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La carrera por la alcaldía de Bogotá


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Con la declinación de Hollman Morris a continuar en la contienda electoral por la alcaldía de Bogotá, se completan las candidaturas para los comicios de octubre. Las principales corrientes políticas del país se preparan para entrar completamente en la lid por lograr gobernar la capital de país.

Después de que fueran anunciadas y avaladas las candidaturas de Rafael Pardo, Clara López, Francisco Santos, Carlos Vicente de Roux y Enrique Peñalosa, solo quedaba por definir el candidato progresista a la Alcaldía Mayor de Bogotá. Con esa decisión tomada la carrera por el Palacio de Liévano comienza en firme.

La novela del progresismo

María Mercedes Maldonado, exsecreteria de Hábitat del Distrito será quien represente los intereses de la alianza Mais-Progresista. El proceso que llevó a la elección de Maldonado como candidata generó fricciones y un desgaste al interior del movimiento del alcalde Gustavo Petro.

En principio hubo tres precandidatos: Guillermo Alfonso Jaramillo, María Mercdes Maldonado y Hollman Morris. Sin embargo, las acusaciones de favoritismo hacia Morris, los roces internos entre los precandidatos y la indecisión de Petro dilataron la elección de esa candidatura.

A lo anterior se suma el hecho de que la mayoría de la bancada progresista en el Concejo de Bogotá adhirió a Carlos Vicente de Roux, candidato de la Alianza Verde.

Por estas razones el progresismo se fue quedando rezagado en una campaña que comenzó tan temprano como el mes de febrero. Mientras que candidatos como Rafael Pardo o Clara López se dedicaban a exponerse mediáticamente hablando sobre los problemas que afronta Bogotá o debatían en espacios públicos, al interior de los progresistas los roces entre Maldonado y Morris acaparaban los esfuerzos de estos dos precandidatos. Cabe mencionar que Jaramillo se retiró de esa contienda para buscar la alcaldía de Ibagué.

La decisión de Morris de renunciar a la candidatura a favor de buscar un escaño en el Concejo de Bogotá lograría renovar su imagen política, toda vez que la figuración de Maldonado y él en los sondeos generales no superaba el 5%. De esa manera el exgerente de Canal Capital estaría asegurando su vigencia política y seguiría abanderando la campaña de renovación del cabildo distrital, lo que ha sido su bandera de campaña.

Morris será la cabeza de lista del movimiento progresista a esta corporación distrital con lo que buscaría plantarle cara a las aspiraciones del Centro Democrático que, según fuentes cercanas a Confidencial Colombia, buscará mayor presencia en el Concejo debido a la poca fuerza que ha tenido la candidatura de Francisco Santos.

Por su parte María Mercedes Maldonado sigue su campaña basada en la demostración de su conocimiento de los temas que tienen que ver con planeación urbana y ordenamiento territorial. Si bien su presencia en los sondeos y encuestas es tímida, también es cierto que hay grandes sectores de la población bogotana que se han beneficiado de las políticas de las administración de Gustavo Petro que apoyarían al candidato que continúe esas políticas. Además, como lo han manifestado algunos miembros de la campaña de Morris, quien represente al progresismo será quien incline la balanza en la eventualidad de un empate técnico entre Pardo y López.

Pardo el mediático

La de Rafael Pardo ha sido una candidatura que ha crecido rápidamente, más allá de cualquier declaración o debate profundo sobre las problemáticas de la ciudad.

Desde que fuera designado por el presidente Juan Manuel Santos para asumir la alcaldía de la capital, hace poco más de un año durante la transitoria destitución del alcalde Petro, el nombre de Rafael Pardo empezó a sonar como una apuesta segura de la Unidad Nacional para lograr alcanzar el Palacio de Liévano.

La exposición mediática de Pardo ha sido una de sus principales cartas. Ha sido visto en eventos juveniles como Stereo PicNic, ha abanderado una iniciativa de acercamiento a los jóvenes con el llamado Campus Pardo y se ha valido de una estrategia que busca rescatar el “orgullo bogotano”. Sin embargo, esa estrategia, como lo señaló un líder comunitario de Ciudad Bolívar, “está lejos del sur y de la gente que no vive en conciertos o en redes sociales”.

