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Durante 120 días, cuatro jóvenes de la Universidad Cooperativa se desplazarán a municipios afectados por el conflicto para poner al servicio de las comunidades y del país el conocimiento adquirido en la academia.

Entre más de 300 estudiantes, cuatro jóvenes de la sede Bogotá de la Universidad Cooperativa empezaron sus prácticas profesionales dentro del programa “Manos a la paz” del Ministerio del Posconflicto, Derechos Humanos y Seguridad con apoyo de Naciones Unidas.

Se trata de la segunda convocatoria para que estudiantes que deseen hacer prácticas, lo hagan en zonas definidas que se han caracterizado por sufrir los efectos de la violencia.

Según el ministro para el Posconflicto, Rafael Pardo, más de 300 jóvenes empezaron su “travesía” a 170 municipios. Cuatro de ellos pertenecen a la sede Bogotá de la Universidad Cooperativa: Lady Johanna Vaca Rubio de Comercio internacional, Paul Molano López de Economía, Camilo Bocachica de Ingeniería Electrónica y Leonardo Rodríguez de Comunicación Social.

Acá sus historias:

Potenciar la vocación económica de Pasto

  • Lady Johanna Vaca Rubio estudió Comercio Internacional y su práctica se desarrolla en Pasto, Nariño.

Explorar mejor la fortaleza que tienen los habitantes de Pasto en la elaboración de piezas en madera y todo el material que desarrollan para actividades como el carnaval de Blancos y Negros es el objetivo que Lady Johanna Vaca Rubio, estudiante de Comercio internacional, pretende lograr en sus meses de práctica en esa ciudad.

¿Cómo llegaste a Manos a la paz?

Al principio de año me llegó al correo una convocatoria del proyecto Manos a la paz para las prácticas; ahí me inscribí, pasé un proceso de selección, donde creo que evalúan materias y comportamiento académico y ya después se convocan unos talleres y una evaluación psicotécnica. En los talleres se hicieron unas entrevistas y ya, ese fue como tal el proceso de selección y a mediados de julio me dijeron que quedaba seleccionada.

¿Fue rápido el proceso?

Sí fue relativamente rápido, más o menos a finales de abril lo empecé.

¿Por qué te interesó aplicar a esa práctica?

Porque decía que tenía que viajar fuera de Bogotá; la idea era que uno hiciera las prácticas fuera del lugar de vivienda. Me gusta la experiencia de viajar, además de hacer las prácticas en otra ciudad, me llamó la atención la parte de manejar todo lo que tiene que ver con el posconflicto. Cualquier carrera puede aplicar. Me correspondió Pasto, Nariño.

¿Qué tipo de competencias vas a tener que desarrollar allá?

El nombre del proyecto es Desarrollo económico incluyente, que es toda la parte de inclusión laboral, formalizar los trabajos. En esos municipios hay mucho trabajo informal, entonces como tal es organizar todo lo laboral y buscar nuevas alternativas y nuevas opciones que están en la ciudad

¿Y por qué querías hacer las prácticas afuera?

Porque era diferente, igual yo estaba buscando las prácticas o la opción de monografía, que es como un desarrollo investigativo. En prácticas estaba buscando empresas, cuando enviaron el correo. Ya había empezado un proyecto para monografía y no me lo aprobaron entonces yo pensé, voy a ponerle la ficha a lo de Manos a la paz porque igual me llama la atención viajar.

¿Cómo ves el tema de comercio internacional allá?

Uno cree que el tema es solo social, porque lo que genera la violencia en una ciudad como Bogotá no se siente mucho, pero en municipios como Pasto hay rasgos donde hay percepción de inseguridad, la gente no quiere salir a buscar desarrollo. ¿Qué quiero yo? Abrir la mente de oportunidades de las personas y además la frontera con Ecuador está cerca.

¿Has tenido que estudiar más sobre el tema de paz?

Inicialmente voy a estar en Pasto, pero de pronto tendré que desplazarme. Tengo que analizar el tema y hacer una monografía y exponerla allá, junto con el tutor que tengo; debo ver qué es lo que tengo que explotar en comercio. Debo ver porque allá manejan mucho la artesanía en madera, el carnaval de Blanco y Negros. Entonces son puntos de internacionalización del municipio y cómo generar más conocimiento; eso lo he ido descubriendo. Yo sabía que en Pasto hacen figuras en madera, entonces que se den a conocer.

¿La familia qué dice?

Felices. Tuve la oportunidad de viajar hace tres años a Buenos Aires, entonces ya me fui un tiempo de la casa. Duré allá seis meses, entonces digamos que ya pasé un tiempo. Soy la mayor de tres. Esta vez es diferente pero es más cerca en distancia y ellos me apoyan. Me dicen que si es lo que quiero, que lo haga.

Expectativas por dejarlo todo en Manos a la Paz

  • Testimonio de Paul Molano López, estudiante de Economía y a quien le correspondió trabajar en Puerto Carreño, Vichada.

La vida siempre está llena de sorpresas; unas positivas, otras no tanto, pero todas dejan aprendizaje. Hace un par de meses me inscribí a un proceso del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) y la Alta Consejería para el Posconflicto, Derechos Humanos y Seguridad. Este programa lleva dos cohortes: la primera, en el primer semestre de 2016 y la segunda, a partir del 4 de agosto próximo.

Por fortuna fui seleccionado para formar parte de la segunda cohorte entre más de 3.900 participantes de todo el país, soy uno de los 300 estudiantes que desde sus carreras aportaremos a diferentes proyectos en 21 departamentos de Colombia; mi departamento asignado es Vichada en el municipio de Puerto Carreño, su capital. Allí trabajaré en el proyecto de Desarrollo y mercado laboral con la red ORMET, la cual se encarga de analizar el mercado laboral de diferentes regiones y a partir de esto, generar estrategias encaminadas a la mejora socioeconómica y a la toma de decisiones de las entidades públicas y privadas.

