Una pregunta llegó a mi cabeza luego de que se conoció la noticia de la salida de Alejandro Gaviria del gabinete ministerial del presidente de la república, Gustavo Petro, ¿Qué hacía el ministro de Educación en los temas de salud?
Alejandro Gaviria estuvo al frente de la cartera de Educación, pero extrañamente hasta el momento no se ve o no se conocen los resultados de su gestión al frente de este ministerio, ni siquiera se le vio haciendo alguna declaración pública sobre este asunto.
No quiero entrar a descalificar a la persona de Alejandro Gaviria porque se de ante mano que es una un personaje con la suficiente inteligencia y capacidad para trabajar y sacar adelante las metas que se le impongan, y es precisamente por esto que se me hace supremamente extraño que su paso por este ministerio se haya dado sin pena ni gloria.
No entiendo porque Gaviria estaba dedicado a los temas de salud si su misión se supone que estaba en corregir las fallas que existen y que evitan que Colombia tenga un cubrimiento total en educación básica para niños y jóvenes, y por supuesto, procurar para que se ampliaran los cupos en las universidades públicas del país y para que se construyan más y mejores centros académicos de formación superior, técnica y tecnológica en todos los departamentos del país.
Nada de esto se vio y sí se lo empezó a planear, tampoco se lo divulgó ni se lo puso en el debate público como era lo lógico.
He visto a muchos y muchas bastante preocupados y conmovidos por la salida de Alejandro Gaviria del gabinete, que muy posiblemente pudo ser injusta, pero a ninguno he visto preguntándose el por qué un ministro de Educación tiene que meterse en los temas de salud.
Es como si a la ministra de Agricultura, Cecilia López, valiéndose de que sabe y conoce sobre los temas de presupuesto público, administración e impuestos, se le diera por hablar de lo que hace o deja de hacer el ministro de Hacienda.
Es indudable que el exministro conoce de los asuntos relacionados de la salud porque estuvo al frente de esta cartera en el gobierno de Juan Manuel Santos, y claro que sus aportes pudieron ser valiosos. El problema es que cualquier opinión que se tuviera en torno al proyecto de reforma a la salud debió hacerse al interior del equipo de ministros y no hacia fuera, y mucho menos en los micrófonos de los medios de comunicación.
No dudo que Alejandro Gaviria debió sentirse maltratado y por supuesto que mi mayor solidaridad, más no por esto voy a dejar de preguntar por su gestión como ministro de Educación, que insisto no la vi por ninguna parte, en cambio si vi a un ministro de Educación dedicado a hablar sobre la reforma a la salud.