Dinero, inflación y el dólar

Enseñamos que en el corto plazo el dinero puede no ser neutral y utilizarse para estabilizar la economía, pero en el mediano plazo causa inflación y sus efectos sobre el producto desaparecen. La lógica detrás de esto es que cuando se inyecta dinero a la economía, existe mayor demanda por bienes y servicios. Si la economía está en una recesión, esta demanda se satisface activando la capacidad instalada ociosa, es decir prendiendo las máquinas que están paradas y contratando a los trabajadores que están desempleados debido a dicha recesión. Sin embargo, si se continua con la inyección de dinero en la economía una vez esta vuelva a sus niveles pre-recesión con máquinas funcionando y desempleo bajo, la demanda ya no se va a poder satisfacer con mas producción, por lo que el mecanismo de ajuste para reducirla, serán mayores precios.

Esto explica lo que está sucediendo en el mundo en estos momentos, la fiesta monetaria que tomó lugar el año pasado y la mayor parte de esté para hacer frente a la pandemia, está comenzando a generar una inflación que no se veía hace mucho tiempo.

Sin embargo, se está presentando un fenómeno interesante. En Estados Unidos[1], Reino Unido, Francia y Alemania las pequeñas empresas y negocios no pueden conseguir fácilmente trabajadores y se ven obligados a pagar más por sus empleados[2]. Un estudio de la OCDE, muestra que para sus 38 países miembros, hay alrededor de 20 millones de personas menos en el mercado laboral, si lo comparamos con niveles prepandemia y al menos 14 millones de estos están fuera del mercado de manera voluntaria. Además, las máquinas tampoco se pueden prender tan fácilmente, los insumos con los que trabajan en muchos sectores son importados y toda la cadena de suministro (puertos, bodegas, contenedores, barcos y transporte terrestre) se encuentra colapsada, en parte por la falta de trabajadores y en parte por razones logísticas adicionales. Por ejemplo, los tiempos en puerto de las mercancías se han duplicado y en algunos países se han triplicado[3], y los costos de transporte marítimo, aunque se han reducido recientemente, aún siguen disparados y la escasez de contenedores y de conductores de camión, continúa siendo un problema en varios países.

El gran dilema que tienen los que toman decisiones económicas es, si deben reaccionar a este reinicio accidentado de la actividad económica, con políticas como subir las tasas de interés o reducir la cantidad de dinero circulante, lo que afectaría de manera indiscriminada a todos los sectores, o esperar, bajo el supuesto de que es un fenómeno temporal que, de hecho, ya está empezando a ceder. En muchos de los países de Latinoamérica, se han visto incrementos en la tasa de interés, mientras que las grandes economías del mundo aun mantienen su posición expansionista.

En Colombia se cree que hay una relación inversa entre el precio del dólar y el precio del petróleo, que claramente es una sobresimplificación sobre cómo se determina el precio de la divisa. Por lo general, aumentos en el precio del petróleo implican una mayor abundancia de dólares en la economía y al ser menos escaso un producto, en este caso el dólar, su precio tiende a bajar.

Sin embargo, factores como: la oferta de dólares y la inflación en los Estados Unidos, la demanda de dólares de otros países relativa a la de Colombia, el riesgo país y la disponibilidad de dólares en el país por fuentes distintas al petróleo, son solo algunos de los determinantes de la moneda.

En los próximos seis meses continuarán algunas presiones inflacionarias y el dólar va a tender al alza. La inflación va a ceder a medida que la economía se reajuste a la nueva realidad. En cuanto al dólar, desde diciembre, la FED va a bajar de 120 a 105 billones sus adquisiciones mensuales de bonos, en un proceso que se profundizará el próximo año. Esto tiende a encarecer el precio del dólar en el mundo entero y también hace prever una corrección a la baja en los precios de los activos financieros. Además, se espera que los precios de los commodities (incluyendo café y petróleo) comiencen a ceder y esto sumado a la incertidumbre política que se vivirá en el primer semestre, va a presionar aún más la devaluación del peso.

*Guillermo Sinisterra es profesor de la Universidad Javeriana

 

[1] https://www.cnbc.com/2021/10/20/6-reasons-why-americans-arent-returning-to-work.html

[2] https://www.politico.eu/article/good-news-labor-shortages-coronavirus-economic-recovery/

[3] https://www.bloomberg.com/news/articles/2021-11-13/ships-keep-coming-pushing-u-s-port-logjam-and-waits-to-records

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