Como apuesta de la Unidad Nacional, Pardo garantizaría que los compromisos del Gobierno Nacional con los proyectos adelantados por Petro y pendientes de financiación por parte de la administración Santos, sean una realidad. Esto sucedió cuando el primero estuvo de alcalde encargado y el presidente de la República anunció su respaldo a varias iniciativas que estaban en veremos y que con la presencia del exministro de trabajo resucitaban para la agenda nacional.

En los sondeos Pardo se disputa el primer lugar con Clara López, algo que para muchos sectores anticipa lo que será la etapa final de las elecciones locales en Bogotá.

El apoyo de un gran sector del concejo distrital ha sido una mirada a lo que sería su gestión respaldada por el cabildo distrital. Estos respaldos no han estado exentos de controversia como cuando el Partido Liberal representado, entre otros, en un acto público, por el concejal Javier Palacio investigado por su relación con el Carrusel de la Contratación le dio el espaldarazo a Pardo.

Enrique Peñalosa y sus coequiperos

La candidatura de Enrique Peñalosa es una candidatura que había sido anticipada por las decisiones tomadas en las pasadas campañas políticas a la Alcaldía y a la Presidencia de la República.

A pesar de asegurar que no se lanzaría a la alcaldía, Peñalosa terminó anunciando su aspiración pero no por el Partido Verde, del cual hace parte, algo que preocupaba en un primer momento a los precandidatos Carlos Vicente de Roux y Antonio Sanguino.

La candidatura del exalcalde es por el llamado Equipo por Bogotá formado por las fuerzas jóvenes de Cambio Radical. El partido político del vicepresidente Germán Vargas Lleras demostró que la Unidad Nacional no es tan fuerte como se podría pensar si de la alcaldía de Bogotá se trata.

En un principio ese Equipo estaba conformado por David Luna, exviceministro de Trabajo durante el ministerio de Rafael Pardo, Carlos Fernando Galán y el mismo Peñalosa. Sin embargo, esa confluencia de intereses que se veía monolítica se resquebrajó al ser nombrado Luna como Ministro de las TIC.

Esta movida ha sido interpretada como una declaración de principios del presidente Santos sobre lo su apoyo a Rafael Pardo.

En reemplazo de Luna se sumó Andrés Villamizar, primo de los hermanos Galán. La labor de este Equipo ha sido recorrer algunas localidades recolectando las firmas que avalarían la candidatura de Peñalosa. En varios sectores políticos y de opinión la aspiración de este, antes que sumar le resta a candidaturas como la de Pardo o la De Roux. En el primer caso, hace que el apoyo de Cambio Radical se aleje las intenciones de la coalición de gobierno y en el segundo caso, no respalda las intenciones del Partido Verde en el que siempre ha militado.

La tímida campaña de Francisco Santos

Desde el apoyo a Peñalosa en las elecciones de 2011 cuando Álvaro Uribe le cargaba el megáfono al exalcalde, hasta los rumores de que el plan de Óscar Iván Zuluaga después de ser derrotado en las presidenciales de 2014 era aspirar al Palacio de Liévano; la del uribismo ha sido la búsqueda de la Alcaldía de Bogotá por diferentes medios.

En esta ocasión Francisco Santos, el exvicepresidente de los 8 años de las presidencias de Uribe, es el candidato de esa colectividad. La suya ha sido una candidatura bastante tibia en cuanto a exposición mediática y recorrido de las localildades bogotanas se refiere.

Su posición en los debates ha sido de oposición constante a las políticas implementadas por el alcalde Gustavo Petro, a pesar de hacer constantes llamados a que se tomen medidas ya anunciadas por el progresismo. Cabe mencionar su llamado a la construcción de bicicarriles o a la redensificación de la ciudad.

Por otro lado sus constantes ataques a Clara López por su relación con el Polo Democrático y su paso por la administración de Samuel Moreno han hecho que la recordación de su campaña no vaya más allá de la reiteración en la seguridad democrática versión Bogotá.

A Santos le quedan aún cinco meses para proponer un plan de gobierno que incluya las políticas públicas que se le reconocen a Petro sin perder la impronta de su colectividad política y para que su campaña despegue sin depender directamente de la controversia con los demás candidatos.

