El pasado 7 de marzo el director de la Unidad Nacional de Protección -UNP- Augusto Rodríguez sufrió un atentado en el que salió ileso, pero infortunadamente resultó herido uno de sus escoltas. Los hechos se presentaron el martes al regreso del director a su casa después de que su esquema identificará que cuatro personas los seguían. El director, además denunció que el día antes se había presentado otro incidente y que en otras oportunidades su equipo de seguridad había reportado que estaban siendo seguidos.
Los hechos son bastante delicados máxime cuando el director ha denunciado corrupción al interior de la entidad y malas prácticas como alquiler de vehículos de protección a personas que no lo necesitaban, falsos blindajes de carros y la existencia de mafias para contratar con ciertas empresas. Pero también, se ha sabido de irregularidades con las camionetas adscritas a la entidad y que están en manos de terceros como una camioneta asociada a la institución que transportaba cocaína y en días recientes una con armas y municiones.
No se puede caer en la generalización, pero lo que sucede al interior de la UNP muestra que a todas luces hay unos grandes y oscuros poderes que vienen anclados de administraciones anteriores al interior de la entidad que no quieren que nada cambie porque eso significa que los negocios que por años se han hecho en los que unos pocos ganaban y se han visto lucrados no seguirían pasando.
Lo sucedido en la UNP es similar a lo que sucede en la Sociedad de Activos Especiales -SAE- donde su director, Daniel Rojas, denunció serias irregularidades al interior de la entidad como por ejemplo que el inventario no coincidía o suspender la cesión de acciones en la Triple A.
Ambas entidades tienen algo en común: denunciar la corrupción que sucede allí incomoda al viejo poder y pone en aprietos dinastías que por años se han creado y enriquecido de las arcas del estado. Por eso es imperante que se cuide al cuidador y a los cientos de funcionarios que están en las entidades públicas en este momento equilibrando la balanza, entregando las tierras a los campesinos, otorgando protección a los líderes y liderando las grandes reformas del cambio que incomodan pero que es el mandato popular.
Toda mi solidaridad con Augusto Rodríguez.
Alejandro Toro
Representante a la Cámara