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A propósito de la discusión legal entre el Ministerio de Salud y el laboratorio farmacéutico Novartis, con la que se pretende fijar un nuevo precio para el medicamento Imatinib, prescrito para el tratamiento de la leucemia; Confidencial Colombia habló con Luz Elena Melo, quien desde hace 10 meses toma un fármaco de este laboratorio, para ‘prevenir’ este tipo de cáncer.

En 2007, Luz Elena Melo perdió 13 kilogramos de peso en tan sólo 2 meses. Además “sentía un inusual dolor muscular y óseo, especialmente de la cintura hacia abajo”, según sus propias palabras. Así que durante cinco años, las visitas a medicina general se volvieron rutinarias. Sin embargo, los síntomas persistían y los doctores no encontraban respuesta al por qué de sus dolores.

Finalmente, en 2012 y gracias a una remisión a hematología, un médico especialista en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades de la sangre descubrió que la señora Melo tenía una anomalía genética conocida como esferocitosis hereditaria o anemia esferocítica congénita que afectaba la membrana de sus glóbulos rojos.

Uno de los tratamientos posibles para este trastorno es someter al paciente a una cirugía para extirpar el bazo (esplenectomía), lo cual cura la anemia pero no corrige la forma anormal de las células. De esta manera, en 2014 Luz Elena se sometió a ese procedimiento quirúrgico ya que por la enfermedad el “bazo me había crecido cuatro veces de lo normal, pesaba mil dos gramos ”. Sin embargo recalca que “no sentía molestias en esa parte del cuerpo”.

Las expectativas médicas eran que después de extirpar el órgano, el período de vida de los glóbulos rojos retorna a la normalidad y que en más o menos seis meses, la paciente recuperara su buena salud.

Desafortunadamente, los controles post quirúrgicos evidenciaron que “no había cambio alguno” así que le realizaron otros exámenes que incluyeron un mielograma de medula ósea por aspiración de cresta ilíaca y finalmente fue diagnosticada con mielofibrosis primaria por mutación del gen Jack 2; una afección en la que la médula ósea es reemplazada por tejido cicatricial y que provoca una disminución en la producción de células sanguíneas. Las opiniones respecto a esta enfermedad están divididas, algunos profesionales médicos afirman que se trata de un tipo de cáncer mientras que otros dicen que es exagerado llamarlo así. Lo que sí dicen los estudios es que una cantidad considerable de personas que padecen este síndrome pueden desarrollar leucemia mielógena aguda.

Por tal razón, Luz Elena fue medicada hace 10 meses con Ruxolitinib, un fármaco de quimioterapia producido por el laboratorio Novartis y que pese a no estar incluido en el Plan Obligatorio de Salud (POS) es de uso esencial para la vida y la salud del paciente pues demostró aumentar la cantidad y calidad de vida en personas con esta enfermedad.

Afortunadamente la paciente recibió sin necesidad de interponer alguna petición especial a Compensar E.P.S, el medicamento conocido con el nombre comercial de Jakavi, sin embargo los efectos secundarios no se hicieron esperar. “Inicié con dosis de 20mg dos veces al día, las cuales me produjeron nauseas y dolor de cabeza”, así que su hematóloga cambió la dosis a “10 mg dos veces al día, entonces empezaron a aparecerme dolorosos hematomas en todo el cuerpo… es la sensación cómo si me hubiera quemado. Además presento una grave alergia en todo el cuerpo, sudoración excesiva en las noches y cuando me voy a dormir siento como si me muriera fracciones de segundo”. Hasta el momento Luz Elena sigue con las quimioterapias orales, como se le conoce al el tratamiento sin recibir solución por los efectos secundarios que le ha producido el fármaco y que según el mismo laboratorio son considerados como graves.

Al respecto la señora Melo dice que Novartis “me llama cada vez que tienen que entregarme el medicamento y les he contado de los síntomas que presento y ellos me dicen que por una regulación, el laboratorio debe decirle a la Organización Mundial de la Salud (OMS) los efectos del medicamento”, pero que tampoco le dan una solución médica.

Finalmente, si bien no conoce con exactitud cuánto cuesta su tratamiento mensual, sí le han dicho que lo “que me entregan es oro”. Asimismo, tampoco sabe si la discusión legal entre el Ministerio de Salud y el laboratorio farmacéutico Novartis; con la que se pretende fijar un nuevo precio para el medicamento Imatinib prescrito para el tratamiento de la leucemia, afectará próximamente otros fármacos de la misma empresa.

