A diez minutos para el final del duelo entre el Fulham y el Manchester United, el inglés Wayne Rooney sacó su genio para materializar una jugada en solitario que selló una trabajada victoria para el líder de la liga inglesa (0-1) y le deja momentáneamente a diez puntos del segundo, el Manchester City.
Menos fortuna encontró en la vigésimo quinta jornada de la Premier el Chelsea del español Rafa Benítez, que vio cómo el francés Moussa Sissokó echaba por tierra con dos goles el trabajo de los “blues”, que habían remontado un 0-1 en contra gracias a los tantos del español Juan Mata y el inglés Frank Lampard (3-2 para el Newcastle).
Todas las miradas se dirigían en ese encuentro al senegalés Demba Ba, que volvía a St James Park un mes después de cambiar la camiseta blanca y negra por la “blue” del club propiedad del ruso Roman Abramóvich, y que salió con la nariz partida antes del final de la primera parte tras un encontronazo con el defensa argentino Fabricio Coloccini.
La jornada se presentaba propicia para que los “diablos rojos” añadieran presión sobre los “citizen”, que tienen mañana una cita complicada con el Liverpool del uruguayo Luis Suárez en el Etihad Stadium.
Los de Alex Ferguson sabían que el Fulham, un equipo defensivo de la parte baja de la tabla, no iba a ser un rival cómodo, y no perdieron los nervios pese al 0-0 hasta la mitad del segundo tiempo, cuando el orden de los de Martin Jol comenzaba a desquiciar a los “diablos rojos”, con dificultades para penetrar en el campo contrario.
Convencido de la necesidad de ganar el partido, Ferguson sacó toda su artillería y sumó al ataque al mexicano Javier “Chicharito” Hernández, pero fue Rooney, una vez más, quien salvó al líder.
El internacional inglés se hizo con un balón en la zona de tres cuartos, cambió el ritmo para adentrarse en el área y, en lugar de tratar de desbordar al último defensa, el irlandés Aaron Hughes, disparó con el interior del pie un balón dirigido al segundo palo que quedó fuera del alcance del portero.
Junto con Rooney, el otro héroe de la tarde fue Sissokó, que fulminó a un Chelsea que pensaba que había dejado al Newcastle sin pólvora al fichar a principios de enero a su principal atacante, Demba Ba.
Los locales asestaron el primer golpe, cinco minutos antes del descanso, por medio del argentino Jonás Gutiérrez, que peinó un balón en el área para completar una jugada de billar con la que el Newcastle llevó el balón de su campo a la red rival en tan solo dos pases.
Los de Benítez no se amedrentaron y sacaron a relucir su calidad individual: al cuarto de hora del segundo tiempo ya habían remontado y se disponían a vivir un final de partido plácido.
No contaban, sin embargo, con el momento de forma de Sissokó, que aprovechó un rechace del guardameta Petr Cech para empatar en el 68 y desató las celebraciones en las gradas de St James Park al descerrajar un tiro desde el borde el área que acabó con las esperanzas de los “blues” de sumar algún punto esta jornada.
Sí sumó, en cambio, el Arsenal, gracias a un tiro de falta del alemán Lukas Podolski en el minuto 78 que dio la victoria a los de Arsène Wenger el día en el que debutó el defensa español Nacho Monreal, llegado de Málaga hace apenas dos días por un traspaso de cerca de 10 millones de euros.
Otro recién aterrizado en Inglaterra, en Southampton, el argentino Mauricio Pochettino, exentrenador del Espanyol, vio como el Wigan de Roberto Martínez empataba el partido al filo del minuto 90 (2-2) y evitaba hundirse un poco más en los puestos de descenso.
Tras el duelo, el Wigan queda antepenúltimo en la tabla con 21 putos, mientras que el Southampton de Pochettino es decimosexto, con 24 puntos.
