Por hostigamiento orquestado se fue la directora de la filarmónica

María Claudia Parias, directora hasta la semana pasada de la orquesta filarmónica de Bogotá, habla de sus razones para renunciar irrevocablemente a su cargo. Algunos músicos y la administración de la orquesta tendría que ver con su decisión.

Actos difamatorios en su contray derechos de petición elevados por algunos músicos de la orquesta en los que se le acusaba de corrupción, entre otras cosas, fueron los motivos para que María Claudia Parias Duran abandonara la dirección de la filarmónica de Bogotá.

C.C.: ¿Desde cuando se estaba gestando este ambiente que motivó su renuncia?

M.C.P.: Desde octubre del año pasado, un poco más de un año, empezaron a mandar anónimos a mi correo electrónico, a hacer llamadas amenazantes, emprendieron una campaña de descredito hacia mi, haciendo acusaciones de hechos supuestamente delictivos y de corrupción en la Orquesta Filarmónica de Bogotá. Esta fue una campaña muy bien orquestada en la que están involucradas personas de la administración y seguramente algunos, muy pocos por fortuna, músicos de la orquesta.

No es la primera vez que pasa. No soy la única directora que han hostigado con este tipo de comportamientos. Este es un tema del que infortunadamente se han conocido siempre en la Orquesta Filarmónica, que a pesar de su gran fuerza como compañía artística pública y como la gran orquesta que es, carga.

C.C.: ¿En algún momento hubo una expresión directa de inconformismo por parte de los músicos o de algún funcionario de la administración?

M.C.P.: No, sin embargo hubo una serie de cartas que empezaron a llegar este año, particularmente en este ultimo mes de el señor Jairo Peña, un ex-integrante y jubilado de la filarmónica de Bogotá. Él me empezó a mandar cartas larguísimas como de treinta y seis, cuarenta o cincuenta páginas haciendo todo tipo de afirmaciones difamatorias y de acusaciones que por supuesto fueron contestadas como corresponde.

Esta persona se dedico a mandar excesivos derechos de petición sobre supuestos actos indebidos y sus percepciones personales sobre la calidad musical de la orquesta, las giras internacionales y la producción discográfica. Esto ha sido muy desgastante y extenuante, por el hecho de que el trabajo se volvió contestar los señalamientos a esta persona, desde mi punto de vista totalmente equivocados.

C.C.: ¿En algún momento se sintió sola, o al contrario, apoyada por parte de la Secretaría de Cultura o de la administración Distrital?

M.C.P.: No, yo puse una demanda penal en la Fiscalía General de la Nación denunciando los hechos y estamos trabajando en eso. Con toda seguridad las personas implicadas en algún momento dado tendrán que responder por sus actos. Yo sentí el respaldo de la Secretaria de Cultura en la medida que ella estuvo al frente del asunto y conversó con la gente sobre el equívoco en este tipo de prácticas.

Por parte de el Alcalde siento que el valora muy positivamente a la Orquesta Filarmónica de Bogotá, que la tiene en su corazón pero además que considera que es una entidad estratégica del sector cultural, que logra ratificar mediante su puesta en escena permanente el hecho de ser una de las entidades preferidas por los bogotanos.

C.C.: ¿Desde qué momento toma la decisión de renunciar?

M.C.P: Esa decisión la tomé la semana pasada, se la comuniqué a la Secretaría de Cultura el viernes en la tarde, al presidente del sindicato de la orquesta y al maestro José Arroyo, por quien profeso un profundo respeto y una gran admiración. Los integrantes de la orquesta lo supieron después del concierto de cierre de temporada y de celebración de los 45 años de creación de la orquesta.

Hablé con el señor Alcalde días posteriores, estuve reunida largamente con él, en un espacio muy generoso que me ofreció para poderle explicar los motivos de mi renuncia irrevocable.

Simple y llanamente lo que siento es que me cansé. Yo no estoy aquí para dedicarme a responder peticiones, yo soy una gestora cultural muy trabajadora, comprometida con el cumplimiento misional de lo que las entidades deben hacer y transformar. No estoy dispuesta a trabajar en una entidad que tiene este tipo de moral y ética en sus interior.

C.C.: Luego de conocerse su decisión ha podido hablar con el director orquestal Enrique Diemecke o con algunos de los músicos respecto de su salida?

M.C.P.: He hablado con muchísimos músicos, con el maestro Diemecke, he hablado por supuesto con la Secretaria de Cultura y he recibido, cantidad de mensajes de apoyo, de felicitación por la gestión, de respaldo total a la decisión. La verdad pienso que eso sobrepasa mis expectativas.

Yo creo que este es un hecho que puede suscitar una reflexión muy profunda entre los músicos de la orquesta y la administración, sobre cuál debe ser la moral que tenga una entidad que además produce música, finalmente la expresión más sublime del arte, en donde no debería haberse permitido en la historia que este tipo de actitudes y de comportamientos sean los que determinen el manejo y el futuro de la entidad.

Yo amo a la orquesta filarmónica de Bogotá, la llevaré siempre en mi corazón, la ayudaré desde donde esté si eso cabe, estaré pendiente de su destino, estaré totalmente vinculada con la orquesta, pero este tipo de cosas se han permitido y se han utilizado como estrategia, que por supuesto yo no comparto para nada, y precisamente por eso es que me voy.

C.C.:¿Cuál cree que es el motivo para que esta conducta sea reiterada y que nunca se haga algo verdaderamente fuerte al respecto?

M.C.P: Este es un tema complejo porque es difícil demostrar quienes son, es un delito frente al cual la Fiscalía General de la Nación tampoco tiene la capacidad de atender un caso tan puntual, tan específico y tan minucioso de una entidad pública.

Por un lado, yo lo que creo es que ha habido una falta de autorregulación por parte de los músicos, de compromiso frente al deseo conjunto entre la orquesta y la administración de llevarlos a grandes caminos, a nuevas cosas, a proyectos realmente de alto impacto en la ciudad.

Por otro lado tendría, que haber una revisión de cuál es el código de ética, cuál es la moral de la Orquesta Filarmónica de Bogotá que claramente sabemos es un símbolo cultural maravilloso que tiene la capital, una gran herramienta artística y de transformación social, pero que, al mismo tiempo, en su interior permite que estas cosas pasen.

C.C.: ¿Qué proyectos tiene a futuro?

M.C.P.: Tengo varias propuestas de trabajo, cosa que agradezco enormemente porque ese es el reconocimiento a la gestión, el hecho de que haya interés de varias entidades y de varios proyectos por contar con mi participación. Yo siempre trabajaré en el sector cultural, que es el sector que adoro, en el que he trabajado y para el que me he formado además. La semana entrante yo creo que ya tomo una decisión frente a las propuestas que tengo.

C.C.: ¿Quién la sucederá en su cargo y cómo ve el futuro de la orquesta?

M.C.P.: Yo estoy totalmente segura de que el acalde Gustavo Petro y que la Secretaria de Cultura están buscando a la mejor persona para este cargo. Estoy segura de que la orquesta va a continuar creciendo como entidad pública y va a continuar siendo ese símbolo cultural. El diseño del plan de acción del año entrante ya está completamente terminado, no solamente la propuesta artística de la interpretación de conciertos de la orquesta, sino también las giras internacionales así como el diseño de un proyecto de formación artística musical para las niñas y los niños de colegios distritales.

Me voy con la tranquilidad, por un lado del deber cumplido y por otro de saber que no dejo ninguna asunto sin resolver, ningún problema grave frente a la orquesta porque todo está realmente resuelto.

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