De ser éste el caso, dice que estaría dispuesta a probar una versión genérica del Jakavi, pues “uno debe dar la oportunidad de saber si ese medicamento le va a hacer a uno bien” aunque aún siente desconfianza de este tipo de fármacos y preferiría que las EPS dieran también la opción de elegir si aceptar medicamentos genéricos o no, ya que no todos los organismos reaccionan igual a los tratamientos.

¿Qué es lo que pasa con el Imatinib?


El Imatinib, utilizado para combatir algunas clases de cáncer como la leucemia, fue declarado de interés público, luego de la firma del decreto correspondiente por parte del Ministerio de Salud y Protección Social.

Esta decisión responde a una solicitud presentada desde 2014 por el Centro de Información de Medicamentos de la Universidad Nacional de Colombia (Cimun), la Fundación Ifarma y Misión Salud, quienes en representación de la sociedad civil solicitaron que este medicamento recibiera tal declaración, debido a su alto costo para el sistema de salud.

Según explica Julián López, profesor del Departamento de Farmacia y director del Cimun, en esta petición se advertía que el medicamento había ingresado al mercado nacional en un contexto de libre competencia. Ello, debido a que en 2003 la Superintendencia de Industria y Comercio negó la patente del Imatinib al laboratorio Novartis, por considerarlo con bajo nivel inventivo y aportes reducidos a la terapéutica y a la tecnología, simplemente tenía una forma de cristalización diferente.

Sin embargo, el laboratorio presentó el caso al Consejo de Estado y obligó a la Superintendencia a otorgar la patente, lo cual generó que el tratamiento anual de un paciente con Imatinib alcanzara un costo de $ 47’540.160.

“Con esto se estaba frenando la competencia en el mercado y desgastando nuestro sistema de salud, que ya está de por si es exiguo de recursos, con unos mecanismos que no son los más adecuados”, señaló el experto.

Por tanto, el ministro de Salud, Alejandro Gaviria, anunció que luego de un par de años de evaluaciones, el medicamento cumplió con los requisitos para ser declarado de interés público.

Con la resolución se autorizaría la fabricación del medicamento genérico, lo que permitiría estimular la competencia. Posteriormente, la Comisión Nacional de Precios de Medicamentos será la encargada de fijar un precio que podrá disminuir el actual entre el 40 % y 50 %.

Esto se daría gracias a que otros laboratorios, además de Novartis, podrían comercializarlo, con lo cual, según cifras del Observatorio del Medicamento de la Federación Médica, el sistema de salud nacional ahorraría alrededor de 31.000 millones de pesos cada año.

“Es una medida histórica, pues es la primera vez que por petición de la sociedad civil se logra establecer una declaratoria de interés público. Los gobiernos han sido los encargados de tomar esta decisión, pero en este caso fue gracias a la solicitud que se hizo desde varias organizaciones del sector”, señaló el docente López.

El académico felicitó al Ministerio de Salud y Protección Social por el compromiso con la salud de los colombianos, pues gracias a esta decisión se mejorará la calidad de vida de muchas personas. Sin embargo, alertó por la situación de los demás medicamentos que hasta el momento están sujetos a tratados comerciales e intereses grandes de industrias internacionales.

El Imatinib es el primero de una serie de productos diseñados específicamente para el tratamiento de leucemia mieloide crónica, cáncer que se origina en las células productoras de sangre de la médula ósea.

Comparado con otros anticancerígenos, los pacientes afectados suelen tener muy buena respuesta frente a este medicamento. Asimismo, las personas se benefician en calidad de vida, pues les permite realizar mejor sus actividades y prolongar su expectativa de vida.


Las preocupaciones

No obstante, el exprofesor de la U.N., Saúl Franco, quien en la actualidad apoya el Doctorado Interfacultades en Salud Pública de la Institución, expresó sus reparos al anuncio oficial.

Uno de ellos es que hasta ahora la pelea estaba centrada por la declaratoria de interés público con fines de licencia obligatoria, no de control de precios.

Asimismo, recordó que la declaratoria de licencia obligatoria es competencia de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), entidad que ha manifestado su renuencia al respecto. Adicionalmente, cuestionó si ya Novartis se había negado al acuerdo de reducción de precios, ¿quién garantizará que ahora sí se someterá a los precios que fije una comisión del Ministerio de Salud?

Si esta compañía persistiera en no aceptar la regulación de precios, las víctimas fatales del consiguiente desabastecimiento serían los pacientes, comenta el doctor Franco.

Quebrar el monopolio mediante la competencia con medicamentos genéricos de calidad no debe ser una decisión heroica de un ministro solitario, sino política, de salud pública y dignidad nacional, del gobierno en pleno, incluyendo la SIC, concluyó el docente.

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