Desde el 27 de marzo la comunidad ha observado cómo la CAR ha intervenido el humedal Jaboque con maquinaria pesada y dragas que han destruido el ecosistema. Esta intervención la están realizando en el marco del proyecto de “adecuación hidro geomorfológica de las áreas multifuncionales en la cuenca media del río Bogotá”.
La CAR y la Secretaría de Ambiente afirman que la obra que denuncia la comunidad no se está ejecutando dentro del área delimitada del humedal Jaboque y que, en consecuencia, no está enmarcada dentro de los procesos de licenciamiento ambiental. Es decir que, no cuenta con un plan de manejo ambiental, búsqueda y rescate de fauna silvestre.
Por ende, la intervención actual de la CAR no ha tenido en cuenta los impactos de un dragado masivo en el ecosistema y en la biodiversidad, afectando especies en peligro de extinción como la Tingua Bogotana, la cual es objeto de especial protección. Además, la CAR tiene proyectado implementar una especie no nativa en la zona para filtrar el agua, lo cual ahondaría el daño.
Se trata de un proyecto localizado en áreas de amortiguación del río Bogotá y de jurisdicción de la CAR. Sin embargo, según información de acceso público, el polígono sobre el cual se proyecta toda la obra (no solo la intervención actual) incluye una parte de la Reserva Distrital del Humedal (RDH) Jaboque, de acuerdo con la delimitación que se establece en el Decreto 555 de 2021.
Ante la persistencia de la comunidad, el 29 de marzo la CAR ordenó suspender las obras, sin embargo, la maquinaria pesada continúa en el lugar y el estado en el que quedó el ecosistema tras la intervención de las obras puede profundizar el daño si no se toman acciones de restauración inmediatas.
Como ya lo hemos denunciado, las intervenciones de la CAR en diversos cuerpos de agua no se hacen con perspectiva ecosistémica, ni incorporan el estado de diversos tipos y grados de amenaza a especies endémicas. No se puede permitir que se autoricen obras en las inmediaciones del Humedal Jaboque hasta que no se contemple el cuidado y preservación de la Estructura Ecológica Principal – EPP.
Esto último implica garantizar que quienes conocen el territorio y tienen conocimiento técnico hagan veeduría sobre todo tipo de intervención en el humedal. Además, es imperante que exista coordinación entre las autoridades nacionales y territoriales en torno a la protección integral del humedal Jaboque.
No es admisible que la administración se excuse por no tener competencia, cuando es evidente la afectación ecosistémica que está generando la obra. Hay asuntos que le competen directamente a la administración distrital como, por ejemplo, la modificación de tratamiento de aguas residuales y el control de las conexiones erradas de los canales fluviales que llegan a los humedales.
En esta semana de reflexión, hago un llamado de coherencia a la administración. Ustedes son quienes ejecutan, quienes deben garantizar la responsabilidad ambiental y la democracia participativa y deliberativa en torno al cuidado de la naturaleza. Urge reconstruir las bases de la administración de la ciudad, entender que la afectación a la EEP es toda acción urbanística que le implica un conflicto a la naturaleza. No podemos seguir viendo los espacios de protección ambiental como entidades independientes que no están conectadas ¡Hago un llamado a la coherencia con la naturaleza!