Copa Libertadores: El fútbol no opacó la situación del país

Todos perdieron con la disputa de los partidos de Copa Libertadores este miércoles en Pereira y Barranquilla. Perdieron los equipos colombianos porque ninguno ganó, perdieron los equipos visitantes porque les ofrecieron pocas garantía para un desarrollo normal de un partido de fútbol y perdió Colombia con su imagen en el extranjero, aunque quisieran maquillarla.

Junior vs River Plate

No había comenzado el partido y los jugadores de River Plate no pudieron terminar bien su calentamiento debido a los gases lacrimógenos lanzados en inmediaciones al estadio Romelio Martínez de Barranquilla.

Cuando fue hora de que el balón rodara y se diera el acostumbrado minuto de silencio auspiciado por Conmebol en honor a las víctimas del COVID-19, hubo todo menos silencio. De fondo se oían estruendos de enfrentamientos entre la fuerza pública y manifestantes.

El partido fue interrumpido sobre el minuto 20 por gases lacrimógenos que afectaron a los 22 jugadores.

Queda la sensación que el resultado fue lo de menos. Un 1-1 con goles de Miguel Borja para los locales y Paulo Díaz para los argentinos.

“Habría que preguntarse por qué el fútbol no tiene la sensibilidad de identificarse con las necesidades del pueblo colombiano. Me parece hasta irrespetuoso hablar de fútbol cuando están pasando hechos lamentables afuera de la cancha”, dijo durante el partido el comentarista argentino de ESPN, Diego Latorre.

Atlético Nacional vs Nacional de Montevideo

La situación en el Hernán Ramírez Villegas no fue mejor. Tanto así que el partido se retrasó una hora debido a que los uruguayos no se sentían con condiciones óptimas luego de ser asediados en el hotel por manifestantes que querían impedir que el equipo saliera a jugar.

La ciudad vivió una jornada de Paro Nacional sensible por el asesinato del estudiante Lucas Villa y el descontento con que se jugara un partido era unánime.

Al final, Nacional de Montevideo llegó al estadio y hubo una pequeña pelea con miembros de Atlético Nacional. En el sorteo inicial se presentó un momento tenso entre los capitanes Sebastián Gómez y el argentino Gonzalo Bergessio. El capitán visitante reclamó empatía por parte de su colega.

El partido terminó 0-0 con un desarrollo bastante hostil. Muchas amarillas, una tarjeta roja y demasiados insultos.

“Había mucha gente en las afueras del hotel que fue sacada con gases lacrimógenos, con cañones de agua; todo eso se vio: gente con palos y con escudos”, relató el entrenador de los uruguayo, Alejandro Cappuccio. Por su parte, el presidente de Nacional de Montevideo, José Decurnex señaló: “Hubiéramos esperado que ante una situación como la que se vive en Colombia autoridades del equipo local se hubieran puesto a las órdenes, lo que no ocurrió”.

Después de lo sucedido este miércoles queda poca certeza para que Colombia pueda llegar a ser sede de la Copa América, y mucha menos certeza de que más equipos extranjeros quieran venir a jugar sus partidos de torneos internacionales en el país.

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