Gestionar las emociones: cero a seis años

Educación Socioemocional

Los bebés ya experimentan emociones básicas como el amor, la alegría y el malestar.

La inteligencia emocional, es un faro que nos permite navegar por las aguas turbulentas de nuestras emociones, es una guía invaluable en la travesía de la vida. Desde que abrimos los ojos al mundo por primera vez, hasta los años dorados de la adultez, nuestras emociones se entrelazan con el latir de nuestro corazón y con el funcionamiento asombroso de nuestro cerebro.

El desarrollo de la consciencia emocional no es un proceso estático ni lineal, sino que se despliega en diferentes etapas de nuestras vidas, que dependen en gran medida de los cambios que ocurren en lo más profundo de nuestro ser. A lo largo de cada etapa, nuestro cerebro sufre transformaciones, moldeando nuestra capacidad para comprender y gestionar nuestras emociones.

Acompáñame en este recorrido descriptivo y detallado a través de la asociación de ciertas edades, donde aprenderemos a nutrir la inteligencia emocional en cada una de ellas. Juntos(as) podemos explorar los laberintos de nuestro cerebro, descubrir estrategias para reconocer y gestionar las emociones propias y las de los demás, y encontrar algunas posibles respuestas hacia una vida emocionalmente plena y equilibrada.

Infancia (0-6 años)

¡La infancia, esa etapa maravillosa donde los mundos imaginarios se entrelazan con las emociones más genuinas y llenas de vitalidad!

Durante los primeros años de vida, nuestros peques exploran el vasto universo de las emociones, descubriendo las diferentes tonalidades que tiñen su mundo interior. En esta etapa, el cerebro de los niños y niñas es como una esponja sedienta de experiencias y conocimientos. Se producen asombrosos cambios y conexiones neuronales que sentarán las bases para su desarrollo emocional a lo largo de la vida.

“Cada interacción, cada ausencia, cada caricia, cada mirada amorosa o no, es una semilla que germina en su mundo emocional”

Desde el primer suspiro, los bebés ya experimentan emociones básicas como el amor, la alegría y el malestar. A medida que crecen, comienzan a reconocer y expresar una amplia gama de emociones, como la sorpresa, el miedo, la tristeza y la ira. Su cerebro es como un lienzo en blanco, listo para ser llenado con los colores vivos de las emociones y las experiencias compartidas.

Como adultos responsables, tenemos el privilegio de acompañar a nuestros peques en este viaje emocional. Es nuestra tarea brindarles un entorno seguro y amoroso donde puedan explorar y experimentar sus emociones sin miedo ni juicio. Al reconocer y validar sus sentimientos, les mostramos que sus emociones son legítimas y dignas de ser escuchadas.

En esta etapa de la vida, el juego se convierte en una herramienta invaluable para el desarrollo emocional. A través del juego, los niños y niñas pueden experimentar diferentes roles, explorar situaciones imaginarias y dar rienda suelta a su imaginación. Les permitimos expresar y procesar sus emociones de manera lúdica y segura, aprendiendo a gestionar los altibajos emocionales de una manera saludable.

La empatía y la conexión emocional son también aspectos fundamentales en el desarrollo de la inteligencia emocional en la infancia. Al ponerse en el lugar del otro, los niños y niñas aprenden a comprender y respetar las emociones de sus compañeros(as). Fomentar el juego cooperativo y enseñarles a reconocer las señales no verbales de los demás les ayudará a establecer vínculos emocionales sólidos y a desarrollar habilidades sociales significativas.

Además, la comunicación afectiva desempeña un papel crucial en el desarrollo emocional de los niños y niñas en esta etapa. Debemos ofrecerles un espacio seguro donde puedan expresar sus emociones, animándoles a comunicarse de manera abierta y honesta. Al validar sus sentimientos y enseñarles a poner palabras a sus emociones, les ayudamos a desarrollar su capacidad de autorregulación emocional.

“La gestión de las emociones se aprende igual que como se aprende a leer. Es necesario que los adultos sean maestros y maestras desde el primer día”

Emociones básicas

Las emociones básicas son aquellas que surgen de forma innata en todos  los seres humanos, sin necesidad de aprendizaje. Estas emociones primarias son universales y se consideran las raíces de nuestro mundo emocional.

Alegría: La alegría es una emoción que experimentamos cuando nos sentimos felices, contentas o satisfechos. Se manifiesta a través de sonrisas, risas y un estado general de bienestar.

Tristeza: La tristeza es una emoción asociada a la pérdida, la frustración o la desilusión. Nos hace sentir melancólicos y puede manifestarse a través del llanto, la apatía y la sensación de vacío emocional.

Miedo: El miedo es una emoción que surge ante situaciones percibidas como no conocidas, por ejemplo, aquellas que son una amenaza o peligrosas. Puede manifestarse a través de sensaciones físicas como palpitaciones, sudoración y tensión muscular.

Ira: La ira es una emoción intensa relacionada con la frustración, la injusticia o la indignación. Se manifiesta mediante una sensación de enfado, agitación, enojo y puede provocar reacciones impulsivas.

Sorpresa: La sorpresa es una emoción que surge ante lo inesperado o lo novedoso. Se caracteriza por una reacción de asombro.

Emociones Secundarias

Las emociones secundarias son aquellas que son aprendidas y tienen variantes acorde al entorno y la cultura de cada ser humano. Estas emociones son una combinación de las primarias y se consideran las ramas de nuestro mundo emocional.

Alegría + tristeza = Melancolía pero también… A veces, es ternura.

Alegría + miedo = Adrenalina pero también… A veces, es duda.

Alegría + Ira = Irritación pero también… A veces, es Euforia.

Tristeza + Miedo = Preocupación pero también… A veces, es Desesperanza.

Tristeza + Ira = Resentimiento pero también… A veces, es Desesperación.

Miedo + Ira = Enojo pero también… A veces, es Agresividad.

Algunas de las emociones secundarias que más usamos por el contexto social en el que crecemos son:

  • Culpa: La culpa es una emoción derivada de la tristeza, la ira, el miedo y la responsabilidad percibida por haber cometido un error o haber causado daño.
  • Envidia: La envidia es una emoción que combina la tristeza y la ira. El deseo de tener algo que otra persona posee.
  • Vergüenza: La vergüenza es una emoción derivada del miedo y la sorpresa. Una sensación de incomodidad, humillación y deseo de esconderse o evitar.

¿Combinadas cómo sería?

  • Amor + culpa = Compasión pero también… A veces, es dependencia.
  • Amor + ira = Celos pero también… A veces, es protección.
  • Amor + tristeza = Nostalgia pero también… A veces, es gratitud.

Para el final deje el amor, una emoción compleja que surge de la combinación de varias emociones. Te dejo en reflexión, piensa… ¿Tú cómo la sientes?, ¿Cómo te la enseñaron?

Alexandra Parra

Neuropsicóloga

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