Al buen entendedor…

“…Este es el tema de diálogo, y obviamente estamos dispuestos pero ahora hay un protagonista que también entra que es el Congreso, y partidos y discusiones, que tienen que ser de estos temas, porque al final acá estamos hablando no sólo del presente, es más no hablamos del presente, aquí estamos hablando del futuro y por tanto las discusiones son de toda la sociedad, en el Congreso se dan, allá estaremos, obviamente como Gobierno y allá estarán ustedes como protagonistas de este sistema, pero creo que nos toca entendernos porque si sigue igual, ustedes ya no van a poder hacer muchos congresos de aquí en adelante.”

Estas fueron las palabras del Presidente Gustavo Petro el pasado viernes en el cierre de su intervención en el Congreso de Asofondos, en donde se reunían los expertos del mundo de las pensiones para dar luces sobre las rutas que existen para un problema global: ¿Cómo pensionar a más personas y lograr coberturas de calidad?  Esos últimos 60 segundos el discurso presidencial son un perfecto resumen de lo que viene.  Las frases unidas en un ritmo lento y con marcados acentos, algo de humor negro y el mayor sarcasmo posible, dejó entrever que se espera diálogo en otra de las grandes batallas ya anunciadas por el entonces candidato y hoy gobernante, pero que no dará su brazo a torcer fácilmente mientras no vea cambios que se enmarquen en esa conversación que pareciera buscar beneficiar a más personas y generar mayor equidad, pero que en la práctica se confunde con una lucha de clases y unas viejas rencillas sociales.

Este discurso cierra una semana crucial en la Casa de Nariño, donde vimos a un Presidente replegando sus defensas, reubicando sus líneas de ataque y tomando decisiones que lo devuelven a sus bases ideológicas.  El Gabinete cambió y dio un timonazo más a la izquierda pura y dura de su pensamiento, algo que era de esperarse luego de intentar abrir un espacio para buscar unidad entre una ya desgastada realidad nacional que no eligió al Presidente por mayoría, sino por una fragmentación de votantes aturdidos y desorientados.

Hace ocho meses, cuando ganó la izquierda por primera vez en el país, muchos partidos salieron a buscar la mejor butaca, fallaron.  Los primeros meses siempre son de ajustes y el Presidente Petro, no ha cambiado en nada su postura, su coherencia ideológica es absoluta y los que creían que sentándose en sus piernas iban a recibir nuevos mensajes de afecto y cariño, pronto se dieron cuenta de que lo único que les impedía caerse de la cómoda silla, era el suelo.

¿Radicalizó en esta última semana Gustavo Petro su postura?  No.  Simplemente reiteró a todo el mundo, sobre todo a los que no habían entendido, cuál era el nombre del juego y en qué tablero se va a jugar.  Las condiciones parecen claras ya sea que estemos hablando de pensiones, de la reforma a la salud o del ya desbordante menú regulatorio que ha presentado al país, en tan solo unos meses y nos recordó que aquí estamos y la cancha está lista para iniciar las partidas que sean necesarias porque como en la vida, el juego es largo y culebrero.  Las reglas no han cambiado y aunque los jueces de línea sean nuevos, el partido se dará con el tono que marca el dueño del balón.

Imagino que los asistentes del Congreso de pensiones se retiraron a este puente feriado, para reflexionar y tratar de entender esa hora y diez minutos de discurso presidencial, en el que con datos tomados de aquí y allá, unos propios del gremio que lo invitaba, el mandatario hizo su punto y dejó clarito que, en las pensiones como en otros temas, su visión de país es muy distinta a la que se había tenido como cierta por la similitud de pensamientos de quienes, año tras año, se habían mudando a la casa más grande del barrio La Candelaria en el Centro de Bogotá.

Creen algunos que, incluyendo frases bonitas en sus discursos y hablando de “la gente” y “el pueblo” se están acercando a lo que el Presidente y su Gobierno quieren escuchar, pero el debate no está solamente en la forma, aquí hay mucho de fondo sobre lo que tenemos que reflexionar.  La despedida del mencionado congreso fue sin duda un contundente mensaje que elude a la famosa frase de “a buen entendedor pocas palabras”, pero el gran desafío está en ser buenos entendedores.

 

Alfonso Castro Cid

Managing Partner

Kreab Colombia