La corrupción en Colombia parece ser un mal endémico que se resiste por todos los medios a desaparecer, antes por el contrario, cuando se ataca ese flagelo desde el Estado, sale un escándalo más grande que indigna al país.
Y esto no es de ahora, es de siempre. Solo que con la reinserción a la vida civil de las FARC, ya todos los grandes problemas no se le achacan a esa extinta guerrilla, por eso la corrupción quedó al descubierto y es más evidente. Antes pasaba algo desapercibida porque todo lo malo que pasaba en Colombia, inmediatamente era culpa de las FARC y así se desviaba la atención de otros flagelos tan nocivos e igual de perjudiciales como la corrupción y el narcotráfico.
El tema de la corrupción parece estar arraigado en la sociedad, desde lo más mínimo en la cotidianidad se convierte en ello, desde los que se cuelan en el transporte público en las grandes ciudades, hasta los que se quedan con las vueltas de más que les da el tendero de la esquina, es un flagelo lastimosamente galopante que vive en la realidad nacional.
Pero hay casos de casos, hay corrupción simple dijéramos y corrupción a la carta, donde se mueven los grandes negociados que terminan por dilapidar los recursos públicos que son de todos los colombianos.
Por ejemplo, en el caso de la salud sí que abundan. Parece que los corruptos se ensañaron con la salud de los colombianos, muchos dirigieron poderosas EPS, bien recordamos el sonado caso Saludcoop, con Carlos Gustavo Palacino, entre 2000 y 2004, habría desviado recursos cercanos a los 398 mil millones de pesos. Por esto la Fiscalía recientemente pidió que se emita fallo condenatorio por los delitos de falsedad en fraude procesal y documento público. El tristemente célebre Palacino, salió con fincas, apartamentos, propiedades con canchas de golf y mucho más.
Ahora bien las regiones no se quedan atrás, en el caso específico de Nariño a la salud se le adeudan 3 billones de pesos a EPS, como Salud Cóndor, Emssanar y Comfamiliar Nariño.
Y si profundizamos más pues ni qué decir del Fondo Mixto del Deporte del Valle que se adueñó en el año 2021 de por lo menos , 33 proyectos en temas de paz por cerca de $485.298 millones para ejecutar obras en Nariño, Caquetá, Cauca, Cesar, Chocó, Córdoba, Magdalena, Putumayo y Valle del Cauca.
De esos 33 contratos, 17 tuvieron sobre costos por más de $18 mil millones, como lo denunció en un debate el Representante Duvalier Sánchez. Lo más cuestionable es que este es un Fondo que maneja la Gobernación Del Valle.
Lo más indignante es, como lo denunció en su momento el diario El Espectador “El manual de contratación del Fondo Mixto del Deporte establece que únicamente los socios miembros del “Pool de Aliados Estratégicos” podrán concursar para ejecutar los contratos públicos o privados que sean designados por esta entidad. Es decir, los 33 contratos de Ocad-Paz fueron asignados a integrantes de este exclusivo grupo de empresarios que integran el “Pool”. “Lo grave es que ellos hicieron su propio manual de contratación”. Algo realmente fuera de serie y totalmente reprochable.
Como vemos, la corrupción sigue campante y por más esfuerzos que se hagan es complejo detener esta vena rota, pero de todos depende ponerle freno. De lo contrario Colombia terminara desangrada y ahogada en este flagelo que tiene en cuidados intensivos los recursos públicos del país.
Guillermo García Realpe
@GGarciaRealpe