Uno de los grandes pilares de transformación de este gobierno es la reforma agraria que busca modificar la producción y propiedad de la tierra en nuestro país para que las y los campesinos puedan tener un porcentaje de tierra para ejercer sus labores. Este principio busca solucionar años de inequidad e injusticia que ha habido en Colombia con respecto al tema de tierras, que incluso pasa por desplazamientos y despojos.
El artículo 55 que la oposición calificó de expropiación exprés en una lectura simplista y un poco alejada de la realidad es simplemente un espaldarazo que desde el legislativo le dimos a la tan anhelada reforma agraria y a la paz. En la práctica real lo que se busca es facilitar los procesos de avalúo y saneamiento de bienes pues debido a la falta de información o a la desactualización se presentan inconvenientes o retrasos sobre las ofertas de tierras que llegan.
Este gobierno desde el día uno ha hablado de forma diferente en temas de tierras y comprende la necesidad de avanzar en el tema y superar años de ineficiencia administrativa, de falta de voluntad política, de centralismo y de un exceso de institucionalidad que se queda en el “eso no se puede” para avanzar en un “cómo podemos hacerlo” con garantías para todos y todas.
El propósito de este gobierno es dignificar a las y los campesinos, cumplirle al país con la paz y hacer de los territorios lugares para la vida y las oportunidades y uno de los principios para materializar este propósito es la reforma agraria, una deuda histórica que como país tenemos y que no podemos permitirnos seguir incumpliendo.
Una Colombia Potencia Mundial de la Vida, deberá entonces iniciar por resolver los conflictos de las tierras y llegar a acuerdos incluso con los sectores más conservadores y tradicionales que no han permitido un avance significativo, ello implica consensos con las orillas diferentes e implica informar mejor a la comunidad para que no se generen ruidos innecesarios como el de la expropiación exprés.
Desde mi lugar en la Cámara de Representantes me comprometo a ser un garante y abanderado de la reforma agraria y a hacer las gestiones necesarias para que por fin superemos años de inequidad en temas agrarios. En buena hora, por la aprobación del artículo 55 en el PND, el primer paso para que se materialice.