Arranca el nuevo ciclo de negociaciones de paz entre el Gobierno nacional y la delegación del Ejército Nacional de Liberación (ELN), etapa que podría definir el rumbo del proceso porque en ella se discutirán temas de gran interés para el país como la posibilidad de concretar un cese al fuego bilateral, asunto que no será fácil de definir por la manera en cómo opera el grupo armado ilegal.
Luis Emil Sanabria, directivo de Redepaz y columnista de Confidencial Colombia, considera que“el ELN no pactara un fuego bilateral, si antes no lo consulta con sus bases”, lo anterior de acuerdo con el analista, porque esta guerrilla es una organización que trata de no ser tan jerárquica en términos militares, lo qué quiere decir que muchas de sus decisiones las consultan con su gente en los territorios donde tienen presencia. En este sentido, mientras el ELN dialogue mantendrá sus acciones bélicas.
De acuerdo con Alejandro Restrepo, coordinador del Área de Paz, Posconflicto y Derechos Humanos de la Fundación Paz y Reconciliación, estas acciones bélicas se han dado en mayor proporción con otros actores ilegales como las disidencias de las Farc y el Clan de Golfo, en comparación con las que se han presentado con las Fuerzas Militares y la Policía.
El reciente informe sobre el estado del conflicto armado en Colombia presentado por la Fundación Paz y Reconciliación, señala que esta guerrilla libra una batalla por el control territorial en departamentos como Arauca, por ejemplo, donde el Frente Domingo Laín, perteneciente al Frente de Guerra Oriental del ELN, ha protagonizado una disputa contra la disidencia de Gentil Duarte.
Dice el estudio que en lo que tiene que ver con el Norte de Santander, “el ELN ha concentrado su presencia en el Catatumbo y el área metropolitana de Cúcuta con el Frente Urbano Carlos Germán Velazco Villamizar, el Frente Juan Fernando Porras, el Frente de Guerra Nororiental y el Frente de Guerra Oriental”. Menciona, además, “que en el Catatumbo el ELN ha dispuesto una campaña ofensiva que se intensificó en el 2018, tras la salida de las extintas FARC- EP, y con la que ha logrado replegar al Ejército Popular de Liberación (EPL), más conocido como “Los Pelusos”.
Otro enemigo con el que disputa algunas zonas de la ciudad de Cúcuta, por las rentas ilegales que hacen presencia en la frontera con Venezuela, es el Tren de Aragua. Lo anterior, sin dejar de mencionar al Clan del Golfo, grupo armado que también opera en esta región.
“Esta última disputa se enmarca dentro del control al que busca hacerse el ELN, principalmente, de los pasos informales (trochas) del corregimiento La Parada en Villa del Rosario”, afirma el estudio.
El Chocó es otro departamento en donde el ELN mantiene fuertes disputas con los demás grupos armados ilegales, “aquí se han presentado diferentes acciones con el Clan del Golfo, “desencadenado una serie de vulneraciones contra la población civil como confinamientos y vinculación de niños, niñas y adolescentes pertenecientes a comunidades indígenas y consejos comunitarios”, asegura Paz y Reconciliación.
El seguimiento que la ONG realiza al conflicto armado ha logrado establecer que esta guerrilla a pesar de mantener presencia en municipios del Sur de Bolívar, Sur del Cesar y Sur del Cauca y Nariño, no ha salido bien librado, de hecho, “ha sufrido debilitamiento”.
“En el occidente del país parece que este grupo armado está perdiendo fuerza respecto a otros grupos como el Clan del Golfo y las disidencias de las Farc, mientras que, en el oriente, se ve como un grupo más consolidado a las dinámicas del conflicto que se desarrollan en la zona de frontera con Venezuela.
Restrepo concluye diciendo que, aunque el ELN se mantiene fuerte en territorios donde históricamente ha hecho presencia y donde es común verlos patrullar como Arauca, Norte de Santander y Chocó, también es cierto que se ha debilitado en otros como Nariño, por ejemplo, más, sin embargo, esto no va a evitar que se quiera mostrar en medio de los diálogos. “con la sartén por el mango”.
¿De qué vive el ELN?
Laura Bonilla, politóloga y gerente para América Latina de la Fundación Paz y Reconciliación afirma, que el ELN no capta recursos de una renta ilegal única como el narcotráfico sino que dependiendo el lugar en donde haga presencia, capta recursos cobrando extorsiones y vacunas a las economías de la región como la extracción de madera, la ganadería, agricultura y la minería.
Esta variedad en la manera como consigue recursos mediante prácticas ilegales, de acuerdo a la explicación de Bonilla, se presenta por la descentralización de sus mandos, quienes deciden de manera unilateral de donde o cómo conseguir el dinero.
Es así como también se dedican a la Trata de mujeres según lo explica Alejandro Restrepo: “a las mujeres indocumentadas las explotaban sexualmente en prostíbulos que iban desde el área metropolitana de Norte de Santander hasta el Catatumbo. ELN tenía el control de los lugares donde explotaba y esclavizaban a las mujeres sexualmente, nosotros denunciamos que había una red de trata de mujeres, también sucede lo mismo en la Guajira”.
La Fundación Paz y Reconciliación establece en su informe, que el ELN ha logrado desplegar 8 frentes de guerra (entre ellos el Frente de Guerra Urbano Nacional) de los cuales hacen parte 32 frentes guerrilleros, 20 compañías y 2 comisiones integradas por 2541 hombres en armas y 2253 integrantes de las redes de apoyo al terrorismo.
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