Una docente feliz

María Patricia Mesa nunca pensó que al salir de su universidad, graduada en literatura, terminaría entregada a la docencia. Algo más de una década de trabajo arduo le permiten estar en el trabajo que siempre ha querido y disfrutar de una tranquila vida familiar.

Cuando terminó su etapa universitaria en la Universidad de los Andes, María Patricia Mesa se enfrentó al mundo laboral con un título de literata bajo el brazo.

La edición de textos en Norma le sirvió como introducción en las dinámicas laborales y en la vida de oficina, algo que no le interesó y que hizo que su renuncia se precipitara. Seis meses después dejaba esa oficina y se encaminaba a dar clases en el colegio Santa María, el mismo del que se graduó poco más de un lustro antes.

Desde ese momento la labor como docente de inglés hizo que la enseñanza y la interacción con niños y adolescentes empezara a cambiar su percepción de las cosas. Un cambio de colegio y de región fue determinante para terminar de marcar ese futuro laboral entregado a la pedagogía.

De Bogotá se mudó a Santa Marta y de ahí a Barranquilla, enseñando inglés en los últimos años de bachillerato. Finalmente, decidió regresar a Bogotá y entró a trabajar a un colegio bilingüe en el norte de la ciudad, pero esta vez como Jefe del departamento de Inglés del Gimnasio La Montaña.

La llegada de su primer hijo, hace poco más de un año hizo que tuviera que buscar un trabajo más cerca de su casa en la vía a La Calera y fue así como ingresó como la primera colombiana en dictar inglés al colegio Nueva Granada.

En palabras de Patricia, “ha sido una carrera gratificante. A mis 36 años y tan solo 13 años después de empezar a trabajar estoy en uno de los mejores colegios del país y mis perspectivas de ir ascendiendo son cada vez mayores”.

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