Por Cristian Camilo Casas García, Consultor empresarial
La evolución tecnológica ha llegado para revolucionar todos los aspectos de nuestra vida, y el sector financiero no es la excepción. En los últimos años, hemos sido testigos del creciente uso de la inteligencia artificial en diferentes áreas, y uno de los campos donde está dejando una huella significativa es en el sector de los créditos hipotecarios.
Los créditos hipotecarios son una herramienta financiera fundamental para muchas personas que desean adquirir una vivienda. Sin embargo, tradicionalmente, el proceso de solicitud y aprobación de un crédito hipotecario ha sido largo, tedioso y, en ocasiones, opaco. Aquí es donde la inteligencia artificial entra en juego, ofreciendo una serie de beneficios tanto para los solicitantes como para las instituciones financieras.
Una de las principales ventajas de utilizar la inteligencia artificial en el proceso de créditos hipotecarios es la rapidez y eficiencia que brinda. Los algoritmos de inteligencia artificial pueden analizar grandes cantidades de datos en cuestión de segundos, evaluando la solvencia crediticia de los solicitantes y determinando su elegibilidad. Esto acelera considerablemente el proceso de aprobación y reduce los tiempos de espera para los interesados en adquirir una vivienda.
En el caso colombiano me gustaría destacar el ejercicio de la proptech LQN que en las últimas semanas lanzó a IAna, una asesora virtual que a través de la inteligencia artificial automatizará la información de los créditos hipotecarios.
“Con ella estamos apostando a un futuro que simplifique y agilice los trámites de las hipotecas en Latam. Por eso, introducimos tecnología avanzada con el fin de ofrecer una experiencia agradable y rápida, en todas las etapas del proceso”, afirma Manuel Zabaleta, COO de LQN.
De acuerdo con esta proptech este lanzamiento dará vuelco a los créditos de vivienda en Latam y será clave para los clientes, debido a que reduciría los tiempos de respuesta, optimizaría los procesos internos del trámite y mejoraría la satisfacción del cliente en el servicio.
En este sentido, la inteligencia artificial permite una evaluación más precisa y objetiva de los riesgos asociados a los créditos hipotecarios. Al basarse en algoritmos y análisis de datos, se minimiza el margen de error humano y se reducen los sesgos subjetivos que a menudo pueden estar presentes en los procesos de evaluación tradicionales. Esto puede llevar a una mayor transparencia y equidad en la concesión de créditos, evitando posibles discriminaciones o decisiones basadas en prejuicios.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el uso de la inteligencia artificial en los créditos hipotecarios no está exento de desafíos y consideraciones éticas. Por un lado, existe el riesgo de que los algoritmos de inteligencia artificial reproduzcan y perpetúen desigualdades existentes si no se les supervisa adecuadamente. Es fundamental garantizar que los algoritmos sean entrenados con datos imparciales y se realicen evaluaciones periódicas para identificar posibles sesgos.
Además, aunque la inteligencia artificial agiliza el proceso de solicitud y aprobación, no se puede perder de vista la importancia de la interacción humana y el asesoramiento personalizado en temas financieros tan importantes como los créditos hipotecarios. Es fundamental que las instituciones financieras encuentren el equilibrio adecuado entre la automatización y la atención al cliente, para brindar un servicio completo y satisfactorio.
Dicho lo anterior, el uso de la inteligencia artificial en los créditos hipotecarios representa un avance significativo en términos de eficiencia y objetividad en el proceso de solicitud y aprobación. Sin embargo, es necesario utilizar esta tecnología de manera responsable, asegurando la imparcialidad de los algoritmos y manteniendo un enfoque humano en la relación con los solicitantes. De esta manera, podremos aprovechar al máximo los beneficios de la inteligencia artificial sin perder de vista el valor de la empatía y la atención personalizada en el ámbito humano.