Clara López y el fantasma del carrusel

La de Clara López es tal vez la candidatura más fuerte, junto a la de Pardo. La fuerza de la misma reside en el capital electoral reunido en las elecciones presidencial de 2014, donde sus votos fueron decisivos para que el presidente Juan Manuel Santos lograra derrotar a Óscar Iván Zuluaga en segunda vuelta. Además, Bogotá ha elegido en los últimos 12 años alcaldes de izquierda, con un marcado interés por las políticas de inclusión social, lo que estaría siendo garantizado por López.

Sin embargo, su paso por la administración de Samuel Moreno, en donde el desfalco a las arcas públicas fue la nota predominante, es el principal lunar de su candidatura. Las acusaciones de callar frente al Carrusel de la Contratación han sido constantes por parte de algunos sectores políticos que han acusado a la izquierda de “acabar con Bogotá” a pesar de que la responsabilidad por el mismo se reparte entre todos los partidos que hicieron parte del concejo durante ese periodo y que tienen a algunos de esos concejales en la cárcel o imputados por esos hechos.

En donde la candidatura de López tiene una gran acogida es en los sectores que no se sienten representados por la Unidad Nacional o el uribismo. Incluso los votos del progresismo podrían pasar a López de llegar a ser uno de los candidatos más opcionados. Esto se lograría si, como lo aseguró uno de los escuderos del

Alcalde Gustavo Petro, “se logra una alianza que garantice la continuidad de las políticas de la Bogotá Humana”.

La de Clara López es una aspiración que se ha tomado como natural en algunos sectores, desde que fuera designada alcaldesa encargada cuando Samuel Moreno fue suspendido en 2011. A pesar de esto, el respaldo dado a Santos en 2014 le valió la oposición interna del senador Jorge Enrique Robledo, el otro jefe del Polo Democrático y cabeza del MOIR. Esto puso en vilo desde el respaldo a su candidatura así como su lugar en la presidencia de ese partido político.

La campaña de López se ha centrado en recorrer varios sectores de Bogotá, reuniéndose con líderes comunales para expresarles el énfasis en lo social de su eventual mandato. La disputa por el primer lugar en las encuestas pone a López, junto a Pardo, a la cabeza de la campaña por la Alcaldía de Bogotá.

Los aliados de Carlos Vicente De Roux

El concejal de la Alianza Verde y su aspiración a la Alcaldía de Bogotá es una muestra de lo complicado que es hacer alianzas políticas con miras a una jornada electoral.

La Alianza Verde hecha en 2014 para las elecciones parlamentarias con miras a que varios sectores pudieran tener el respaldo de la personería jurídica del Partido Verde, generó compromisos y confluencias ideológicas entre esos sectores.

De Roux en el concejo distrital pasó de ser un Ferrero defensor de la administración de Gustavo Petro a ser un concejal crítico de varias medidas tomadas por el mandatario. Esto fue tomado como una traición a lo que el candidato ha respondido que es parte de su labor de control político a la administración distrital.

En su etapa de precandidato el rol de candidato único de la Alianza estaba en disputa con otro concejal, Antonio Sanguino. Su designación como aspirante a la Alcaldía dejó ver los compromisos y confluencias logrados por la Alianza. La bancada progresista adhirió a su candidatura, así como varios parlamentarios que se mostraron cercanos al petrismo en su momento; tal es el caso de las parlamentarias Claudia López y Angélica Lozano y del exsecretario de Gobierno del alcalde Petro, Antonio Navarro.

De Roux se considera un personaje de centro cercano a la izquierda que busca profundizar los logros de la Bogotá Humana pero también que busca reformular y enmendar los errores de la misma.

La lucha de De Roux es por ganar más espacios de figuración frente a dos candidatos con gran peso mediático como lo son López y Pardo. Lo que sí queda claro es que los votos que consiga serán los de los sectores de centro-izquierda representados en el Concejo Distrital.

Por ahora faltan cinco meses de campaña en los que las posiciones de los candidatos se deben perfilar completamente para que los electores puedan captar los contrastes entre uno y otro. Además, es el momento para que las eventuales alianzas y adhesiones se empiecen a anticipar y proponer.

Lo que demuestra el espectro de candidatos a la Alcaldía de Bogotá es que esta es, después de la Presidencia de la República, el mayor botín político del país y que ganarla anticipa, de alguna manera, el lugar que tendrá el partido o movimiento triunfante en el panorama político nacional.

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