Luego de tomar la decisión de irme y participar en este proceso, se crearon enormes expectativas, pues estaré lejos de mi familia y mi ciudad, en un municipio donde no conozco a nadie, llegaré a buscar un apartaestudio o habitación y dejaré las comodidades de esta gran urbe.

Claro, todo se apacigua cuando las personas desde familiares, amigos, docentes y comunidad universitaria, en general, te dan voces de aliento y apoyo incondicional, y sabes que debes dejarlo todo, por tu perfil profesional, por tu carrera y por tu alma mater en función de un departamento que no tiene un cónclave económico y requiere de ayuda desde la academia, desde la visión de profesionales que sienten compromiso con su país y creen que se hace necesario una nueva perspectiva en estas regiones deprimidas, en las cuales se puede lograr un desarrollo sostenible y mejores condiciones para sus pobladores.

Daré todo mi conocimiento y habilidades en esta nueva experiencia y como siempre lo he dicho: “No es dar el paso, es dejar la huella”, y en todo lo que me he propuesto lo he hecho. Como estudiante y como representante de los estudiantes, ahora viene una oportunidad inigualable donde aprenderé en muchos aspectos y estoy convencido que vendrán nuevos aspirantes para la tercera cohorte con las mismas ganas y deseos de aportar al país y llenarse de experiencias y vivencias en otras regiones.

Ahora es mi oportunidad pero, de seguro, detrás de Johanna Vaca, de Comercio Internacional; de Camilo Bocachica, de Ingeniería Electrónica; de Leonardo Rodríguez de Comunicación Social y de mí vendrán otros estudiantes con ganas de dejarlo todo y aprender en estos procesos que son únicos; en esta oportunidad somos cuatro pero ciertamente para el año siguiente duplicaremos o triplicaremos esta cifra.

Voy a Ciénaga, a trabajar con mucho respeto

  • Camilo Bocachica estudió ingeniería electrónica y durante estos cuatro meses deberá trabajar en equipo con el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Mintic), en Ciénaga (Magdalena).

Los cuatro estudiantes de la sede que harán parte del grupo de Manos a la paz deberán enfrentarse a múltiples retos, además de los profesionales y académicos. Sobre esto se refiere Camilo Bocachica, quien viajó a Ciénaga (Magdalena) para brindar apoyo en temas de redes de comunicaciones. Comentó que uno de los temas más importantes es llegar y tratar con respeto a las comunidades porque son ellas las que viven y conocen de cerca la problemática de su región.

¿Cómo te enteraste de la convocatoria?

Por el correo institucional. Al principio tenía muchas dudas porque viajar a un lugar que uno no conoce genera cierto temor, pero ya había terminado materias; me faltaba solo lo de opción de grado, entonces dije: acá hay que hacerlo porque la vida hay que vivirla.

¿Qué dijo la familia?

Están entusiasmados pero les da ciertos nervios porque toda la vida viviendo ahí y luego ir tan lejos.

¿Pero tenían la opción de escoger el municipio?

No. Era a donde te necesitaran, entonces antes de que hicieran la primera reunión con los aspirantes, ellos ya habían revisado todos los perfiles de los inscritos y dependiendo de eso nos llamaron a reunión. Nos hicieron una prueba psicológica y de eso hubo un filtro, dos semanas después me dijeron que abriera una cuenta y nos dieron recomendaciones. Yo ya me vacuné contra la fiebre amarilla porque es una zona tropical y estoy tomando pastillas para repelar mosquitos.

¿Cómo ves la aplicación de tu carrera en esa zona, qué les explicaron?

Hay ciertos programas. A mí me tocó en la parte de Excelencia para el gobierno electrónico; estoy dispuesto a aprender, y ahí me toca manejar con Mintic y con la alcaldía para ayudar a mejorar la parte electrónica del municipio.

¿Con personas del municipio o personas desplazadas?

No. Son con personas del municipio, puede haber desplazados, pero por lo que he investigado es más parte de tecnologías y comunicaciones y mejorar eso.

¿Y sobre la manutención, la vivienda?

Recibimos una ayuda, y nos dijeron que de pronto donde los muchachos se habían quedado, podemos nosotros también. No tengo conocidos allá.

¿Qué dicen los profesores?

Con los que he hablado me dicen que bien, que es una oportunidad que me va a ayudar como persona y como profesional.

¿Alcanzas a graduarte este año?

Será en marzo porque llego hasta diciembre. Y luego buscar trabajo, buscar una conexión con Pnud a ver si se puede. Voy a ir a hacer mi mejor esfuerzo y ver qué me depara el destino y representar bien a la universidad.

¿En qué temas te sientes fuerte?

En matemáticas, programación, en lógica de programación

¿Qué puede ser difícil de afrontar?

Diría que como me toca trabajar con las comunicaciones, la parte de redes me ha costado un poco.

¿Tienen una preparación sobre cómo tratar a la gente?

Esto lo explicaron en el primer taller que duró todo el día, nos hablaban sobre cómo llegar a la gente, ser muy respetuoso, o sea, no llegar a imponer lo de uno, sino a escuchar a los demás porque ellos son los que viven allí y saben mejor los problemas que existen en el territorio. Hay que llegar a escuchar y empezar a demostrar lo que sabe y ya con el tiempo mostrar más el nivel.

¿En seguridad, recomendaciones?

Me tocó hacer dos cursos virtuales de seguridad, uno básico y otro avanzado, donde nos indicaban aspectos de cómo actuar frente a situaciones sospechosas.

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