Educación Socioemocional
En algunas ocasiones nos encontramos en situaciones donde debemos establecer límites definitivos y para ello, las nuevas generaciones de madres y padres acudimos a los vídeos realizados por psicólogas de crianza positiva y consciente. Ellas han invertido horas de su contenido en explicar cómo reemplazar el “no” a través de establecer límites desde el respeto, involucrar la comunicación para obtener a largo plazo los beneficios de enunciar la situación completa en forma descriptiva, dejar en el cerebro una huella de la instrucción en positivo, garantizar que se guarde la información sin dolor.
La enseñanza está dirigida a alejar el miedo de la crianza y traer al día a día la posibilidad de incluir la voz de los niños y niñas en su propia crianza. Sin embargo, el “no” como límite, es necesario en la crianza y la formación escolar.
El uso del NO se ha invertido, se sugiere desde la crianza respetuosa que se use en situaciones de riesgo o emergencia, ante una caída inesperada o estar al borde una ventana. En las demás oportunidades, nos han recomendado emplear otras formas para marcar los límites. El objetivo es propiciar que los hijos e hijas obedezcan y sigan una instrucción con indicaciones en positivo, esperando sean conscientes de lo que hacen.
Primer aprendizaje: Cómo decir NO a los niños sin decirlo
Ofrecer alternativas: En lugar de decir “no puedes jugar con eso”, puedes decir “puedes jugar con esto”.
Redirigir la atención: En lugar de decir “no toques eso”, puedes decir “mira esto que puedes explorar”.
Establecer expectativas claras: En lugar de decir “no hagas eso”, puedes decir “en nuestra casa, esperamos que…”.
Dar opciones: En lugar de decir “no puedes comer eso”, puedes decir “puedes elegir entre estas opciones más saludables”.
Explicar las consecuencias: En lugar de decir “no puedes salir ahora”, puedes decir “si sales ahora, perderás tiempo para hacer o lograr…”.
Fomentar la autorregulación: En lugar de decir “no grites”, puedes decir “puedes usar un tono de voz suave como el mío”.
Utilizar lenguaje afirmativo: En lugar de decir “no corras”, puedes decir “camina despacio y cuidadosamente”.
Establecer límites se ha convertido en una habilidad, no es fácil ni simple, lo sé. Encontrando un balance entre establecer límites asertivos y aprender a usar el no, surge la duda de cómo hacerlo. En el contexto social decir “no” con firmeza se reclama e identifica como un acto de afirmación de uno mismo. Una postura que nos permite proteger nuestra integridad y autonomía, y nos ayuda a construir relaciones equilibradas y respetuosas. Al decir “no” cuando es necesario, nos posicionamos como personas autónomas, conscientes de nuestras necesidades y deseos, establecemos un límite. Al dejar de usar el NO en la crianza, ese límite no se aprende.
Hablemos del reciente término: Madres y Padres de Algodón
Segundo aprendizaje: Errores que se comenten al decir NO
Decir “no” sin explicación: Simplemente decir “no” sin brindar una explicación clara puede llevar a que los niños y niñas se sientan frustrados o confundidos.
No es no y punto.
Decir “no” constantemente: Utilizar la palabra “no” de manera excesiva puede llevar a que los niños y niñas se acostumbren a escucharla y la ignoren.
Qué no hagas eso; Cuántas veces tengo que decirte que no…
Ser inconsistente: Si no se aplica el “no” de manera consistente, los niños y niñas pueden confundirse y desafiar los límites establecidos.
No vas a comer helado hoy; Te compraré un helado si te portas bien…
No considerar la edad y el desarrollo del niño: Las habilidades y la comprensión de los niños y niñas varían según su edad y etapa de desarrollo. Es esencial adaptar el lenguaje y la forma de decir “no” de acuerdo con su nivel de comprensión.
No es para eso, es para otra cosa.
Ignorar las emociones del niño: Al decir “no”, es importante tener en cuenta las emociones del niño o niña y validar sus sentimientos.
No me llores más.
