía que apoyaran la decisión del Presidente.

La respuesta de los congresistas fue positiva y la empresa de rodear a Esguerra inició su camino. El ex embajador y ex ministro de los gobiernos de los presidentes Ernesto Samper y de Andrés Pastrana tenía una aceptación general que satisfacía al gobierno para la difícil labor de estrechar lazos con el poder judicial y devolverle a la justicia su estatura en el ejecutivo, luego de que por ocho años compartiera cama con el Ministerio de la política.

**”Con los crespos hechos”**

Sin embargo, para ese momento, uno de los de la lista ya se había creído sus posibilidades de ser ministro. El ex fiscal, Alfonso Gómez Méndez no había desaprovechado ningún espacio para hacerle saber a distintos sectores que él estaba listo para ser la cabeza de la cartera. Le llevó meses a Gómez Méndez hacer el lobby que creyó necesario para convencer al gobierno de que su nombre fuera postulado, pero a pesar de que estuvo en la lista, su convocatoria no fue efectiva.

**Día estratégico para el anuncio de Esguerra**

La concertación con las Cortes en alguno de los temas de la reforma a la justicia no está resultando nada fácil para el gobierno.
Y pese a que entre los magistrados de la rama hay más apertura que de tiempo atrás y reina el mismo espíritu pro-santista que en otros escenarios de la vida nacional, los juristas no están dispuestos a conceder posturas en temas, que como el de la tutela sobre fallos judiciales, se quiere incluir en la reforma.

Esguerra llega entonces a mediar entre las dos posiciones y a intentar consensuar el máximo numero de temas posibles para que era reforma no se convierta en una medida de fuerza entre el poder judicial y el ejecutivo una vez inicie el trámite en el Congreso.

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