Un huerto en las alturas

Con planes para albergar el huerto más grande del mundo sobre una azotea, Nueva York está haciendo honor a su apodo de Gran Manzana, cultivando en lo más alto de sus rascacielos toda fruta o verdura que se le pone por delante.

“Esta tendencia es increíble. Nueva York es ahora el centro de la innovación en la agricultura en azoteas. Tenemos ya un buen número de ejemplos a gran escala por toda la ciudad”, dijo el profesor de estudios medioambientales de la universidad neoyorquina New School, Nevin Cohen.

El experto, autor de un libro que estudia los beneficios de la agricultura urbana en Nueva York, “Five Borough Farm”, destaca la variedad de los diferentes modelos de negocio y tipos de huertos que hay en la ciudad, que van “desde los construidos al aire libre, como en Brooklyn Grange, hasta otros de alta tecnología, como los invernaderos de Gotham Greens”.

Y es que en la isla más superpoblada del mundo lo que sobra es espacio en azoteas, en concreto un total de 11 kilómetros cuadrados de techos en todo Nueva York que cuentan con las características necesarias para albergar un huerto, según datos recopilados en un estudio de la Universidad de Columbia del que se hace eco Cohen, quien califica el potencial de “enorme”.

El profesor asegura que en este florecer han tenido que ver dos importantes cambios en la legislación de Nueva York que fomentan la construcción de áreas de cultivo en las azoteas de los edificios, aunque todavía cree que las autoridades podrían llevar a cabo más iniciativas para apoyar este tipo de proyectos, cuyos beneficios no pasan solamente por la fabricación de alimentos a nivel local.

Cohen enumera otros argumentos a favor de la agricultura en azoteas, como la capacidad de aislar del calor a los edificios, lo cual ayuda a reducir el consumo energético en aire acondicionado, así como la creación de nuevas pequeñas empresas y puestos de trabajo, o la reducción de la cadena de distribución de alimentos hasta las grandes ciudades.

El más grande del mundo.

Por ello, no es de extrañar que las autoridades neoyorquinas estén planeando ahora convertir la superficie de más de 18.600 metros cuadrados de gris cemento de la azotea de un almacén en el área de Hunts Point, en el barrio del Bronx, en un auténtico vergel que abastecería con productos de la huerta a las diferentes distribuidoras de alimentos que se sitúan en esa zona.

“Con la oportunidad de construir uno de los huertos más grandes del mundo situado en una azotea, vamos a crear importantes oportunidades para conectar a los productores y a los distribuidores”, dijo el presidente de la Corporación para el Desarrollo Económico de Nueva York, Seth Pinsky, al anunciar esos planes, al tiempo que ha pedido propuestas a empresas privadas que se vean capaces de poner en marcha este enorme reto.

“En Estados Unidos habíamos asumido que el sector agrícola mundial se haría cargo de nuestras necesidades de alimentación, habíamos separado totalmente la producción de alimentos de la planificación de las ciudades”, señaló por su parte el profesor neoyorquino, quien dice que sería “fantástico” que ese proyecto se convirtiera pronto en realidad.

Más de 9.000 metros cuadrados de huerto en construcción.

Pero si bien los planes de transformar ese almacén del Bronx en una gran área de cultivo son por ahora solamente planes, la empresa BrightFarms se puede jactar de estar construyendo ya la mayor huerta en una azotea de Estados Unidos, gracias al espacio de nueve mil metros cuadrados que está transformando en Sunset Park, en el barrio de Brooklyn.

La firma que dirige Paul Lightfoot ha puesto ya en marcha la creación de un invernadero hidropónico en el que se cultivarán 454.000 kilos de productos al año y que incluirá tomates, lechugas y diferentes plantas aromáticas, todo ello en lo más alto de un edificio que solía ser utilizado como almacén para la Marina estadounidense.

“Al eliminar la larga y compleja cadena de distribución de los productos, este huerto cultivará productos más frescos, más sabrosos y más sostenibles que los que se distribuyen por todo el país”, aseguró BrightFarms al desvelar este proyecto en marzo pasado, que entonces se anunció como el mayor de este tipo en todo el mundo.

La empresa contó entonces con el apoyo de múltiples políticos de Nueva York, como la presidenta del Concejo Municipal, la demócrata Christine Quinn, quien vio en ese proyecto un ejemplo más de cómo se puede mejorar el sistema de alimentación de la ciudad aumentando la producción local.

BrightFarms se alza así como una de las empresas que logra “reverdecer” la Gran Manzana, no solamente eliminando el largo transporte entre productores y distribuidores, sino también reduciendo las emisiones de anhídrido carbónico (CO2) en la ciudad y consiguiendo que esas azoteas absorban el agua de lluvia que en otras ocasiones inunda las calles de Nueva York.

Floreciendo por toda la ciudad.

Los ejemplos de áreas de cultivo están floreciendo rápidamente por toda la ciudad y uno de ellos es también de la firma Brooklyn Grange, que se ha hecho ya con tres huertos en Nueva York, entre los que destaca el recién inaugurado en el Brooklyn Navy Yard, a las orillas del East River, donde cuenta con más de 4.000 metros cuadrados de azotea cubiertos por tierra en la que se cultivan desde tomates y pimientos hasta coles y lechugas.

Más sofisticados son los invernaderos hidropónicos de Gotham Greens, que lleva desde el año pasado cultivando vegetales en las alturas que después vende a grandes cadenas minoristas, como Whole Foods o Fresh Direct, y cuyo negocio se ha incrementado tan rápidamente que planea abrir tres nuevas huertas en Brooklyn, Queens y el Bronx el próximo año.

“La gente se cree que esto es algo que está de moda, que los modernos se acabarán aburriendo de ello”, agrega el profesor neoyorquino, quien, lejos de esa idea, ve “completamente posible” que, más pronto que tarde, los huertos urbanos lleguen a cubrir como una enorme manta verde las azoteas de la Gran Manzana.

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