No enfocarse en el comportamiento: En lugar de decir “eres malo” o “no eres buena”, es más efectivo enfocarse en el comportamiento específico que se desea corregir. De esta manera, se evita etiquetar y devaluar al niño o niña.
“Eres un puerco” versus “Noté que dejaste tus juguetes por toda la habitación, es necesario que los dejes en el lugar que estaban”
Establecer límites asertivos puede ser un desafío, especialmente si hemos sido educados en la infancia para complacer a los demás o tememos la desaprobación.
El nacimiento de las madres y padres de algodón es cada vez más recurrente debido a la parálisis por análisis, los cuidadores principales dejan de actuar en situaciones en que tienen que fijar un límite por un exceso de pensamientos. ¿Qué debo hacer?, ¿cuál será la emoción correcta?, ¿soy lo suficientemente respetuosa?, ¿qué haría la psicóloga en este caso? Dije NO, no puede ser… Es lo primero que no debía hacer. Las madres y padres de algodón parecen negligentes y permisivos a la vez, viven en el caos y la desesperación porque en realidad no saben qué hacer, lo piensan demasiado y caen en la culpa con facilidad al establecer un límite.
Tercer aprendizaje: Cómo establecer límites asertivos y usar el maravilloso NO
Identificar el tipo de familia: Antes de fijar límites asertivos, es crucial conocer qué valores, necesidades y límites personales tendrán en casa. Qué es importante para ti, para tu pareja; definir claramente los límites de la familia ayuda a fijar los de tus hijos e hijas.
Establecer acuerdos: Entre los cuidadores principales se deben buscar los límites, qué es permitido, negociable e inamovible. Evitar discutir cuando se está fijando un límite frente a los hijos e hijas. Los cuidadores son un equipo, si no están de acuerdo con el límite, lo discuten posteriormente en privado sin restarle autoridad al otro cuidador. Es importante mencionar que el cuidador no debe disminuir su autoridad al establecer límites, decirles a los niños y niñas que le darán “quejas” al papá o la mamá cuando llegué; si existe un cuidador a cargo de la situación, es esa persona la que debe asignar el límite en el momento que ocurre.
Comunícate con claridad: Utiliza un lenguaje firme pero respetuoso al decir "no" a situaciones que no beneficien al niño o niña, acciones que no sean acordes a los
valores que han fijado como familia. El no es parte de los límites y se debe escuchar con naturalidad dentro de la crianza, sin miedo pero con la comprensión de por qué les decimos que NO.
Mantén una postura firme: Evita que la presión social o la culpa materna o paterna te hagan ceder en tus límites. Mantén tu postura y recuerda que tienes el derecho y la capacidad de establecer límites coherentes, que atiendan a mantener o evitar una conducta en tus hijos.
No sobrecastigues: Aplica consecuencias naturales y lógicas a las situaciones que vives en tu crianza. Si hay una conducta que quieres evitar que se repita e inmediatamente asignas cinco castigos, es posible que obtengas el resultado indeseado. Considera las responsabilidades, la edad y la magnitud de la acción o comportamiento para asignar una consecuencia, considera que estás educando
para orientar no para rehabilitar.
Antes no era así, es verdad. Ahora sabemos más y podemos aprender cómo acompañar la crianza sin pasar al golpe o la amenaza para conseguir un buen comportamiento. Los límites son necesarios, son fundamentales para alcanzar el objetivo de una crianza basada en el respeto.
BONO
Te dejo esta situación para tu análisis:
Llegan a una casa, tu hijo(a) es saludado y no devuelve el saludo. Tú sabes porque lo has escuchado e incluso leído, que no se debe forzar a un niño o niña a saludar con besos o abrazos, sin embargo, allí fijas el límite. Tu hijo SI debe saludar, no es necesario que use el contacto físico pero lo que sí debemos enseñar es el comportamiento social, tu hijo puede decir: Hola, buen día o cómo estás. En tu crianza le enseñarás desde un saludo casual a uno formal.
¿Qué opinas?
Alexandra Parra
Neuropsicóloga
https://alexandraparra.com/